Capitulo 15:

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Narra Roberta:
Aún no podía creer que Diego había soltado esas palabras que tanto le costaba decir. Me mantuve quieta en mi sitio, mirándolo a los ojos, intentando buscar en mi cerebro las palabras adecuadas para la situación. Pero no encontraba nada, jamás en mi vida me había sentido tan insegura, tan preocupada por no hacer el ridículo frente a un chico.

Diego: Roberta.. (chasqueó sus dedos frente a mi ojos) Se supone que tenés que decir algo.
Roberta: (me mordí el labio inferior) Ah, eh si.. (acomodé un mechón de mi pelo detrás de mi oreja) Puedo decirte que también te quiero, Diego.
Diego: ¿Estás nerviosa? Roberta Pardo nerviosa?
Roberta: ¿Qué? No, nada que ver.

A esta altura de la conversación, mis mejillas estaban ardiendo. ¿Cómo hacía él para darse cuenta de exactamente todo?

Diego: Claro.. y por eso tus mejillas.. (puso sus manos en mis mejillas) están tan calientes..
Roberta: Soy un ser humano también, Diego.
Diego: Humm, a eso no lo dudo, no creo que me guste un extraterrestre..
Roberta: ¿Te gusto? (dije curiosa)
Diego: Creo haberte dicho más de una vez que me parecés un chica muy bonita.
Roberta: Pero nunca me dijiste que yo te gustara, siempre te escondiste detrás del "me gustan tus ojos"...
Diego: (sonrió) Veo que tenías grabado en tu cabeza cada palabra que salía de mi boca.
Roberta: Debe ser porque desde el día que te ví con el cartelito parado frente al auto, me dí cuenta de que jamás iba a verte como mi chofer.
Diego: Wow.. y yo ni siquiera lo noté. (se retó a si mismo)
Roberta: No te castigues, los hombres son estúpidos, nunca notan los pequeños detalles.. (reí)
Diego: ¿Me estás diciendo idiota?
Roberta: ¿Vos sos hombre, Diego?
Diego: Si.
Roberta: Entonces si...
Diego: No te permito que me llames así..

Enterró sus dedos en mis costillas haciéndome retorcer por las cosquillas. Tuve que agarrarme con fuerza de una rama, porque si no iba a caerme de cabeza al piso. A Diego ni siquiera le importó que yo le suplicara que parara, simplemente siguió haciéndome cosquillas, hasta que mi panza quedó dolorida.

Roberta: No vuelvas a hacer eso, o te dejo sin trabajo. (amenacé)
Diego: Ups! se me olvidó que estoy coqueteando con mi mini-jefa...
Roberta: (reí) No me gusta como suena eso, mejor quiero ser solo Roberta..
Diego: Y bien Roberta.. (sonrió) ¿No te parece que es hora de irnos?
Roberta: Ay si.. pero es que realmente no quiero..
Diego: Está anochesciendo, y este lugar no es tan bonito de noche.
Roberta: Esa no es una buena excusa para sacarme más rápido de acá.
Diego: Sos un chica difícil.
Roberta: Muy. (sonreí)

No estaba segura sobre qué era lo que estaba pasando. Menos sabía cómo iba a terminar. Hasta llegué a pensar que Diego estaba drogado o algo, porque de repente, toda actitud de responsabilidad sobre mi desapareció, dejándome ver un Diego más libre de expresar sus sentimientos y pensamientos. Un Diego que hasta te atrevía a coquetearme como si nada.

Diego: Ehh bueno Roberta, no sé cómo decirte esto sin que te enojes..
Roberta: Ya sé lo que vas a decir.
Diego: ¿Leés mentes ahora?
Roberta: No, pero sos muy predecible, Diego.
Diego: ¿A ver qué pensás que estoy por decirte?
Roberta: Que esto debe quedar acá y entre nosotros dos.
Diego: Exactamente.
Roberta: ¿Tenés miedo de que mi papá te eche por coquetear con su hija?
Diego: Un poco, pero también me da miedo otra cosa...
Roberta: Eso si que no lo sé. (sonreí)
Diego: Que tenés 16 años, Roberta.
Roberta: (rodeé los ojos) ¿Y eso qué? Sabías que mis padres se casaron cuando mi mamá acababa de cumplir 17 y mi papá tenía 21?
Diego: (se rió por mi comentario) Esas eran otras épocas...
Roberta: ¿Y qué? Nosotros bien podemos querer vivir como en otras épocas..
Diego: No está bien visto que un hombre de 22 años esté con una menor de 16..
Roberta: Pero Diego.. si yo quiero estar con vos, entonces ya no es violación.. (sonreí)
Diego: No está bien visto de todas formas. (suspiró)

Pero qué mierda el tema de la edad. Hice todo lo posible por no ponerme a soltar palabrotas en frente de su cara, pero realmente estaba deseando hacer un pacto con el diablo o algo por el estilo para tener dos años más.
Estaba mal visto ¿y eso qué? No estaba prohibido sentir amor.

Roberta: Por ahora no voy a decir nada, solo para no causarte problemas..
Diego: ¿Por ahora?
Roberta: Si, por ahora.. es que bueno, no sabemos cómo va a terminar esto, así que no podemos ir por ahí diciéndole a todo el mundo que existe cierta química entre ambos..
Diego: ¿Y si funciona?
Roberta: Entonces nos vamos a enfrentar a mis bonitos padres.. Diego, dejá de hacerme preguntas! Parecés vos el menor inseguro..
Diego: (rió) Tenés un carácter demasiado fuerte.
Roberta: Ahora te gusto menos, no es así?
Diego: La verdad.. desde el día me mostraste tu personalidad arrasadora, así que no voy a quejarme.
Roberta: ¿Entonces tu gusto así de insoportable y todo?
Diego: Insoportable, histérica, gritona y mandona.. así y todo me gustás.
Roberta: Voy a dejar pasar esos tres adjetivos destructivos, solo porque me parece tierno lo que acabás de decirme..
Diego: (acaricó mi mejilla) Vámonos antes de que Nora se preocupe...
Roberta: ¿Por qué tenés que cortar el momento?
Diego: (rió) Porque tenemos que irnos.

Suspiré y rodeé los ojos. No quería que el viejo Diego volviera, ese responsable, mandón y correcto.
El bajó primero y yo fui bajando de a poco, con miedo de caerme. Todo lo que sube, tiene que bajar, pero la realidad es que bajar es más difícil que subir.
Cuando estaba a pocos metros de apoyar mis pies sobre la tierra, Diego me agarró de la cintura y me terminó de bajar él.

Roberta: Ay pero cuánta caballerosidad! (sonreí)
Diego: ¿En serio vas a ser siempre así?
Roberta: ¿Así cómo?
Diego: Es que.. siempre criticás todo lo que hago.
Roberta: (mi sonrisa se borro) ¿Conocés el sentido del humor Diego?
Diego: (sonrió) Si, lo conozco. Solo quería hacerte enojar.. es tan fácil hacerlo..
Roberta: (entrecerré los ojos) Ah si? Bien, cuidate Diego porque voy a estar planeando mi venganza..
Diego: ¿Solo por jugarte una broma?
Roberta: Exactamente...

Mi nueva sonrisa fue interrumpida por sus labios. Casi ni me dí cuenta de que se inclinó hacia mi y me besó. Dí un paso hacia atrás para recuperar mi equilibrio y mi espalda quedó apoyada contra el árbol.
De repente, el ruido de una sirena de policía nos llegó desde no muy lejos.. Diego se separó de mi rápidamente y miró hacia todos lados.

Diego: Mierda.. (murmuró)
Roberta: ¿Pasó algo malo?
Diego: Muy malo.. Tenemos que irnos..
Roberta: Y por qué?
Diego: En el auto te explico, vamos que no hay tiempo..

Me tomó de la mano y me obligó a caminar hacia el auto. Estaba confundida, ¿Diego era un fugitivo y yo ni siquiera estaba enterada? Era muy probable que no fuera así, pero se estaba comportando como uno.
Me senté en el asiento trasero y él se apuró a subir. Ni siquiera puedo explicarles la velocidad a la que iba ese bendito auto.

Roberta: Diego.. ¿qué pasa? Jamás te pasaste el límite de velocidad, y mirá el marcador? (lo señalé)
Diego: Tenés razón, perdón Roberta.. (bajó la velocidad)
Roberta: Me merezco una explicación, una explicación convincente.
Diego: El terreno al que te llevé.. está prohibido para mi.
Roberta: ¿Ah si? ¿Y por qué me llevaste ahí?
Diego: Porque lo adoro..
Roberta: Eso es un poco masoquista..
Diego: La historia es larga..
Roberta: El viaje también lo es.
Diego: (sonrió) Está bien curiosa, te cuento..
Roberta: Así me gusta...
Diego: El terreno les pertenece a mis padre. De chico siempre pasaba mis tardes ahí con mis hermanos.. Mi papá y mi mamá murieron hace dos años, y mi hermano mayor se hizo cargo de todo.. El problema es que él y yo jamás nos llevamos bien. Hasta llegamos a tener una pelea física.. Entonces, él me prohibió acercarme a este lugar.. Ni siquiera le interesa, pero sabe que tiene un gran valor para mi, así que supongo que lo hizo para fastidiarme..
Roberta: Ni siquiera conozco a tu hermano, y ya estoy odiándolo.
Diego: Sabía que ibas a decir eso..
Roberta: Y ahora que lo estoy pensando.. ¡él no puede hacer eso!
Diego: Si que puede..
Roberta: Como poder puede, pero no debe.. Los derechos son los mismos para ambos, el no es más que vos solo por ser el mayor.. hay leyes..
Diego: ¿Y qué pensás hacer? (sonrió)
Roberta: Voy a ayudarte a recuperar ese pedacito de tu infancia.. (sonreí)

Continuará...

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora