Capitulo 12:

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Narra Roberta:
La falta de aire me obligó a separar mis labios de los de Diego, a pesar de que sabía perfectamente que no quería hacerlo. Lo miré directamente a los ojos, intentando adivinar qué estaba pasando por su mente en ese mismo instante, pero Diego era un experto en confundirme con solo sus ojos.
Sus manos aún me sostenían de la cintura, y la distancia entre nosotros seguía siendo mínima, tanto, que podía sentir su pecho subir y bajar cuando respiraba. Tenía una mano multicolor en cada mejilla, por culpa de mis manos manchadas de pintura.

Diego: Roberta.. eso es trampa.
Roberta: ¿Estás hablando de los globos o del beso?
Diego: De los globos, obviamente...
Roberta: ¿Y del beso no me vas a decir nada?
Diego: ¿Hay algo que yo pueda agregar? Creo que está todo bastante claro.
Roberta: No.. no está nada claro.
Diego: ¿Qué estás esperando Roberta? Qué querés que te diga?
Roberta: Algo más, no sé.. no sé qué quiero que me digas, pero lógicamente no esperaba esta reacción..
Diego: No quiero que pienses que entre nosotros puede existir algo. Sos menor, y estás bajo mi responsabilidad ahora..
Roberta: Dejá de poner la maldita diferencia de edad en el medio!
Diego: Pero no puedo no hacerlo! Lo que acabo de hacer el ilegal..
Roberta: Entonces por qué lo hiciste?
Diego: Claramente estás esperando que te diga que lo hice porque te quiero..
Roberta: (suspiré) ¿Y qué esperabas? Yo no sé a qué estás jugando, pero fuiste.. fuiste tan.. tan bueno conmigo.. primero me fuiste a buscar a la escuela, me defendiste de Javier, me ayudaste con mis ataques de pánico, me llevaste helado a la cama cuando estaba mal, me trajiste las carpetas de las escuela para que no me quede libre, me trajiste acá para que me sienta mejor y me terminaste besando.. ¿Eso no significa nada? Eso es no sentir nada para vos?
Diego: Roberta.. todo lo que hice lo hice porque es mi trabajo. Porque estoy acá para ocuparme de que vos estés bien.
Roberta: ¿Y el beso que acabás de darme también está dentro de tu trabajo?

El labio inferior de Diego tembló, y me dí cuenta de que no sabía qué contestarme. Aflojó los brazos y soltó mi cintura. Yo lo miré por última vez a los ojos y después me aparté de él. 
Caminé hacia la mesa dónde estaban los dardos, y me quité el guardapolvo blanco, después lo dejé sobre la mesa y caminé hacia la puerta. Me dí la vuelta justo cuando estaba en frente de esta, Diego seguía ahí parado, mirándome.

Roberta: Quiero irme Diego. Quiero irme ahora.
Diego: Roberta.. yo te traje acá para que te distraigas..
Roberta: No me está haciendo bien esta salida, ahora quiero irme.
Diego: Como vos quieras.

Se quitó el guardapolvo y caminó hacia la puerta. Se paró junto a mi y tomó el picaporte. Justo antes de abrir, volvió sobre sus pasos y caminó hacia una puerta que había al fondo de la habitación.

Diego: Ya vengo..
Roberta: ¿A dónde vas?
Diego: No voy a tardar, no te preocupes..

Se metió dentro de esa puerta, dejándome sola. Miré a todos lados intentando encontrar alguna explicación sobre cómo había terminado todo tan mal. ¿Diego solo me besó por la calentura del momento? Hice una mueca y aparté esas ideas de mi cabeza, mientras me intentaba convencer a mi misma de que había algo más detrás de todo esto, y que el no podía simplemente hacer "por trabajo".
Segundos después de pensar en todo esto, me empecé a sentir como una completa idiota. Ahora Diego sabía que a mi me pasaban cosas, porque yo como una estúpida había estaba fantaseando con que el iba a hacerme una declaración de amor.
Cerré los ojos intentando dejar de torturarme a mi misma. No era justo y lo sabía. Suficiente tenía ya con Javier, no tenía por qué estar sufriendo de más.

Cuando levanté la cabeza, Diego ya estaba caminando hacia mi. Cuando lo miré de cerca, noté que las manchas de pintura en su cara habían desaparecido. Supuse que se había ido a quitar la pintura. Recién ahí me acordé de mi y de mi aspecto. Seguramente tenía la cara salpicada de pintura, por no decir que mis manos estaban manchadas completamente.

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora