Capitulo 29:

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Narra Roberta:
Sé que puedo sonar como una nenita de cinco años, pero yo soy así y él me aceptó aún sabiendo que todavía era una adolescente llena de inseguridades y miedos.
Además, volvamos sobre mi horrible pasado, y recordemos lo que me hizo el estúpido de Javier: Se acostó con otra todo el tiempo, y hasta comenzó una relación con ella a mis espaldas.
Ahora díganme, ¿tengo o no tengo motivos para ser una nena desconfiada?

Diego pasó su mano por mi mejilla, y sonrió de costado. Debo confesar que admiro su capacidad para no estallar en furia con mis estupideces.
Yo lo había hecho sentir mal, y aún me sonreía con dulzura. Definitivamente tengo el novio perfecto.

Diego: Por supuesto que voy a contarte todo lo que me pase.. siempre.
Roberta: Yo también. Porque en eso se basan las relaciones no? En poder hablar con la otra persona abiertamente, sin secretos sin desconfianza, sin mied....

Sus labios capturaron los míos, interrumpiendo mi "discurso" sobre cómo debía ser una relación buena. Lo cierto era que mientras estuviera con Diego la relación iba a ser hermosa siempre.

Lo aparté a los pocos segundos, obligándome a no dejarme llevar porque sabía que él estaba conduciendo y podíamos tener algún tipo de accidente.

Roberta: De verdad, amo tus besos, pero no quiero que nos matemos..
Diego: Es que cuando hablas mucho así, sin ni siquiera tomar un poco aire, no puedo evitar la necesidad de callarte..
Roberta: ¿Me estás diciendo charlatana?
Diego: Si.. pero bueno, así es mejor, porque me encanta que vayas al frente y no te guardes nada.
Roberta: Al menos algo bueno tengo.
Diego: Que seas chica no quiere decir que tengas algo malo..
Roberta: No, pero si quiere decir que soy insegura, infantil, miedosa, tonta..
Diego: Y perfectamente Roberta.
Roberta: ¿Eh?
Diego: Que no me interesa como creas que sos, a mi me basta con que seas vos misma Roberta, a mi me gustas vos.

(...)

Aunque me costó bastante separarme de los labios de mi novio, tuve que bajar del auto y comenzar la semana escolar.
Lo único que me motivaba a ir con ganas un día lunes que además estaba medio lluvioso, era que quería contarle a Mia sobre la oportunidad que me había surgido.

Afortunadamente, ella se acercó a mi mucho antes que Paula o Javier que también andaban por ahí, hablando con sus amigos, y que por lo visto, lo único que sabían hacer era mirarme como si yo estuviera en una vidriera.

Mia: Llegaste más tarde de lo normal..
Roberta: Estaba con Diego.. (susurré)
Mia: Hum.. entiendo.. (sonrió)
Roberta: Estos no cambian más.. (miré hacia donde estaban los otros dos que nombré antes)
Mia: Pobres. Lo único que pueden hacer ahora es fingir que se quieren, porque van a ser padres..
Roberta: (asentí) No toquemos temas asquerosos.
Mia: Entonces... contame ya mismo cómo te fue con Diego el fin de semana. Jamás me llamaste, y el domingo tu teléfono me dio apagado todo el maldito día.
Roberta: Larga historia, la verdad.
Mia: ¿Lo de Diego o lo del teléfono apagado?
Roberta: Ambas...

(...)

Mia debería recibir un premio por la persona que mas se exalta cuando recibe una buena noticia.
Mis brazos tenían pequeñas marcas rosadas producto de sus fuertes agarres por la felicidad que le dio saber que yo iba a tener la oportunidad de demostrar lo que me gustaba hacer. Además, mi pelo estaba revuelto, porque la muy tonta se puso a despeinarme como si me estuviera haciendo una mateada de cumpleaños.

Por fin, después de apretarme, pellizcarme, besarme, despeinarme, zamarrearme, y saltar por todos lados como si se hubiera tragado una rana, ella se sentó a mi lado y soltó un suspiro.

Mia: Me encanta esto.
Roberta: ¿Terminaste?
Mia: Si..
Roberta: Era hora.
Mia: Es que estoy feliz!
Roberta: Mia! Te la pasaste todo el recreo saltando como una loca..
Mia: Es que me contaste muchas cosas interesantes, había que descargar viste..
Roberta: Necesito que te calmes.

Como no todo en la vida puede salir bien siempre, Paula se acercó a nosotras a paso firme y con esa sonrisa de estúpida que jamás se le borraba de la cara.
Dude entré salir corriendo, pegarle una patada voladora para que volviera por donde vino, o hacer como que la escuchaba pero en realidad prestarle más atención al ruido del viento.
Al final tuve que optar por la tercera, porque las otras me traerían problemas.
Yo quería la segunda, en verdad.

Paula: Hola Roberta.. te vinimos a saludar.. (ella pasó su mano por su vientre. que asco.)
Roberta: Ay en serio? Te juro que no podía seguir respirando sin tu saludo, Paula..
Paula: (rodó los ojos) Y.. como llevas la idea de que tu ex va a ser papá justo con la chica con la que te metió unos cuernos más grandes que toda la escuela?
Mia: (habló sobre mi) Ella tiene cosas mucho más importantes en las que pensar.
Paula: (rio) ¿Ah, si? Cómo cuales?
Mia: Como por ejemplo su nuevo novio sexy y perfecto, o su audición para triunfar en el mundo del espectáculo. Cosa que vos tenes muy lejos ahora que te arruinaste la adolescencia con un hijo... no?
Paula: Los hijos son siempre una bendición, y todo eso del novio nuevo, y la audición.. ¿por qué no inventan algo mejor?
Mia: Serán una bendición, pero siempre te traban un poco. (suspiro) Y no estamos inventando nada..
Roberta: Mia déjala, no tenes que darle explicaciones.
Paula: Si ese novio tuyo ni siquiera existe, Roberta.
Roberta: Si que existe.
Paula: ¿Entonces por qué nunca te vemos con él?
Roberta: Porque tiene que.. trabajar.
Paula: (abrió grandes los ojos) ¿Salís con un tipo mayor? que feo sería que se enteraran tus papás, no?

Ella dio media vuelta, dándome a entender que prácticamente iría corriendo a contarles todo. Así que me levanté, la tomé del brazo y la obligué a mirarme.

Roberta: No te metas en mi vida.
Paula: Tarde.

Se soltó de mi agarre y se fue. Mia tuvo que agarrarme de los brazos para que no corriera a matarla con mis propias manos.
¿Por qué tiene que ser así de entrometida? Maldita perra sin vida propia.

Mia: Déjala, que se mate.
Roberta: Yo voy a ser la muerta si mis viejos se enteran, Mia.
Mia: (levantó los hombros, despreocupada) Ella no tiene pruebas de nada. Es tu palabra contra la suya. ¿En quién van a confiar más tus papás? En su hijita mimada del alma o en una cualquiera que además, odia a su hija y es capaz de inventar cualquier cosa para dejarla mal parada?

Ella sonrió. Tenía razón.

Continuará..

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora