Capitulo 7:

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Narra Roberta:
Me estaba muriendo por abrir mi boca y hacerlo quedar mal. Pero cuando ví sus ojitos de preocupación, me dí cuenta de que quizás él de verdad necestiaba conservar el trabajo.

Diego: Yo ya salgo y te ayudo a buscarla..
Nora: Bueno, te espero en el living.
Diego: Okey Nora..

Escuchamos sus pasos y Diego respiró aliviado. No quitaba su mano de mi boca, así que aproveché y le mordí la mano.

Diego: Auch!
Roberta: Eso te pasa por no quitarla.
Diego: Estaba por hacerlo!
Roberta: Quiero ver qué inventás ahora cuando salgas..
Diego: Ya lo pensé. (sonrió) Esperá.
Roberta: ¿Qué? ¿Qué pensaste?

El se levantó y salió de la bañera con mucho cuidado. No pude evitar observar su perfecto cuerpo  trabajado. Tuve que controlarme por no morderme los labios. Decir que era sexy era poco. Se secó con una toalla, (mi toalla)  y se vistió.

Roberta: ¿Podríamos dejar el suspenso para otro día? Decime en qué estás pensando!
Diego: Yo voy a salir. Y vos (me señaló) Vas a salir por ahí. (señaló la ventana)
Roberta: ¿Qué? Jajajajaja Es una broma, ¿verdad?
Diego: Am no, no es una broma.
Roberta: Yo no voy a saltar por la ventana! Y menos desnuda!
Diego: Vestite, se supone que trajiste tu ropa..
Roberta: Solo tengo la ropa interior acá, el resto está en mi cuarto.
Diego: Bueno.. (se quitó la remera) Ponete esto... Le decimos a Nora que saliste a ver a Javier.
Roberta: ¿Y también le decimos que ahora me visto como hombre? (bormeé)
Diego: No, le decimos que es de Javier.
Roberta: Uff ¿es necesario esto?
Diego: ¿Se te ocurre algo mejor?
Roberta: No, pero..
Diego: (me interrumpió) Entonces hacelo!
Roberta: Okey, okey, no me des órdenes!!
Diego: Entonces apurate...
Roberta: Salí entonces. ¿O querés verme desnuda?
Diego: Ah si..
Roberta: ¿Si?
Diego: No, que te tenés razón, que ya me voy... (abrió la puerta y salió)

Nada era más placentero que hacerlo sentir incómodo. Salí de la bañera y me sequé. Me puse la ropa interior y después la remera de Diego. Me reí de mi misma al verme en el espejo. Me quedaba por los muslos. Parecía un vestido.
Abrí la ventana refunfuñando. No podía creer que me estaba pasando eso. Por suerte eran solo unos pocos metros, porque daba justo al balcón de mi cuarto. Salté al balcón de mi cuarto y pensé en entrar, pero escuché las voces de Diego y Nora que estaban a punto de entrar, así que salté otra vez y aterrizé en el piso.
Volví a la parte de la entrada, con una sonrisa fingida y toqué timbre. Al pasarme la mano por el pelo noté que estaba mojado. ¿Cómo no pensamos en eso?
Corrí como una loca hacia la parte trasera de la casa, pensando qué podía inventar. Escuché voces nuevamente y me acerqué a ver quiénes eran. Diego y Nora salieron de la casa y fueron a la vereda. Haciendo silencio me metí dentro de la casa y corrí hacia mi cuarto. Me puse ropa mia y me peiné. Después bajé las escaleras sonriendo inocentemente. Nora y Diego se voltearon para mirarme.

Nora: Roberta! ¿Dónde estaba señorita? Estábamos muy preocupados..
Roberta: Estaba.. bueno.. bañándome.
Nora: Pero si Diego se estaba bañando.
Roberta: En la casa de Mia. (me pegué mentalmente por haber dicho algo tan tonto y poco creíble)
Nora: ¿Qué? en qué momento?
Roberta: En el momento en que no me estabas mirando Nora, basta de preguntas. (fingí enojo y fui hacia el living)
Nora: Por favor ya no haga eso.
Roberta: Si si, lo prometo. (pasé por al lado de Diego y le hablé al oido) ¿Escuchaste? Nunca más.

Me senté en el sillón y saque mi celular. Me mensajeé con Mia y acordamos que yo iba a ir a su casa.
Cuando me dí la vuelta para avisarle a Nora que me iba, no estaba ella, sino Diego.

Roberta: ¿Y Nora?
Diego: Se fue a limpear tu cuarto..
Roberta: Pero ahí está tu remera Diego!!
Diego: ¿Qué? ¿La dejaste ahí?
Roberta: Y si tonto, ¿dónde más??
Diego: Andá y sacala antes que la vea..
Roberta: Me debés muchas vos a mi.
Diego: No.
Roberta: Claro que si, te acabo de salvar una vez, y con esta serían dos.
Diego: Bueno, bueno, pero andá ahora.

Me dí la vuelta para subir las escaleras, y justo Nora bajaba con la remera de Diego entre sus manos.  Sonreí, nerviosa, pensando qué podía inventar.

Nora: Señorita Roberta...
Roberta: Aah.. la remera...
Nora: ¿Esta remera no es de...??
Roberta: (la interrumpí) Es de mi papá.
Nora: ¿Qué hacia en tu cuarto?
Roberta: No sé.. la encontré tirada por ahí, y la levanté.
Nora: ¿Tirada por ahí? Si yo ordeno todo siempre, y además tu padre se llevó casi todo a su viaje.
Roberta: Vos misma lo dijiste. "Casi" No todo.. así que.. puede ser que se haya caído.
Nora: Bueno, podría ser..
Roberta: Hay Nora por favor! No busques complicaciones dónde no las hay..

Subí a mi cuarto y agarré una cartera. Volví al living, y Nora y Diego estaban hablando en medio del living.

Roberta: No quisiera interrumpir su charla pero..
Diego: Lo estás haciendo.
Roberta: Bueno pero es porque necesito algo, y además estoy en mi derecho.
Nora: Voy a seguir con su habitación.
Roberta: Okey.. (ella se fue) Vamos Diego, llevame a la casa de Mia..
Diego: A esta hora?
Roberta: Son las siete y media de la tarde, ¿cuál es el problema??
Diego: Vas a pasar la noche ahí?
Roberta: No.. me vas a buscar más tarde.
Diego: No muy tarde. Es peligroso andar a la madrugada por la calle.
Roberta: Hay Diego! No quieras hacerme enojar. Tu trabajo es llevarme y traerme. Sin preguntas. Sin opocisiones. Además es la casa de mi mejor amiga, no te pido que me lleves a un boliche.

Me miró de arriba abajo y caminó hacia la puerta. Lo segui suspirando. No sé por qué se hacía el malo conmigo si al final siempre terminábamos haciendo lo que yo quería, porque así debía ser.
Entré al auto y saqué mis maquillajes. El se sentó al volante y encendió el auto.

Diego: No te maquilles.
Roberta: Aun no puedo entender cómo es que te soporto.
Diego: Las mujeres son más bonitas naturalmente.
Roberta: (dejé el maquillaje a un lado) ¿Te parezco bonita, Diego?
Diego: Todas las mujeres son bonitas.
Roberta: Yo te estoy hablando de mi, no de todas las mujeres.
Diego: Seguramente este es otro de tus jueguitos para hacerme quedar mal, así que no pienso responder a eso.
Roberta: No.. esta vez es en serio.
Diego: Antes dijiste lo mismo.
Roberta: Pero ahora es diferente.
Diego: (paró el auto, y se dió vuelta, quedando frente a mi) No juegues conmigo Roberta. Este es mi trabajo, no pienso perderlo por tu culpa.

Continuará...

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora