Capitulo 21:

188 15 2
                                    

Narra Roberta:
Dos Semanas Después:

Los siguientes días pasaron volando. Hacía ya casi dos semanas que Diego y yo estábamos de novios, y cada vez faltaba menos y menos para que lleguen mis padres.
Mi abuela debería haber llegado hacía como tres días, pero no llegó. Al principio, pensé que quizás se le había retrasado el vuelo, pero después de tres días, comencé a desesperarme.
La llamé por teléfono varias veces, y como nunca contestó, llamé a mis padres y les avisé que ella no había llegado y no contestaba el teléfono.

Diego entró a mi cuarto cuando yo estaba terminando de hablar con mis padres, corté lo más rápido que pude, y me acerqué a él, para besarlo.

Diego: ¿Estás lista?
Roberta: Sin un beso no me pienso mover de acá.
Diego: Bueno, está bien, voy a hacer el esfuerzo.
Roberta: ¿Ah si? (me cruzé de brazos y retrocedí) Entonces no pienso ir a la escuela.
Diego: Vení acá tonta.. (me tomó de la cintura y me acercó a él) ¿Cómo no voy a querer besarte si sos la cosita más linda que vieron mis ojos?
Roberta: Awww.. (lo besé) Te amo mi tonto...
Diego: Te amo más... (me besó otra vez)

Siempre fue así. Desde el día que él espantó a Javier de mi casa, literalmente, porque le dió una patada voladora y el otro corrió asustado, nos mantuvimos juntos.
¿Nunca sintieron que eran adictos/as a algo? Yo era adicta a pasar todo mi tiempo al lado de Diego. Abrazándolo, besándolo, acariciándolo, diciéndole que lo amaba mucho.
Por momentos, se notaba bastante que yo era un poco más inmadura que él, pero.. la mayoría de las veces, la pasábamos genial juntos. Y con genial me refiero a actuar como adolescentes rebeldes a veces, y a veces como nenes de cinco años.
Nora aprendió a vivir con lo nuestro. Lo aceptó y comenzó a tomarlo como algo normal. Bueno, era normal, pero igual al principio era rarito.

Cerré la puerta del auto y me asomé a la ventana para darle un beso de despedida a mi novio, pero él me frenó en seco, y estampó sus sexys labios en mi mejilla.

Roberta: Diego..
Diego: Ya hablamos sobre esto, Roberta..
Roberta: Está bien. (me acerqué y susurré) Te amo.
Diego: (susurró también) Te amo más.

Después de darle otro beso en la mejilla, caminé hacia la entrada del colegio, con mi mochila colgando de mi hombro.
Todos estos días estuve intentando darle un beso a Diego cuando estábamos en la entrada, pero él no me dejaba. Decía que si alguien nos veía, pensaría que era raro y le irían con el cuento a mis padres. Y él quería que fuéramos nosotros los primeros en hablar sobre el tema con ellos.
Lo entendía. Pero a veces simplemente quería tener una relación normal con él.

Mia: A que no sabés lo que tengo para contarte..

Me giré y la ví. Estaba hermosa, como siempre. Un jean tiro alto le marcaba a la perfección sus curvas, y un top no muy largo, que dejaba parte de su cintura al descubierto, de color negro, completaba el outfit.
Ella, claramente, era una de las únicas personas que sabía sobre Diego y yo, y también, me ayudaba a espantar a Paula o Javier cada vez que intentaban acercarse a nosotras.

Roberta: La gente normal suele decir "Hola amiga ¿cómo estás?" cuando llegan, pero no, vos tenés que tirarme de bomba de una. (reí)
Mia: Ay bueno, Hola Roberta ¿cómo estás? ¿cómo estuvo tu día? (rodeó los ojos) ¿Así está mejor?
Roberta: Mejor, mucho mejor. Y mi día empezó bastante bien, salvo por el detalle de que mi abuela sigue desaparecida en acción.
Mia: Espero que vuelva pronto. Pero lo que tengo que contarte ahora.. te a alegrar el día por completo.
Roberta: Contame entonces, dale!
Mia: ¿Te acordás de que Javier anduvo divulgando por toda la escuela que iba a cortarle definitivamente a Paula porque se habia dado cuenta de cuánto valías y lo mucho que te quería la semana anterior?
Roberta: (rodé los ojos y suspiré) Ay, como no recordarlo... ¿Tenemos que hablar sobre ellos en serio?
Mia: Si. Porque toda la escuela está hablando de ellos, y no podés entrar ahí sin tener idea de lo que pasó.
Roberta: Contame el chisme entonces, dale..
Mia: Cuando Javier intentó cortar, Paula le dijo que ¡está embarazada!
Roberta: (abrí los ojos como platos) ¿Qué? Pobre bebé.. con los padres que tiene, seguro nace corto de cerebro..
Mia: Ajam.. pero bueno, miralo así, ellos te lastimaron, y ahora están obligados a crecer de golpe para hacerse cargo de sus errores..
Roberta: Todo vuelve mi querida Mia, todo vuelve..

Rodeé su cintura con mi brazo, y ella pasó su brazo por mis hombros, y comenzamos a caminar hacia la puerta.
Adentro, todo era un caos. Mia tenía mucha razón cuando dijo "todos están hablando sobre eso". Muchos de ellos, incluso hablaban de mi, porque aunque yo no quería, estaba un poco involucrada en el asunto.

...

Gracias al cielo, durante todo el día ninguno de los "futuros padres" se acercó a mi.
Me despedí de Mia, y la ví alejarse charlando animadamente con Miguel. Últimamente él se había acercado mucho a ella, lo que claro, la ponía como loca, teniendo en cuenta que estaba enamorada de él desde que tenía más o menos.. 11 años.

Diego me estaba esperando, como siempre, en el estacionamiento del colegio. Abrí la puerta del lado del acompañante (porque no tenía sentido seguir viajando atrás como si no existiera relación entre nosotros) y me deslicé en el asiento, a su lado.

Roberta: Hola..
Diego: Hola.. (me dió un beso en la mejilla)
Roberta: Estamos dentro del auto, podrías besarme, no?
Diego: (sonrió) Últimamente estás muy ansiosa por que te bese.
Roberta: Además del hecho de que adoro tus besos, eso es lo que hacen los novios, no?
Diego: Creo que si. (sonrió y me besó)
Roberta: Tengo mucha hambre, no como nada desde la mañana.. (mientras buscaba algún resto de algo en el auto)
Diego: (abrió un compartimiento y sacó un paquete de galletitas) Lo abrí hoy a la mañana, seguro sirve de algo..
Roberta: Gracias.. (lo agarré) ¿Todo bien?
Diego: (su sonrisa se borró) Creo que.. Nora tiene algo que decirte cuando llegues..
Roberta: ¿Qué cosa?
Roberta: Me pidió que no te dijera nada, dijo que era complicado, y que prefería hablarlo con vos directamente..
Roberta: Pero decime Diego! no aguanto..Además, me da miedo de que sea algo grave..
Diego: No puedo.
Roberta: Dale Diego! no me hagas esto..
Diego: (suspiró) Es sobre tu abuela..
Roberta: ¿Qué le pasó a mi abuela?

...

Diego no me dijo que le pasaba a mi abuela. Pero me bastó con poner mis pies sobre el living de mi casa, para entenderlo todo.
Nora me se sentó a frente a mi, y llorando me explicó que mi abuela había fallecido hacia como dos días en su departamento, en España. Dijo que la encontraron recién cuando mis papás llamaron para preguntar por ella, y el portero de su edificio subió a su departamento para ver qué pasaba.
Yo estaba llorando desconsolada, y no entendía nada. Diego se sentó al lado mio y me abrazó, y a pesar de que él siempre era el único capáz de hacerme sentir bien, está vez no lo logró. Mi corazón simplemente estaba roto en dos.

...

Escuché el insistente golpeteo en mi puerta y me senté en mi cama, mientras sollozaba y me limpiaba el maquillaje corrido con mis manos.
Diego entró en mi cuarto con una bandeja con comida y una vaso de jugo.

Diego: Dijiste que tenías hambre..
Roberta: Ya no. (murmuré entre sollozos)
Diego: Vamos preciosa, sé que estás mal, pero no te lastimes a vos misma, ya pasamos por esto..
Roberta: (agarré la bandeja) No puedo creerlo Diego.. no entiendo cómo fue que pasó.
Diego: Tuvo un ataque cardíaco.. (suspiró) Roberta, tenés que ser fuerte, y salir de esto.
Roberta: Ya lo sé, pero dejame hacer mi duelo.
Diego: (asintió) Tus papás vuelven mañana a primera hora, para el entierro...

Yo solo asentí mientras intentaba comer algunos bocados.
Iban a trasladar el cuerpo de mi abuela, para que podamos enterrarla en el país, y mis padres iban a volver lo más antes posible... Todo había salido terriblemente mal.

Interiormente, estaba planeando el momento en que mi abuela iba a llegar a mi casa, para contarle sobre Diego y yo. Ella siempre me había contado historias sobre el amor verdadero y demás, y quería que lo supiera. Además, ella iba a entenderme, siempre lo hacía.
¿Por qué me la quitaron de esa manera?

Diego: Bueno.. (agarró la bandeja) Te dejo sola...
Roberta: No.. (lo tomé de la mano) Quedate conmigo por favor..
Diego: Está bien..

Dejó la bandeja sobre mi escritorio y se metió dentro de mi cama, a mi lado. Me rodeó con sus brazos y yo apoyé mi cabeza en su pecho, mientras volvía a llorar..

Continuará...

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora