Capítulo 78

859 36 31
                                    

"Nunca pierdas la esperanza, sin importar lo oscuro del panorama".

Que la noche azote las ventanas de la habitación de Ash es inusual. O al menos, que él mismo se dé cuenta de ello. Rondaba con el pensamiento la oscuridad de los tejados colindantes, cuyas luces se apagan poco a poco. El cuerpo a penas y se quejaba de los moretones por su hazaña heroica. Escucha la respiración de Pikachu a un costado de su cama, resguardándose del frío con el calor de su entrenador. Gary duerme tranquilamente a unos pocos metros de distancia. Entre lo poco que es capaz de asimilar a altas horas de la noche, era su enfado por no poder imitarles.

No paso mucho tiempo desde que regresaron al poblado cuando Anabel los detuvo por segunda vez, con cara de pocos amigos. Enojarse de vez en cuando con algún conocido es normal. Incluso es hasta gracioso cuando lo recuerdas. Insistió en que el trabajo policial no pueden llevarlo a cabo los jóvenes, además de lo temerario que fue de su parte arriesgarse para resguardar un bien material. Al calor de la discusión Anabel expuso la situación actual de la región. Con la incursión de Pueblo Po, no solamente se perdió el elemento sorpresa de la organización, sino que aumentó la actividad en cada región por parte de fuerzas rezagadas. La escalada de tensión a causa de las bandas en todo el mundo hizo que la cantidad de efectivos no dieran abasto; el retraso en la llegada de refuerzos es inevitable, y con ello una mayor exposición a cualquier maniobra.

A regañadientes, aceptó no volver a meterse en medio. Anabel no lo entendía. Los problemas lo persiguen. No lo escoge. El Equipo Rocket da problemas. El Equipo Galaxia da problemas, y el Equipo Flare también. Hay una diferencia entre escoger y ser una víctima más de sus acciones. Incluso los héroes son víctimas de sus villanos, en su incansable batalla entre el bien y el mal.

Con cuidado de no perturbar el sueño de Pikachu, se levantó de su cama y se vistió con lo primero que encontró. Cerró la puerta tras de sí y salió del centro pokémon. Echó andar hasta la orilla del mar, cerca del ahora destruido supermercado ultraganga. El sonido de la arena producto de sus pisadas tiene un efecto tranquilizador. Alcanzó a distinguir aletas de Sharpedo en el agua, llana como un plato. La oscuridad la confunde con el alquitrán, o el propio asfalto. Siempre le produjo respeto observar el mar nocturno, y la asombrosa habilidad de los pokémon para sobrevivir a él. Nadie los preparó para enfrentar sus peligros. Solo se conducen por su instinto y evolución. Se imagino ciego en aquella situación que supone el mar tranquilo y apacible, navegando sin rumbo fijo. ¿Qué haría el en esa situación?

¿Cómo era posible que haya llegado a esta situación?

—No pensé que te vería con ese rostro.

Se dio la vuelta. Yazir estaba junto a él con su Garchomp, observando el mar, como si buscase alguna señal en el horizonte.

—Es difícil acostumbrarse —señaló sin dar importancia—. Puede que ocurra más temprano que tarde, pero al final aprendes a ignorarlo.

—¿Es otro de tus trucos mentales?

—Ya quisiera. Por primera vez en mucho tiempo, me siento igual —dijo en tono sombrío—. Capturaron a mi contacto dentro del Equipo Rocket.

—¡¿Qué?!

—Escúchame Ash. Tenemos que marcharnos mañana a primera hora y detener tu participación en el recorrido insular...

—¡Eso ni hablar! —lo cortó Ash—. Mañana tengo mi combate con Nanu. Ya queda poco para acabar con esto.

—Y por eso es predecible —sentenció—. Ellos saben tus movimientos antes de que los hagas. Van por tu cabeza. Y si queremos tener alguna posibilidad de derrotarlos, necesitamos ser inteligentes.

Caminos EnlazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora