Capítulo 40

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En el capítulo anterior, vimos cómo transcurría la cita de Ash y Serena, pero... ellos no eran los únicos que estaban pasando un tiempo solos. Sin que nadie supiera sus motivos, Gary y Lille se dirigían al sur de la isla de Akala, hacia las Ruinas de la Vida, para ver qué podían descubrir sobre Cosmog. ¿Qué serán capaces de descubrir?

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Caminaron guiados por la Rotom-Dex de Gary desde Ciudad Kantai (luego de haber usado al Arcanine de Gary para llegar rápidamente desde Pueblo Ohana), hacia las Ruinas de la Vida, se podía ver al dispositivo no muy convencido aún y con mucho miedo, iba temblando un poco en el aire ante la idea de ir a ese lugar. Gary y Lillie iban hablando en el camino sobre las investigaciones de Pimpinela, así como también sobre la curiosidad por saber qué encontrarían en ese lugar y si les ayudaría a resolver el enigma alrededor de Nebulilla. En uno de esos momentos, un Charjabug salió de un arbusto justo enfrente de Lillie, dejándola petrificada por unos instantes, hasta que el Pokémon se alejó caminando hacia el otro extremo del sendero luego de voltear a verlos; Gary puso una mano en el hombro de Lillie, diciéndole que todo estaba bien para tratar de calmarla un poco, cosa que alegró a la chica.

-Oye Lillie, ¿tienes familia? – preguntó Gary lleno de curiosidad mientras se dirigían a las Ruinas de la Vida.

-¡¿Y-y esa pregunta a que viene?! – exclamó la chica sorprendida y agitada.

-Me da curiosidad, como te quedabas en una de las propiedades del Profesor Kukui.

-Buenoooo... – la chica dudó un instante antes de responderle a Gary. – Sí, mi mamá y mi hermano.

-¿Qué hay de tu papá? – le preguntó el chico.

-Él... falleció en un accidente en uno de sus experimentos. – le respondió la chica cabizbaja.

-Lo siento... no quise hacerte recordar algo desagradable. – se disculpó el chico, "la hice sentir mal."

-Tranquilo Gary, no te preocupes. – dijo la rubia dedicándole una pequeña sonrisa. – fue hace tiempo.

-Pero... si tienes a tú mamá y hermano... ¿por qué no estás en tú casa? – le preguntó el chico. – ¿Huiste?

La chica se encogió de hombros ante la pregunta y miró al suelo mientras caminaba, de repente se empezó a sentir un poco de tensión en el ambiente, el chico supo que había tocado un lugar sensible que era una especie de tabú o un evento que no quería recordar.

-¡Lo siento Lillie, por favor perdóname, no insisto más con ese tema! – añadió el chico rápidamente deteniéndose al lado de Lillie con una gota de sudor en la frente.

-Está bien, tranquilo. – respondió la chica recuperándose un poco luego de esos breves instantes, olvidando todo sobre ese asunto. Caminaron por el sendero otro rato hasta que Lillie habló de nuevo. – Y... ¿qué me dices de ti?

-Bueno pues... mi mamá está en Kanto, la llamo constantemente para hacerle saber que estoy bien; pero por lo general, pasaba mucho tiempo en el laboratorio de mi abuelo, viendo a los Pokémon y ayudándolo a cuidar de ellos, esa era una buena época, Ash y yo éramos vecinos en Kanto, veíamos una que otra película juntos, aunque ya existía cierta rivalidad entre nosotros. – mientras hablaba, sonreía recordando aquellas experiencias.

-Si puedo preguntar... ¿qué hay de tu papá? – preguntó.

-Mi papá salió de viaje hace 10 años y desde entonces no lo hemos visto más, yo tenía 6 años, no tengo muchas memorias de él. – respondió poniéndose un poco serio. – Mi mamá tampoco lo menciona mucho, no sé qué hace hoy en día. Solo sé que es Entrenador Pokémon y está viajando por el mundo, escuche a mi abuelo en una ocasión diciendo que era un entrenador de talento y muy poderoso.

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