Capítulo 59

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«El Lobezno, se vence a sí mismo».

Segunda Ley de los Pokémon

«Quien se enfrenta a sí mismo, se encuentra».

«Quien se enfrenta a sí mismo, se encuentra»

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Al día siguiente, en la Avenida Royale...

—¡Gary es terrible! —comentó Lillie cuando apareció a tomar el desayuno—. Serena se marchó. Y parece que Yazir también, porque no salió a su entrenamiento matutino.

—No debería sorprenderte —Ella parpadeó un par de veces a espera que se explicase—. Ash no es muy bueno ocultando sus malestares, como pudiste ver anoche.

—Pobre —musitó la chica—, iré a subirle el ánimo.

—No, yo me encargo de manejarlo.

Ash no pudo conciliar el sueño en toda la noche. Las pocas veces que logró dormirse tuvo siempre la misma pesadilla. Serena convertida en reina de Kalos, refiriéndole como el eterno perdedor después de su séptima derrota en la liga pokémon, para luego desparecer tomada de la mano con Yazir. Siempre lo miraba distante y fría, como si no le importase siquiera su existencia.

Lo único que quería era dormir profundamente por siempre. Su mente estaría en blanco y dejaría de sufrir, incluso no recordaría más sus molestos sueños. Pero su memoria parecía disfrutar traerla de regreso a su cabeza. Era como un fantasma. Uno que se niega a desaparecer, recordándole cuanto la extrañaría. Se sentía vacío. Hueco. Era tan fuerte que no podía contener las brillantes y amargas gotas que bajaban por sus rosados pómulos. Serena se había ido, y con ella una parte de su vida que creyó olvidada.

Ignoró por completo cuando Gary entró en la habitación y abrió las cortinas.

—¡Hermoso día, ¿no te parece estimado Ash?!

Ash temblaba de furia. El mundo daba vueltas a su alrededor, la falta de sueño no le dejaba pensar con claridad.

—Cállate Gary. —replicó, a penas conteniéndose.

—Ya dime. ¿Cuál es el secreto? Aun tengo acosadoras que no me dejan en paz.

—Te lo advierto... —bramó, arrastrando las sílabas con una mirada amenazadora. Sus ojos se hacían cada vez más oscuros.

—¿Qué? ¿Vas a pedirme que me vaya como hiciste con Serena?

—¡YO NO LE DIJE QUE SE FUERA! ¿CREES QUE SOY TAN ESTÚPIDO?! —Lanzó su gorra al suelo, junto a la lámpara de su mesa de noche haciéndola añicos—. ¡LÁRGATE, NO QUIERO ESCUCHAR TU SERMÓN!

—¡Me escucharas, sé como te sientes!

—¡NO, NADIE PUEDE ENTENDERLO Y MUCHO MENOS TÚ, ¡EL SIEMPRE PERFECTO! —Cogió un vaso que parecía delicado y lo arrojó contra la pared. Pikachu estaba petrificado, por primera vez tenia miedo de Ash—. ¡A TI NUNCA TE HAN DEJADO A MITAD DE UN VIAJE! ¡NUNCA TE HAN DICHO QUE ERES UN COMPLETO EXTRAÑO! ¡NUNCA HAS ESTADO SOLO!

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