CAPÍTULO QUINCE

6.1K 985 23
                                    

—¡Jimin! ¡Jimin!

Los fuertes gritos de Jungkook procedían lejanos fuera del departamento. El chico se acercó hacia la puerta con el teléfono entre medio de la oreja y el hombro.

—Espera un segundo, TaeHyung... —dejó a su amigo en la línea y abrió la puerta echando un vistazo afuera.

—¡Minie, a que no adivinas! —jadeó Jungkook entrando en su campo de visión, él lucía alborotado. Su cabello que necesitaba un corte apuntando en todas direcciones. La bata blanca colgando de un brazo y una sonrisa radiante en su rostro. —He pasado por el cine a la hora del almuerzo, están repitiendo las taquillas, ¡hay una función de Dirty Dancing que empieza en menos de una hora!

Minie procesó todo lo que Jungkook decía, o lo intentó, al menos por encima de su euforia. Echó una ojeada detrás de Jungkook que se recomponía aun, haciendo esfuerzos por calmar su respiración.

—¿Has subido todos los pisos a la carrera solo para decirme eso? —Preguntó incrédulo Minie.

El ceño de Jungkook se frunció.

—¿Qué no has escuchado? Hay una función de Dirty Dancing ahora. —dijo como si eso lo explicara todo. Él se veía como quien corre una maratón, saliendo victorioso. —¿No quieres ir?

Jimin quiso boquear.

—¿Me estás invitando al cine? —preguntó lleno de incredulidad.

Jungkook se rio. Un sonido rico en felicidad.

—¿Por qué estás tan lento de entendederas hoy? —dijo y ladeó su cabeza extrañado. —¡Sí, vamos al cine tu y yo!

Jimin no podía creer su suerte. Se sintió culpable. Él sacudió el teléfono en el aire con la llamada aun en espera. TaeHyung estaba justo allí.

—De hecho, yo como que estaba armando algo con TaeHyung —dijo con cautela, arrepintiéndose tan pronto vio el gesto de Jungkook caer.

—Oh —Él pareció desinflarse con esa simple palabra. —¡Oh, está bien! Amm, no importa. Bueno, podemos ir en otro momento si gustas de todos modos... No creo que las carteleras cambien en estos días.

Jimin se recriminó mil veces mentalmente. Llevaba todo este tiempo esperando por una oportunidad así y ahora que se presentaba, la arruinaba. Los ojos de Jungkook se habían vuelto a oscuros cuando pasó por su lado, entrando en el apartamento.

Minie tomó un largo respiro antes de llevarse el teléfono al oído. Esto no iba a ser lindo, pero no necesitaba pensárselo dos veces. Se iba a arriesgar con todo. Necesitaba salir de la duda ya.

—¿TaeHyung, sigues ahí?

—Sí, ¿Qué ha sido eso? —El chico preguntó al otro lado de la línea.

Minie tenía ganas de restregarse el rostro. Él se preguntaba lo mismo.

—No lo sé, pero yo... Si has escuchado todo, voy a aceptar. —dijo de golpe cerrando los ojos. TaeHyung no se hizo esperar protestando, pero Jimin siguió adelante. —Voy a decirle a Jungkook que vamos al cine, ¿podemos vernos tu y yo mañana?

—Tengo todo el turno de mañana en la sex—shop, no puedo. Le he dado el día libre a Ming. —dijo con dientes apretadas. —Maldita sea Minie, el hombre te pide algo y tu corres.

Minie se hizo a un lado esperando que la enfadada voz de TaeHyung no se escuchase demasiado fuerte.

—No es eso. Pero tú sabes, ha estado pasando algo entre nosotros y quiero saber... —Había intentado por todos los medios mantener todo bajo perfil, pero TaeHyung era su mejor amigo y solo con él podía sincerarse. —Por favor, TaeHyung.

El chico suspiró derrotado.

—Me has hecho tantas trastadas chico, que una mas no hará la diferencia —aceptó con voz cancina. Minie se contuvo de ponerse a dar saltitos. —Quiero todos los detalles cuando nos veamos, ¿de acuerdo?

—De acuerdo, te quiero. Te llamaré, lo prometo.

—Estaré esperando —prometió y cortó.

Minie guardó el teléfono en su bolsillo, entrando a la carrera al departamento. No perdió la ironía en el acto. Jungkook estaba en la cocina, dándole la espalda.

—Jungkook, vamos, no te quedes ahí. —dijo llamando su atención, Jungkook alzó la vista y Minie le hizo una seña hacia afuera. —Si queremos llegar al cine con tiempo, debes de dejar de verte como cachorrito pateado.

Jimin no sabía que una sonrisa podía tener tantos dientes hasta que vio la que Jungkook le brindó.

Se sentía de todas maneras como una cita cuando ambos salieron de sus cuartos veinte minutos más tarde y se encontraron arreglados y con sonrisas ansiosas. Minie quiso pasar bajo perfil, pero su ropa estaba hecha para llamar la atención. En cambio, Jungkook iba discreto con una camisa negra que favorecía a sus hombros, haciéndolos ver endemoniadamente grandes.

—Muy bien; Gremlin, Volver al Futuro, Alien... —Jimin estaba leyendo en la fila para comprar los tickets. —Realmente es una taquilla antigua, esto me hace sentir viejo.

Jungkook cruzó un brazo por su espalda, apretando su hombro.

—Vamos Minie, no me digas que deseas ver alguna otra película. —Había risa en su tono y estaba tan cerca. Minie ni siquiera quería mirarlo para no perderse la forma en que su aliento caía sobre su mejilla. —Dirty Dancing es una de tus películas favoritas, cuando salió solo perdiste tu cordura con tal de ir a verla, recuerdo eso... ¿Qué haces? —Jungkook congeló su sonrisa, deteniendo con su mano el intento de Minie de sacar su billetera. —Esta es mi invitación, guarda eso. —señaló y tomó su turno comprando.

Jimin tomó varias respiraciones dejando a Jungkook hacer de las suyas. Iba a ser una larga velada. 

En algún lugar del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora