Uno de los dos comenzó el beso, o quizás fue una reacción de ambos. Se besaron de manera pausada y gentil; tomando y dando con delicadeza. Entraron en el dormitorio de Jungkook sin hablar, tan solo mirándose. Jungkook se sacó la camisa por encima de la cabeza y pateó sus deportivas lejos. Se soltó el botón de los pantalones ante la mirada atenta de Jimin quien sentía sus manos picar por hacer lo mismo y tan solo quedándose embobado por la imagen que Jungkook le ofrecía. Alcanzó el punto de excitación cuando se encontraron de nuevo a medio camino, cayendo hacia la cama, Jungkook sobre Jimin, no dejando ni un ápice del rostro del menor sin besar. Las manos de Minie recorrieron la línea de la columna de Jungkook. Sus piernas enredadas, contoneándose y pateando el resto de ropas que se interponían, sacándolas fuera del camino, robándoles un jadeo cuando el primer contacto de completa piel con piel llegó.
Jungkook se sintió perdido al mirarse en los ojos de Minie, en la maravilla reflejada, en la entrega para un acto que le tenía temblando y no solo de excitación, sino también de pavor. Estaba seguro que esto le cambiaría, estar con Minie sacudiría los cimientos de su mundo y sin pensarlo dos veces, solo cerrando los ojos y tomando los labios de Minie, su sabor, su tacto, sus respiraciones y su voluntad; se dejó llevar.
En algún punto, protección y lubricante fueron dejados sobre la mano de Jungkook, quien se vio aterrorizado, sin embargo, se hizo cargo. Él ni siquiera había pensado en eso, ni en cómo es que Jimin los tenia o por qué, y obviamente no iba a pensar en ello en ese exacto momento. Así que solo se sonrojó, sintiendo sus orejas arder y su espalda tensarse hasta el punto de ser casi doloroso. Sus oídos estaban zumbando y Jimin no dejaba de besarle, lo que era bueno, porque si no el miedo le consumiría. Estaba deseoso por tomarse su tiempo; Jungkook no quería tratar el asunto como un hecho aislado que no volvería a repetirse, en la parte trasera de su nuca se repetía que estaría de la misma manera mil veces con Minie, pero aquella era la primera y debía de hacer una declaración. Si tan solo fuese tan fácil, si no estuviese ya al borde del abismo, de ponerse en vergüenza con tan solo ver a Jimin a su merced.
El chiquillo se aferró a los brazos fuertes de Jungkook, viéndole con la mirada limpia y un ligero rastro de anticipación. Él se mordió el labio a la espera, casi relajado se diría, si no fuera por su cuerpo sonrosado por las caricias, sus rodillas presionadas hacia su pecho y la mano de Jungkook perdida entre los cuerpos de ambos tocándolo casi con reverencia.
Mirarse en tal estado era más de lo que habían esperado ambos que sería y cuando Jungkook se posicionó en la entrada de Minie tomando preciado aire, éste arqueó la espalda en una silenciosa invitación.
Se tragaron el primer jadeo sellando sus labios fuertemente y sus manos yendo por todas partes. Jungkook tomó a Minie por las caderas, estabilizándose, tomando la novedad de la sensación e intentando en vano no perder la cabeza.
Las manos de Jimin se mantenían frías desde su llegada y sostuvieron su rostro con determinación y gentileza, incitándole a mirarle mientras tomaban un ritmo y se mecían juntos.
No había mas que brillos detrás de los ojos de ambos, sus manos unidas al igual que sus frentes. Jungkook se encontraba perlado en sudor y Jimin por completo perdido, acalorado y aguantando una letanía de palabras incoherentes que morían por salir de sus labios.
El orgasmo les quemó juntos y juntos gimieron sobre la boca del otro. Jungkook controló el peso de su cuerpo para no aplastar a Jimin, besándole en cambio con absoluta ternura y suavizando sus manos allí donde antes se había aferrado cual bote salvavidas y es que no se había equivocado. No podía alejar sus manos del chico y la sonrisa en su rostro era tan grande que apostaba a que sus mejillas dolerían mas tarde, pero nada de eso importaba tanto como la vista de Jimin que a ojos cerrados luchaba con su respiración débil.
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En algún lugar del corazón
FanfictionJimin acaba de mudarse a New York. Se ha reencontrado con su mejor amigo de toda la vida, empieza las clases en la mejor escuela de artes del mundo y su cabeza va a la deriva. Después de todo, sólo tiene veintiún años. Jungkook, por su parte, está...