Cap. 14 "¿Nunca voy a poder negarme a ti?".

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Algunas horas y quién sabe cuántos minutos después, todo se había ido por la borda. Mis reflejos, la fuerza de mis piernas y también mi capacidad para prestar atención. A excepción de mis ganas de reírme, esas no se habían ido para nada y las de Tiara parecían estar ganándome.

—Tiara, deja de tironearme —le pidió Austin, algo molesto de su novia.

—Lo siento —balbuceó ella, moviendo su brazo y tirando su cabeza sobre su hombro.

Nos habíamos cambiado de mesa a una de un sofá tapizado redondo donde todos podíamos vernos las caras para charlar. Claro que después de veinte minutos allí, bajamos a bailar y cuando nuestros pies se cansaron, volvimos allí a sentarnos. Dallas era el encargado de ir a la barra por nuestros tragos cada vez que quisiéramos algo y no estaba muy seguro de por qué quería subir repetidas veces. Algo me dijo que para observar un poco más a esa camarera.

Más y más tragos hicieron que mi sobriedad desapareciera y que la parte no pensante de mi saliera a flote. Mi cabeza daba vueltas y veía como todo se movía en cámara lenta. Afilaba mis ojos cada vez que alguien me hablaba, como si quisiera prestar más atención de esa forma. Y ni hablar de mi cuerpo, yo no era ninguna torpe que se vivía cayendo, pero tenía muchas anécdotas de caídas estando ebria.

Dallas volvió a reírse de esa forma graciosa que a ambas nos causaba gracia y volvimos a partir en risas los tres, fastidiando aún más a Blas y Austin que parecían querer irse. Había muchísima menos gente en Terralta y la mayoría se estaba yendo.

—Oigan, ¿por qué se van todos? —pregunté muy parecido a un ebrio que conduce un camión—. Aguafiestas —sentencié levantando mi vaso y chocandolo con el de Tiara, que no estaba bien sujeto en su mano y se fue al suelo en nuestros pies.

—Skyler, son las seis y media de la mañana —dijo Blas, riéndose un poco y mirándome como si fuese una idiota—. Algunos trabajan, no olvides que es viernes.

—Pobre de ellos, yo volveré a dormir hasta las seis de la tarde —canturreó Tiara riéndose como una desquiciada.

—Tú tienes ensayo de vestuario a las tres —le recordó Blas con una sonrisa y la cabeza ladeada. Ella abrió los ojos y se desplomó sobre Austin.

—Bien, suficiente. Vamos Tiara, te llevaré a tu cuarto —le dijo su novio, levantándose y extendiéndole la mano.

—Pero no quiero irmeeee —alargó ella, esta vez tirándose hacia mi lado.

—Los guardias comenzaran a echar a todos en media hora más, así que tampoco es como que te vayas a poder quedar mucho más —agregó Blas.

—¿Y tú qué haces aquí entonces? —pregunté casi de mala gana.

—No puedo entrar a un cuarto ajeno. Bueno, si, en realidad sí puedo. Pero estoy esperando a que todos se vayan para saber que ella estará en su cuarto cuando yo vaya —explicó y se encogió de hombros.

Tiara y yo nos dimos una mirada que indicaba "si tú dices" que me recordó a ese meme de Shrek que solíamos imitar.

El teléfono de Blas sonó y lo sacó para observarlo. Una sonrisa apareció en su rostro.

—Bueno, eso no será necesario. Adiós —saludó para levantarse.

—¡Aguarda! —grité y me levanté para tomar su brazo, deteniéndolo—. Acompáñame a la Suite —dije y me miró como si hubiese hablado en chino.

—¿A qué quieres ir a la Suite? —preguntó de lado.

—La pregunta es, ¿quién está allí? —interrumpió Tiara y la miré con los ojos furiosos. Blas esbozó una sonrisa y volví a él.

Los chicos de Terralta (Parte I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora