El viernes había llegado y era la noche del famoso cumpleaños. Estaba de un increíble buen humor y estaba segura de que había sido por el buen rato que pasé la noche anterior en el cuarto de Blas. Que ni Eiden ni Damek se ofendieran, pero el más pequeño de los hermanos tenía demasiada energía.
Tiara me dijo durante el desayuno que pasaría el mediodía con los padres de Austin, que la invitaron a almorzar y allí planeaban decirle que estaban "algo así como juntos", como dijo ella. Así que comería sola porque Eagle estaría organizando unos papeles, según dijo.
Pero antes de poder entrar al comedor, un brazo tiró del mío. Pegué un grito algo asustada pero entonces pude ver a Blas tapándome la boca, acorralándome contra la pared del pasillo. Seguí chillando pero esta vez para que me sacara la mano de la boca.
—Deja de gritar o no quitaré mi mano —me amenazó y dejé de hablar para que lo hiciera.
—¿Qué diablos crees que haces? —pregunté cruzándome de brazos, sin entender por qué me había zamarreado de esa forma. Esperaba que nada de lo que sucedió horas atrás, tuviese que ver con eso.
—Tienes que ver esto —respondió con los ojos abiertos y afilé los míos en él.
Oh, mierda. Esto no puede ser bueno.
—Blas, ¿qué sucede? —pregunté sin obtener respuesta, simplemente volvió a tomar mi brazo para arrastrarme hacia el elevador.
Imaginaba los peores escenarios. Por ejemplo, quizá Argus oyó que follabamos la noche anterior, lo cual era la idea. Pero y si se lo dijo a Eiden, podría estar ocurriendo algo en su apartamento.
—Alguien dejó una nota para ti —dijo cuando ya estábamos subiendo, hacia la suite Rinaldi supuse.
—¿Qué? —pregunté sin entender. Mi rostro se contrajo en confusión y él asintió con la cabeza. Al diablo con todas mis teorías, eso no entraba en mis planes de ninguna forma.
—Dejaron una nota para ti en nuestro apartamento —repitió, pero seguía sin tener ningún sentido para mí.
—¿Una nota? ¿De quién? —pregunté negando con la cabeza. Eso no tenía ningún sentido. Además, ¿quién deja notas hoy en día?
—Está firmada por "Ex" —dijo cuando el elevador se detuvo.
Mis ojos se abrieron, sin entender cómo eso era posible. Parpadeé esperando encontrar una respuesta en mi cabeza pero eso no tenía sentido. Algo era seguro, y era que el extraño había firmado.
"Buenas noches, Ex".
"¿Ex?".
"Si, de extraño".
Pero si era uno de ellos, ¿por qué dejar la nota allí donde se inculparían solos? ¿O el extraño quería que piense que es uno de ellos?
—¡Skyler! —me reprochó Blas tirando de mi brazo otra vez, porque me había quedado parada en el elevador como una estúpida.
Me señaló la puerta y debajo de las letras doradas que solían darme mucho pánico, había algo que me daba aún más terror. Una nota suya. El papel era blanco y tenía tinta negra, estaba pegado con una cinta en la parte superior. Lo arranqué para leerlo de cerca.
"Mejor no busques lo que no quieres encontrar, Skyler Marin. Nos veremos el sábado. —Ex".
—¿Qué mierda significa esto? —casi gritó Blas frente a mi.
Punto uno; ¿cómo sabía mi apellido? Yo jamás se lo dije al extraño y si lo sabía, tenía sentido que fuese un empleado de allí. Y que fuese el dueño mucho más, porque podría ver mi expediente sin problemas.
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Los chicos de Terralta (Parte I y II)
Fiksi RemajaSkyler Marin es una pueblerina con un gran talento para la arquería. Una noche en una fiesta de disfraces, se acuesta con un misterioso chico con máscara al cual le pide su número. Se enamora del extraño, pero todo termina pronto, pues él jamás quis...