Cap.5 "¿Aceptas una pequeña apuesta?".

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Caminé por el campus buscando a Tiara, me dijo que estaría por las canchas luego del desayuno y que podíamos jugar un rato si queríamos, ya que a esta hora del mediodía no había clases de deportes.

Llegué a la cancha de tenis para encontrarme con unos chicos jugando y pude reconocer que dos de ellos eran Austin y Dallas pero estaban muy entretenidos en su juego para notar que había llegado. La cancha estaba vacía a excepción de ellos. Tiara estaba cerca del bebedero cargando una botella de agua cuando corrió hacia mi con una sonrisa.

—Llegaste —me dijo aunque yo no dejaba de observar a los chicos jugando.

—¿Son ellos? —pregunté automáticamente y ella subió las cejas soltando una pequeña risa, lo que me dejó ver que fui demasiado directa.

—Si, son ellos. Cada tanto se juntan con sus amigos para un partido amistoso —me explicó señalándolos.

Comenzó a caminar hacia ellos dentro de la cancha y la seguí algo temerosa, porque no olvidaba el momento que pasé en Terralta. Los dos chicos que jugaban con Austin y Dallas se chocaron los puños con ellos y desaparecieron de allí, caminando lejos cuando nos vieron llegar. Pero los otros dos, se quedaron sentados donde estaban, observando el juego y ahora nuestra conversación. Uno de ellos no dejaba de mirarme y podía sentirlo desde lejos.

—Gracias —le dijo Austin a Tiara cuando ella le tendió su botella con una sonrisa.

—Hola Sky, ¿qué tal tus primeros días? —preguntó Dallas pasándose una toalla por la cara.

—Pues sobreviví y me alejé de Ágnes —le dije con una sonrisa, recordando que ambos me habían aconsejado eso días atrás.

—Muy bien —me respondió él—. Vamos, Eiden. Tu turno.

Unos de los chicos se levantó del suelo y tomó una de las raquetas que dos de los hermanos dejaron allí. Pude reconocer que el que seguía sentado en el suelo era el que se había disculpado conmigo en la mesa, pero no el que estaba a cargo. Eiden frente a mi era quién tenía cabello gris y parecía totalmente fastidiado por estar allí esa mañana.

—¿Acaso quieres perder? —preguntó Austin revoleando su raqueta, haciéndolo reír.

—Sabes que no puedes ganarme —dijo Eiden con un aire de autosuficiencia para volver a mirarme—. ¿Y quién es tu amiga? —preguntó a Tiara.

—Es Skyler. —Ella me dio un empujón hacia adelante, haciéndome poner un poco nerviosa. Él levantó ambas cejas y luego las bajó, casi escudriñando mi rostro.

—Skyker —repitió, casi como cerciorándose que así me llamaba.

—Soy... —Por supuesto que iba a decir empleada.

—Nueva aquí —interrumpió Tiara, obviando la importante información de que era su maldita empleada. La miré con el ceño fruncido.

—¿Te conozco? —preguntó Eiden, parpadeando mientras me miraba, como si estuviese intentando escarbar en sus recuerdos si me conocía.

—Mm, no lo creo —le confesé nerviosa, sabiendo que yo jamás estaría en estos lugares de élite.

—Creo que te he visto antes —agregó asintiendo con la cabeza.

Los chicos de Terralta (Parte I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora