Caminé por el campus buscándolo por todos lados. Tiara dijo que iría a ver a Austin y que le diría que estaba bien sobre el desmayo. Técnicamente, yo buscaba a Eiden para lo mismo, pero... A la vez no.
Gente iba y venía. En ropa deportiva saliendo o entrando a las canchas. En trajes de baño tirándose a la piscina y tomando sol. Pero no había rastro de mi presa por ningún lado.
Entré en WhatsApp, chequeando la última hora de conexión del extraño. Había sido hacía media hora y quería tener siempre controlado eso. Porque no había forma de que él me mandara mensajes si lo tenía en frente.
Vi un par de muchachos cargando cajas que se veían pesadas y casi pude adivinar que había botellas cuando se dirigieron a Terralta. Sonreí internamente y caminé hacia el edificio, sabiendo que si no estaba afuera haciendo sociales, debía estar allí dentro trabajando.
Una vez en el último piso, dónde siempre trabajaban, lo encontré junto a Damek. Bien, dos pájaros lejos del nido. Necesitaba que no hubiese nadie en la suite Rinaldi, al menos por la próxima media hora. Observé sus bolsillos traseros y esperé que lo que necesitaba estuviese allí.
—¿Dónde mierda están esos dos? —se quejó Damek. Al parecer, dos hermanos debían estar aquí y no lo estaban.
Me acerqué y agradecí que alguien llamara a Damek para mostrarle unos papeles mientras yo tomaba a Eiden del brazo. Él se giró algo asustado y vi cómo su rostro serio cambió por uno preocupado.
—Skyler, ¿cómo estás? ¿Qué haces aquí? —preguntó abrazándome con el brazo que tenía libre pues en otro había una libreta y su celular.
—Estoy bien, gracias por cuidarme a noche. Es decir, sé que me estuviste buscando cuando no me veías —le hice saber y me sonrió.
—Me alegra que estés bien. ¿Qué fue lo que te hizo desmayarte? —preguntó con el ceño fruncido.
Ah, ¿y lo preguntas? No lo sé, tal vez... ¡Tú con una máscara!
—No lo sé —mentí negando con la cabeza, eliminando ese pensamiento—, supongo que debí comer un poco más.
"Señor Dalton", lo llamó un empleado mientras oía a Damek gritar por teléfono "te vienes ahora mismo".
—¿Te parece si comemos algo juntos esta noche antes de Terralta? —me preguntó, ignorando al empleado pero casi queriendo terminar su conversación conmigo.
—Claro —acepté sonriendo. Tus amigos cerca, y tus enemigos más cerca.
—Paso por ti a las ocho.
Me sonrió y noté que se iba a ir pero antes de eso, me acerqué y planté un beso en sus labios. Él se sorprendió un poco de que, por primera vez en público, el beso nacía de mi parte. Pero se dejó llevar y me apretó contra su cuerpo, pasando su brazo por mis hombros.
Envolví su cintura con mis brazos y con el mayor cuidado que pude, metí mi mano en su bolsillo, quitándole la tarjeta. Él ni siquiera se percató de eso cuando lo solté y me guiñó un ojo para irse. Volteé para salir de Terralta, soltando aire que no noté que tenía guardado.
Paso uno, listo. Paso dos, en acción.
Mientras volvía al edificio Rinaldi, esperé encontrarme con Argus y Blas en algún lugar, confirmando que la suite estaba vacía. Pero eran casi las dos de la tarde y solía verlos almorzando juntos en el comedor. Cuando atravesé las puertas de vidrio, mi teléfono sonó. Había personalizado la notificación de Tiara porque había prometido ayudarme.
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Los chicos de Terralta (Parte I y II)
Fiksi RemajaSkyler Marin es una pueblerina con un gran talento para la arquería. Una noche en una fiesta de disfraces, se acuesta con un misterioso chico con máscara al cual le pide su número. Se enamora del extraño, pero todo termina pronto, pues él jamás quis...