Mi día libre de Terralta había llegado. La tarde del sábado. Tiara y yo estuvimos una hora preparándonos luego de que llegó a mi cuarto, diciendo que no iba a dejar que la existencia de Layla me arruinara la noche. A lo cual estuve de acuerdo, pero no iba a ser fácil verla allí.
Austin le contaba algo a Eagle mientras Dallas enviaba un texto. Tiara se pasaba las manos por sus brazos desnudos porque no había llevado abrigo y yo solo fingía que no buscaba con la mirada a Layla probablemente siguiendo cada paso de Argus. Aunque tampoco creía que fuesen a ser tan poco discretos. Los cuatro DeLuca sabían muy bien qué debían mostrar y qué no.
Los cinco estábamos parados en la fila de la entrada a Terralta. Avanzamos y pudimos entrar uno detrás de otro. Austin hizo señas para que subamos y todos los seguimos hasta el sector del casino, donde la música se oía menos fuerte y la mayoría de la gente estaba apostando.
—¿Austin? —habló la voz de un chico. Todos nos volteamos, como si todos fuésemos Austin.
—¿Ryan? —preguntó el rubio, abriendo la boca y los ojos. El resto solo lo miramos como un bicho raro, porque obviamente no teníamos ni idea de quién era.
—¿Qué haces aquí? —preguntó el tal Ryan para acercarse y abrazarlo como si no se hubiesen visto en muchos años.
—Ahora vivo aquí —le respondió Austin riéndose.
—No me sorprende, nunca te gustó el campo —bromeó y esta vez todos nos reímos un poco.
Austin notó que aún estábamos allí, mirándolo como si quisiéramos que no olvidara que habíamos ido todos juntos a Terralta.
—Oh, lo siento. Ella es Tiara, mi novia —la presentó tomándola por la cintura y ella le sonrió antes de besar su mejilla—. Ellos son mis amigos, Eagle y Dallas.
Ryan les sonrió dándoles un apretón de manos a cada uno y se giró hacia mi.
—Y ella es Skyler —me presentó y él se acercó a besar mi mejilla.
—Es un placer conocerte —dijo mirándome. Moví solo mis ojos al resto de mis amigos que lo miraban. —Es decir, conocerlos, a todos. Justo estaba por jugar una partida. ¿Quieren darme suerte? —preguntó. Tomé el brazo de Tiara y la acerqué a mí.
—Si, quiero darle —susurré pero Dallas a mi otro lado me escuchó y se giró hacia mí con los ojos abiertos. Tiara solo sonrió disimuladamente.
—Vamos, te acompañamos —le dijo Austin cuando todos comenzamos a caminar detrás de él.
Entonces subí mi cabeza para notar que Ryan iba a sentarse justo en una mesa donde Argus estaba. El mensaje que vi de Layla en su celular y el sueño que tuve unas noches atrás se hizo presente en mi mente. También lo que mi mente imaginó cuando nos encontramos en la cafetería. Recordando que lo había estado evitando, y que me había ofrecido acompañarme esa noche, en ese momento no me quedaba otra opción que acercarme.
Casi me detuve de caminar pero supe que si lo hacía, iba a notarse. Tiara de igual forma notó que tuve la intención de detenerme. Y de alguna forma, Dallas también.
—Ya deja de actuar así cuando lo ves —dijo Dallas con toda la confianza del mundo. Fruncí mi ceño y me giré a Tiara, que lo miraba confundida.
—¿Austin y ahora Dallas también? —pregunté a ella y abrió los ojos.
—Yo no le dije nada a ninguno de los dos —respondió levantando las manos.
—Vamos Skyler. Mi amigo duerme poco, tiene la cabeza dispersa y siempre está cansado. ¿Acaso estás vendiendo drogas? —preguntó y fruncí mi ceño.
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Los chicos de Terralta (Parte I y II)
Novela JuvenilSkyler Marin es una pueblerina con un gran talento para la arquería. Una noche en una fiesta de disfraces, se acuesta con un misterioso chico con máscara al cual le pide su número. Se enamora del extraño, pero todo termina pronto, pues él jamás quis...