Cap.1 "¿No eras tú a quien yo buscaba?"

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Mis ojos no podían dejar de ver los suyos, intentando entender cómo no me había dado cuenta que era él. O mejor dicho, como había dudado de alguien más. Pero fueron tantas las veces que creí que podía ser otra persona, tantas las veces que tuve confusiones, tantas las veces que otra persona se colaba en mi mente al ponerle un rostro al nombre del extraño, que en ese momento lo tuve claro.

No eres tú, pensó mi subconsciente.

Fue una gota de incomodidad que inundó mi pecho. Uno siempre se aferra a lo que quiere que sea cierto, pero no siempre la verdad es la que uno imagina. Sin embargo, es una sensación casi tan desconocida como familiar. Como cuando te mienten, y sabes que no te están diciendo la verdad. Como cuando dudas, porque no puedes confiar que lo que te están diciendo es verdad.

Ese era mi caso en esos diez segundos frente a él. Quería creer que me estaba diciendo la verdad, porque tenía mucho sentido que Eiden estuviese detrás de esa mascara. Él siempre estaba allí, siempre atento a todo lo que sucedía conmigo, siempre sabía todo a pesar de que yo jamás lo dijera.

Pero me negaba. Mis recuerdos estaban sonando como una alarma, negada a creer que fuese él. También llegué a pensar que estuve tanto tiempo sin saber quién era el extraño, que cuando me dijeran la verdad, lo dudaría de igual forma. Porque para mi era casi imposible de pronto enterarme quién era por fin. Aún así, seguía negada a creer que me decía la verdad así sin más. Sin obtener algo primero, tal vez. Sin ningún show, que fue como realmente creí que me mostraría quién era.

Pero hasta sus hermanos están disfrazados, Skyler. ¿Qué más show quieres?

No sabía, no sabía que era lo que esperaba. Por el contrario, no quería esperar más, quería saber de una buena vez quién era. Pero esa incomodidad seguía allí latente. Como flashes, pasaron por mi cabeza todos los escenarios con el extraño. La primera vez que estuve con él era un recuerdo más que borroso, como ese cumpleaños a los cinco o algún día de jardín de infantes. Las veces en los mensajes de textos o cuando ya estaba en Rinaldi.

—¿Siempre supiste que era yo? —preguntó Eiden, totalmente serio mirándome.

Su voz sonó casi lejana para mi, pero sirvió para traerme otra vez a la realidad. Observé sus ojos, intentando entender si detrás de esa pregunta había sarcasmo, ego o la verdad. Pero no vi absolutamente nada.

Apenas negué con la cabeza, porque no podía ignorar que había algo que no estaba bien. Algo no encajaba. Y yo ya había pasado por mucho con el extraño para que una jugarreta tan simple cómo esta me distrajera. Y sabía que a él le encantaba jugar conmigo.

Me volteé apenas a ver a los otros tres enmascarados, que solo estaban allí parados, observando la escena en un silencio sepulcral. Solo se oía el retumbe de la música del último piso. Volví mi mirada al chico frente a mi. Al único que siempre se había mostrado honesto, al único que no le tenía miedo a ser quien era...

¿Por qué serías él si jamás tuviste miedo de mostrar quién eras?

Entonces de un segundo a otro desperté de ese pequeño trance de ilusionismo. De lo que el extraño quería hacerme creer. Mi boca se movió por inercia y por la impotencia, porque estaba casi segura de que Eiden no tendría respuesta.

—Dime algo que solo él sabría —le espeté con el ceño un poco fruncido, casi dando por hecho que no confiaba en que fuese él.

Eiden solo me miró en silencio y tragó un poco de saliva. Estaba segura de que si él era el extraño, no esperaba un desplante de ese tipo. Pero también, si fuese él, tendría algo para decir. Cualquier cosa.

Mi estúpido color favorito, el nombre de mi madre o tal vez, el color de mis bragas esa primera noche. Cualquier cosa, cualquier mínima palabra de información podía cambiarlo todo. Pero él no dijo nada, absolutamente nada. Se quedó mirándome, expectante de mi próximo pedido. Tal vez estaba pensando algo que fácilmente podría ser cierto, o algo que ya supiera todo el mundo de mi.

Los chicos de Terralta (Parte I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora