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Como habían planeado habia llegado a las marcas occidentales con sus hombres, todas las fuerzas que habia reunido con los mercenarios y voluntarios que habían decidido acompañarlo antes de que el grueso de las fuerzas de la reina avancen a occidente. Al igual que Malco y los jóvenes de las tribus que eran sus protegidos en la corte, decían ser hombres del consorte, eso a Andros no le gustaba, no quería que sus hombres dijeran esas cosas y más con personas como Alone tan cerca y las ideas que claramente aún tenía en su cabeza.

- Nuestros exploradores afirman que el desembarco se realizará en unos días, hemos logrado repeler pequeñas incursiones, pero parece que aún no logran coordinar bien donde hacer el desembarco del grueso de sus fuerzas.

Lord Redsea le informaba de forma metódica y señalaba en un mapa los diferentes lugares en donde podrían desembarcar las fuerzas enemigas.

- Su flota es demasiado enorme como para que puedan atracar en un solo lugar - dijo Andros - puede que al final decidan dividir sus fuerzas y desembarcar en diferentes puntos.

- Eso no es bueno - dijo Malco - podrían invadir aún más territorio en menos tiempo y atacar más lugares, eso también significa que nuestro enemigo se volviera aún más difícil de encontrar y aún más difícil de eliminar.

- Debemos retener a sus fuerzas, al menos hasta que las fuerzas de los Ashterion lleguen desde oriente, con ellos de nuestro lado podríamos igualar fuerzas - dijo Andros, aunque en su interior sabía que era muy probable que nunca llegarán, era un distancia enorme la que debían recorrer hasta llegar a la capital y allí debían esperar que las fuerzas de los señores centrales se agruparan en Nirnum - propongo que pongamos suficientes hombres en las principales fortalezas de la zona y que nos dediquemos a atacarlos cuando intentan desembarcar, si es cierto que deciden dividir sus fuerzas, podríamos eliminar a un número considerable de enemigos y derrotarlos en uno solo de sus desembarcos.

Lord Redsea no parecía contento y no espero mucho para dejarlo ver,

- Lord Whitewood - dijo con disgusto - comprendo que usted esté al mando, después de todo como consorte es el brazo armado de la corona, pero esta es mi tierra y este es mi pueblo, agradezco de todo corazón que haya acudido con sus hombres, pero no pienso arriesgarme, defenderé mi ciudad junto con mis hombres y nos encargaremos de defender nuestras posiciones, no estoy dispuesto a dejar desprotegido a mi pueblo.

Andros entendía a la perfección lo que decía y sabía que tenía que decir, pero la verdad era que prefería esperar y escuchar qué más tenía para decir ese hombre. Al haber pasado tanto tiempo de los últimos años con el rey estudiando su gran red de espías se habia enterado de cosas muy desagradables acerca de la familia Redsea, entre ella el hecho de que Lord Redsea habia matado a sus dos hermanos, pues al parecer querian quitarle el puesto, ademas habian descubierto que muchos nobles de occidente no solo no pagaban los tributos a tiempo a la corona, sino que además muchos habían sido neutrales durante la guerra de sucesión. Andros no quería confiar en ese hombre y mucho menos en los occidentales sin saber cómo funcionaba su mente.

- Usaré todos mis recursos para apoyarlo consorte, de eso no debe dudar, yo solo velo por los intereses de los míos y lo mejor para ellos es que yo y el grueso de mis fuerzas defendamos la capital de occidente - no cabía duda de que lo decia enserio, habia algo en ese hombre que disgustaba a Andros, era uno de los primeros sureños a los que se le podía ver claramente cuando decían la verdad o cuando mentían, era en toda regla un hombre sincero y directo - enviaré a mis mejores exploradores y rastreadores para que le sirvan a sus fuerzas.

Andros asintió.

- Me parece bien - esto último causó que muchos de los demás líderes allí presentes lo vieron con disgusto, no parecían contentos de que sus números se vieran reducidos por el hecho de que Lord Redsea deseara luchar más a la defensiva - pero tenga en esto en cuenta, debemos debilitar a nuestro enemigo, no vine aquí para ganar la guerra por mi cuenta, vine aquí a apoyar su defensa hasta que el grueso de nuestras fuerzas puedan estar listas para entrar en combate.

El Consorte y La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora