Maria observaba desde la silla de su caballo como las filas de hombres marchaban por la puerta de la ciudad, las fuerzas que habían reunido en las tierras centrales al fin habían sido reunidas en su totalidad, según lo que informaban sus consejeros, debían de haber conseguido reclutar un poco menos de diez mil hombres y eso que aun no habia llevado a cabo un reclutamiento ciudadano, exigiendo a los ciudadanos de su reino que tomaran las armas. Solo faltaba que llegaran las fuerzas de sus parientes de oriente, con las fuerzas que traerían los Ashterion sería más que suficiente para repeler la invasión y mucho más ahora que las noticias de la victoria de su esposo inspiraban a los hombres para luchar.
Pero a pesar de eso, no todo eran buenas noticias, su esposo solo habia logrado derrotar a una pequeña parte del ejército invasor, un ejército que los seguía superando enormemente en número y además habían desembarcado lejos de las posiciones que protegía su esposo, demasiado en el sur y habían empezado a marchar hacia el norte, saqueando y asaltando muchas de las posiciones que habían designado proteger. Andros marchaba a su encuentro y Maria habia decidido enviar a las tropas que tenían para que apoyaran al ejército de su esposo, no podían dejar que siguieran saqueando la tierra y Andros necesitaba todas las fuerzas posibles si quería ganar la batalla que se acercaba.
- Majestad - dijo Lod Beomont - debemos pensarlo más detenidamente, no podemos arriesgarnos a que nos derroten en el campo, si perdemos a nuestro ejército esta guerra estaría acabada.
- Entonces dice que nos retiremos, que dejemos a nuestra gente a merced de esos invasores.
El noble rápidamente intentó decir algo, pero Maria no lo dejaría, estaba harta de que todo el tiempo intentan cuestionar sus decisiones, debían obedecer sus órdenes, era la reina y su autoridad era absoluta.
- Con las fuerzas combinadas de Andros, de las marcas occidentales y de los territorios centrales, se conseguirá formar una fuerzas de más de treinta mil hombres, tengo fe en nuestras fuerzas y en mis generales, ellos ganaran, defenderán la tierra, además, cuando lleguen los refuerzos de los Ashterion, nuestros enemigos no tendrán oportunidad, la caballería pesada de mi familia es invencible.
- Mi reina - dijo Lord Beomont - no quería decir tal cosa, pero creo que lo mejor sería dedicarnos a acosar a nuestros enemigos en vez de enfrentarlo de frente, debilitarlo y entonces cuando toda nuestra fuerza sea reunida nuestro enemigo estará lo suficientemente debilitado como para que nuestras posibilidades sean mayores, es simple estrategia y estoy seguro de que su esposo propondría lo mismo que yo.
Pero Maria no volvió a responder, simplemente ignoró al noble que de manera impotente se dirigió al frente de las filas, pues Maria lo habia puesto al mando del ejercito, Beomont junto con el esposo de Keyla estarían al mando del ejército, en la ciudad quedarian mas de dos mil hombres como guarnición y Ambras fue puesto al mando por Maria algo que tampoco gustó mucho al consejo o a los demás nobles, pero al final lo habían aceptado tras comprender que Ambras era la mano de derecha de su esposo y uno de los hombres más capaces de los que disponía.
Algo que aun no le gustaba era haber dejado a los ejércitos del norte en el norte sin que vinieran en ayuda de sus fuerzas en el sur, pero no podía arriesgarse a que la frágil paz que se mantenía en los territorios de los Whitewood de viniera abajo por quitar a las fuerzas del orden de su lugar, los Glaumos podrían aprovechar para atacar o incluso el Principado que aún no parecía demostrar señales de apoyarla ni siquiera de manera diplomática en el asunto de la invasión.
Maria observó cómo el ejército desapareció en el horizonte marchando hacia el sur, entonces Maria pudo dejar de fingir fuerza y su angustia se apoderó de ella cuando estuvo sola. Estaba enviando a miles de hombres a la muerte y quizás la maniobra que habia implementado seria demasiado arriesgada y terminaría arruinando los planes para la guerra, tal vez debería de haber esperado, ser más paciente y tener más fe en las fuerzas de su esposo, para que llegaran las fuerzas de los Ashterion, pero se habia dejado llevar por la desesperacion.
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El Consorte y La Reina
FantasyUn rey busca desesperadamente un esposo para su única hija y heredera Maria, elige entonces al joven Andros Whitewood por sus conocidas cualidades bélicas, para que de esa manera su hija cuente con un consorte fuerte cuando llegue su momento de gobe...