Los informes que le habían dado eran correctos, el lugar de la emboscada se encontraba pocos metros antes de una intercepción, en la cual había un muy espeso bosque a la derecha y que se extendía hacia el norte y el este. El rastro de la batalla seguía allí, pudo ver por las marcas que fueron emboscados por ambos lados del camino, primero habían descargado una gran cantidad de flechas contra ellos, para luego dejar lugar a la infantería que los acabaron. También pudo ver las marcas que debían de ser de la guardia que había llegado en auxilio de sus hombres. La sangre aún estaba allí, seca y cubierta por el polvo.
- El prisionero dijo que en el bosque hay un claro - le dijo a sus hombres, los cuales se mantenían montados - comenzaremos a explorar el área y cuando encontremos el lugar atacaremos con la salida del sol.
Sus hombres entendieron al instante, al igual que él, estaban poseídos por un deseo de venganza asesina y se dispersaron por el área en pequeños grupos de cinco hombres.
Durante todo un día acamparon al costado del camino, interceptaron a los viajeros para interrogarlos y los exploradores iban y venían por toda el área. Pero no obtuvieron nada, por eso Andros decidió internarse en el bosque con sus hombres.
- Estén alerta - les ordenó a sus hombres cuando entraron - no quiero una emboscada.
El bosque resultaba ser enorme, los árboles eran extremadamente altos y los senderos que se abrían estaban claramente hechos por los animales. Quien quiera que fuera el que dirigía a esos hombres sabía muy bien cómo moverse en el bosque sin dejar rastro y eso solo hizo que Andros deseara más aún tener su cuello entre sus manos.
Después de medio día recorriendo el bosque, Andros tuvo la idea de detener a sus hombres y esperar. Ordenó que no se hiciera ni el más mínimo ruido, que silenciaran a sus caballos y que escucharan.
El silencio se apoderó del bosque y entonces pudo escuchar todo, el canto de las aves, el viento que movía las ramas de los árboles y la caída del agua. El arroyo se encontraba a pocos metros de ellos y entonces supieron que lo único que debían hacer era seguirlo. Era un arroyo muy ancho, lo cual significaba que la cascada también era muy grande y su caída debía ser más alta de lo que imaginaba en su cabeza.
- Desmonten - ordenó a sus hombres - quiero que diez de ustedes se queden aquí y resguarden los caballos, el resto venga conmigo.
Junto con sus hombres avanzaron por el bosque, seguían el arroyo en silencio y con sus armas preparadas. Lo que más llamó su atención era que a lo largo del arroyo pudo encontrar los restos de muchas carretas y carruajes, al parecer los asaltantes limpiaban el camino para que no pudieran ser detectados y así mantener su posición en secreto.
Finalmente luego de unos minutos de marcha llegaron al claro, se dedicaron a acechar a los pocos hombres que estaban allí. El claro, tal y como el tartamudo había dicho estaba coronado por una alta cascada que caía de una elevación muy alta y que formaba un enorme estanque en donde varios de los hombres se estaban bañando. Eran aproximadamente una docena de hombres, y poco menos de la mitad estaban armados y ninguno estaba alerta de lo que ocurría a su alrededor.
- Rodeen el claro - ordenó a sus hombres - que no sepan de nosotros, cuando de la orden atacamos.
Rápidamente se formó un semicírculo y espero, necesitaba asegurarse de cuántos eran realmente, muchos podrían estar escondidos en la parte posterior de aquella cascada. Sus dudas se disiparon a los pocos minutos, varios hombres salieron de la cascada armados y parecían listos para partir, en su totalidad deben ser cincuenta hombres.
Vio a sus hombres y esperó hasta que el medio centenar de enemigos se dispusieron a partir. Los pocos que se quedarían permanecían en silencio y nunca esperaban que pronto morirían. Justo en el momento en que se acercaban a los árboles donde Andros se escondía ordenó que tocaran el cuerno.
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El Consorte y La Reina
FantasyUn rey busca desesperadamente un esposo para su única hija y heredera Maria, elige entonces al joven Andros Whitewood por sus conocidas cualidades bélicas, para que de esa manera su hija cuente con un consorte fuerte cuando llegue su momento de gobe...