❄️Roku🔥

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Quien diría que empacar nuestras cosas fue tan complicado, como para ponerlas en un camión que fuera hasta Tokio. Los chicos apenas tenían cosas para poner en las cajas, Eijiro fue de gran ayuda al transportar todo al camión y yo estaba terminando de embalar las últimas cosas, para dejar el apartamento. Al final, cuando todo estuvo vacío, veía como imágenes fantasma de los hermosos momentos que pasamos en este lugar: donde mis hijos comenzaron a caminar, cuando me quede despierta toda la noche preparando mi tesis, la primera pelea y reconciliación de los gemelos. Todos hermosos recuerdos que dejaríamos atrás, para movernos a un nuevo comienzo en Tokio.
Eijiro puso la última caja y el camión salió de nuestra vista. Nosotros tomaríamos el tren hasta Saitama y, desde ahí, iríamos en auto hasta la casa de mis tíos. Después de todo, él también tenía que empacar algunas cosas, considerando que mis hijos "obligaron" a mi primo a mudarse también con nosotros. Una parte de mí seguía pensando que esto era una mala idea, pero mis tíos pudieron con mi terquedad y acepté solo hasta que consiguiera un trabajo y pudiese mantenernos de alguna manera.

Ya había enviado mi curriculum a varios hospitales de Tokio, esperando que alguno me respondiera de inmediato. Solo faltaba esperar, Yukito y Kazuya parecían más emocionados que yo, en mudarnos a la gran ciudad ya que siempre estuvieron en un pequeño pueblo toda su vida. En el tren, Eijiro tenía a ambos niños a cada lado, durmiendo sobre sus piernas como si recién se hubiesen acostado a dormir. No los culpo, los desperté a las 5 de la mañana para que pudiéramos dejar el departamento a primera hora, con suerte llegaríamos a Japón cerca del mediodía.

   —¿Nerviosa por llegar? —bromeó Eijiro, ni bien pasamos por un túnel subterráneo—. No falta mucho para que lleguemos.
   —Pensé que te habías dormido —de verdad me tomó por sorpresa su pregunta—. Algo así, más que nerviosa siento un mal presentimiento sobre todo esto.
   —¿Hablas de qué incrementas las posibilidades de encontrarte a Todoroki? —me sobresalté en mi asiento—. Admítelo *__________*, son demasiado parecidos. ¿Acaso no creías qué me daría cuenta?
   —No lo niego, es que jamás le dije algo al respecto... —desvíe la mirada, con un dejo de tristeza en mi rostro—. Pasaron años desde la ultima vez que nos vimos, además está casado y debe haberse olvidado de mí.
   —Bueno, te equivocas hasta cierto punto —miré a Eijiro con una ceja en alto, curiosa por saber a qué se refería—. Tendrás la oportunidad de preguntárselo por ti misma.
   —Un segundo... ¿Qué dijiste?
   —Maldición, Mina va a matarte —se rasco nerviosamente la nuca, ahora yo estaba lista para hacerle el cuestionario—. ¡No *__________*! ¡No es lo que crees! Ella planificó una fiesta de bienvenida sorpresa para ti.
   —Olvida la fiesta, quiero que me des los detalles sobre Ashido. ¿No habrás hecho cosas indecentes con ella, primo? —le di una mirada pícara y se ruborizó tanto que podía camuflarse con su cabello—. ¿Y cuándo pensabas decirme que tendría una cuñada? Vaya Eijiro, te tenia en otra estima...
   —¡Deja de burlarte! —me reí un poco—. Hablando enserio, ¿piensas decirle algo sobre los gemelos?
—La verdad, es que preferiría no hablar de los gemelos con nadie —suspiré, observando por la ventana del tren—. No siento que sea necesario dar a conocer que soy una madre soltera, no porque no confíe en los chicos, más que nada porque quiero sentirme preparada para decirles a los demás.

El resto del viaje fue tranquilo, llegamos hasta Saitama y fuimos en auto hasta la casa de mis tíos. Los chicos miraban a su alrededor con mucho entusiasmo, después de todo, era la primera vez que conocían Tokio. Probablemente vayamos a recorrer un poco, así ellos se acostumbraran mejor al transporte público de la capital, ya que no lo podíamos comparar con la forma de transporte en Chugoku. Era extraño que solo hubiesen pasado 5 o 6 años, pero nunca vine a Tokio de nuevo, sentía que volvía a ser la niña que se alegró de venir por primera vez de la procedencia de sus antepasados.
Mis tíos nos esperaban en la entrada de la casa, algunos paquetes aún estaban en la entrada, para hacer oficial de que nos mudaríamos y no que dejaríamos las cosas y listo. Kazuya y Yukito salieron corriendo del auto y cargaron una caja cada uno y entraron con una sonrisa de oreja a oreja a la casa. Por mi parte, yo bajé del auto con dudas pero con la cabeza en alto por querer sacar a mis hijos adelante. Tomé la última caja de la entrada, inaugurando nuestra mudanza a la casa de mis tíos.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora