❄Ju yon🔥

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  Salí de mi habitación ya cambiada, con el vestido celeste de manga larga y falda hasta la rodilla. Los zapatos que saqué para dejarlos en la entrada eran unos tacones blancos, solo esperaba que no me torciera un pie de camino a casa luego. Había pedido a Shuzenji-san que me diera el día libre y en el fin de semana recuperaría el día, haciendo rondas en el hospital que ella considerase. Me gustaba que aquella mujer no me botara por pedirle un día libre sin haber siquiera trabajado para ella una semana entera. Debería considerar construir alguna estatua en su honor, no todos los días te agrada tu jefe.
  Desayuné con mis hijos en la cocina, mis tíos no mostraron señales de vida en la mañana. Busqué alguna nota en el refrigerador o en la sala, pero no encontré nada. Cuando estaba a punto de llamarlos, mi primo me dio algunas señales de vida. Los había llamado a las 4 de la mañana para avisarles que regresaría mañana a casa y mi tía aprovechó para decirle que ellos saldrían a tener su tiempo de pareja (todo explicado en un largo mensaje de texto). Fue entonces cuando me alarmé y fui hasta el calendario más cercano, estaba marcado que ellos saldrían por todo el día y que los gemelos deberían estar a mi cargo.

  No podía llevarlos conmigo a conocer a la familia de Shoto, menos con Yukito quién parecía detestar que lo mencionara. Quería enterrarme bajo cinco metros de tierra, no tenía a nadie que se pudiera hacer cargo de los gemelos mientras me encontraba con la familia Todoroki. Intenté pensar en alguien capaz de darme una mano, cuidarlos por hora y media hasta que pudiera recogerlos después. Entonces, se me vino a la mente que Shōji podría hacerlo.
  Marqué su número (gracias por insistir que tuviese el número de los profesores, Shuzenji-san) y no esperé mucho hasta que me atendió. Él aceptó sin problemas, después de todo sería su día libre y solo debía corregir algunos deberes de sus alumnos. Le prometí que le compensaría por el enorme favor que me estaba haciendo y que intentaría no tardarme con mi asunto personal. Al principio los niños no parecieron muy contentos con la idea de que no pasara el día con ellos, pero les prometí que en cuanto terminase mi asunto, iríamos a la feria que me insistieron por semanas en ir.

   —Iré a dejarlos con Shōji-kun antes que... —no pude terminar de hablar, ya que alguien llamó a la puerta—. ¡Es demasiado temprano! Ojalá que no sea...
   —¿A quién esperas mamá? —preguntó Yuki, observando como me irritaba la posibilidad de que Shoto hubiera venido antes de tiempo para intentar convivir con sus hijos.
   —Pues... A la persona quién me acompañaría a resolver mi asunto —si le decía que se trataba de Shoto, sabía que se pondría berrinchudo y no se me despegaría por el resto del día—, ustedes vayan por lo que crean que necesiten para entretenerse en la casa de Shōji-san.
   —Ven Yuki, no puedo decidirme por un videojuego en particular —su hermano lo arrastró por el pasillo hasta su habitación, agradecía que Kazu (incluso si eran demasiado jóvenes) comprendiera la indirecta de que no quería que estuviesen en la sala—. ¡Avísanos cuando tengamos que irnos!
   —Intenten no prender la consola, Yukito todavía está castigado de no jugar videojuegos —grité y fui a abrir la puerta. Mi sorpresa era tal, que casi me caía de espaldas—. Mi... Mi... Mina-chan, no esperaba verte. ¿Si sabes qué Eijiro está en una misión?
   —Hola *__________*-chan —ella entró como si fuese su casa, mientras intentaba salir de mi sorpresa—, sí lo sé. Es que recibí un mensaje de él más temprano, pidiéndome si podía cuidar a sus sobrinos.
   —¡¿Él te envió a cuidar de mis hijos?! —me tapé la boca al darme cuenta del error que cometí, obviamente ella no lo dejó pasar por alto.
   —Espera... ¡¡¡¿SON TUS HIJOS?!!! —mi cara se tornó roja, después de que lo gritara a los cuatro vientos—. Nunca me lo hubiera imaginado, de verdad que tienes tus sorpresas.
   —Agh... Bien, esa fue mi culpa —respondí ya más tranquila—. El tema es que, ahora mismo, no tengo tiempo para ponerte al corriente. Solo te pediré que cierres la boca y no menciones a su padre.
   —¿Por qué? —la peli rosa creó distintos escenarios en su mente, probablemente dignos de un guion de telenovela—. ¿Acaso se trata de un peligroso mafioso qué está persiguiéndote desde tu país? ¿O quizás él nunca quiso tener contacto contigo después de que te embarazaras...?
   —No es momento de fantasear sobre ello, Mina —la frené, antes de que los gemelos escucharan la conversación en secreto—, ¿puedes mantener la boca cerrada hasta que vuelva?
   —Relájate amiga, tus retoños no oirán ningún comentario —ella hizo como si sus labios fueran cerrados por un cierre—. Pero quiero la primicia en cuanto puedas.
   —Más te vale, porque me meterías en más de un problema —la amenacé en voz baja, suspiré pesadamente al mismo tiempo que me preparaba mentalmente para la histeria—. ¡Kazuya, Yukito! Cambio de planes, vengan un segundo.
   —¡Un segundo mamá! —escuché que Yuki gritaba desde su habitación, invité a Mina para que pasara a la sala a esperar—. ¡Ahí no Kazu-nii! Vas a dejar que te maten de manera fácil.
   —__________ Yukito, más te vale que no tengas el control en las manos o...
   —¡Agh! Perdí porque me distrajiste mamá —se quejó Kazuya.
   —¡Los dos vengan inmediatamente a la sala! —amenacé—. O la consola se desconectará por los próximos dos meses.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora