¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)

❄Hachi🔥

   —¿De verdad salvaste la vida de todas esas personas? —preguntó mi tía, encendiendo la televisión a la mañana siguiente—. Eres increíble cariño, te felicito por cumplir con tu obligación.
   —No la alientes, mamá —le advirtió su hijo, en lo que se servía una taza de café—. Por poco no la secuestran, de no haber sido porque Todoroki estaba cerca... Me siento un fracasado.
   —Deja de culparte, Eijiro —apoyé mi mano en su hombro, mientras cocinaba el desayuno para mis hijos—. Estabas intentando desarmar a los villanos, lo importante es que todos están fuera de peligro y no hubo muertos. Mira el lado positivo de las cosas.
   —Tu prima tiene razón, hijo —mi tía me apoyó en animar al pobre del pelirrojo—, olvida los errores, aprende de ellos y esfuérzate por ser el mejor héroe de todos.
   —Buenos días —Yukito entró ya vestido, mientras que Kazuya arrastraba los pies con una cara de cansancio—. ¿Qué hay para desayunar?
   —Estoy por terminar tu avena, Yuki —dejé el desayuno de mi hijo mayor y les di un beso a ambos en la frente—. ¿Durmieron bien anoche?
   —El tío nos dejó quedar hasta tarde para ver una película... —Kazuya bostezó en el medio de la oración—. Yo no tenía sueño así que me quedé mirando dos películas más.
   —Kazuya, no es bueno desvelarse de esa forma —respondí, entregándole el desayuno a mi hijo menor—. Hoy tenemos que ir a la revisión médica anual, les dije que durmieran para que podamos... No importa, pospondré el turno para la próxima semana.

  Llamé a la clínica para cambiar mi turno para dentro de 4 días, no podía examinar a mis hijos de forma adecuada si Kazuya estaba peor que un zombi. Terminé la llamada, que recibí otra de un número que no tenía agendado. Atendí con cierta duda y era uno de los hospitales, donde había enviado mi curriculum, a pocos metros de la casa. Pidieron si podíamos concretar una reunión para una entrevista de trabajo para esta tarde y confirmé mi asistencia, colgué y miré a mi tía con una sonrisa de oreja a oreja.
  Cuando le dije sobre la entrevista, me abrazó y me aconsejó que me preparara de inmediato, incluso si faltaban muchas horas para eso. Los gemelos me dieron una sonrisa y les prometí que saldríamos a festejar que hubiera recibido una respuesta de empleo, sin importar cual fuera su respuesta. Busqué un conjunto adecuado para la entrevista de trabajo, me preparé mentalmente para las posibles preguntas y me sentía entusiasmada por tener la posibilidad de conseguir un empleo.
  Mi celular comenzó a vibrar, observé que fuera algo relacionado al empleo pero se trataba de otra cosa. No tenía registrado este número, pero podía ver el mensaje que decía "🄽🄾 🄲🅁🄴🄰🅂 🅀🅄🄴 🄾🄻🅅🄸🄳é 🄻🄾 🄳🄴 🄰🄽🄾🄲🄷🄴, 🅃🄴🄽🄴🄼🄾🅂 🅀🅄🄴 🄲🄾🄽🅅🄴🅁🅂🄰🅁 🅂🄾🄱🅁🄴 🄻🄾 🅀🅄🄴 🅀🅄🄴🄳ó 🄿🄴🄽🄳🄸🄴🄽🅃🄴. 🄴🅂🄿🄴🅁🄾 🅃🅄 🅁🄴🅂🄿🅄🄴🅂🅃🄰 🄿🄰🅁🄰 🄲🄾🄽🄲🅁🄴🅃🄰🅁 🅄🄽 🄻🅄🄶🄰🅁 🅈 🄷🄾🅁🄰, 🄳🄴 🅅🄴🅁🄳🄰🄳 🅀🅄🄸🄴🅁🄾 🄰🄲🄻🄰🅁🄰🅁 🄼🅄🄲🄷🄰🅂 🄲🄾🅂🄰🅂. 🅃🄾🄳🄾🅁🄾🄺🄸 🅂🄷🄾🅃🄾". Demonios, me imaginé que en el primer momento en el que nos volviésemos a encontrar, no me dejaría tranquila ni por un segundo. Ignoré el mensaje, no dejaría que él me rompiera el ritmo feliz de la entrevista de trabajo.

  Salí junto a mis hijos después de almorzar y tomamos el autobús hasta el hospital, considerando que tenía a uno que apenas podía hacer una cuadra sin caerse dormido era más simple tomar el transporte público. Yukito me ayudaba mucho a evitar que su hermano se quedase dormido, ya recuperaría las horas de sueño esta noche. Nos bajamos justo frente al hospital, me quedé apreciando el pequeño momento previo a mi entrevista laborar, tomé coraje y puse un pie dentro del establecimiento.
  En la llamada, me dijeron que fuera directamente a la sala de administración y que allí podría comenzar con el proceso. Sin saber que hacer con mis hijos, le pregunté a una de las recepcionistas si había un área de espera para niños y me dijo que solo contaban con el ala pediátrica. Una señora que pasaba por casualidad se acercó a mí, acompañada de una chica en la pre-adolescencia. La mujer era una anciana baja, canosa y con arrugas en cada rincón de su cuerpo, apoyando su peso en una enorme jeringa; la chica que la acompañaba traía puesto un uniforme de secundaria, era de estatura promedio, cabello blanco, piel clara, ojos rojos y un cuerno que le sobresalía en la derecha de su frente un cuerno del tamaño de sus manos.
  Mis hijos reconocieron a la anciana, después de todo les fascinaba los héroes y aspiraban a convertirse en uno cuando crecieran. La recordaba de la U.A, era la enfermera de la preparatoria. Ella también pareció reconocerme también y me prometió cuidar de mis hijos, mientras estuviese en la entrevista. No me quedó de otra mas que confiarle a mis hijos, les pedí que se comportaran de la mejor manera y los encontraría en cuanto ni bien terminase la entrevista.