❄️Nii ju roku🔥

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   —¿Vendrán a buscarnos cuando terminemos hoy? —preguntó Kazuya, de camino al preescolar.
   —Me temo que tengo mucho trabajo, niños —recordé que el director Nezu me pidió el día anterior cubrir todos los horarios en la enfermería de la academia, mientras Recovery Girl estaba en el hospital—. Shuzenji-san no vendrá por unos días.
   —¿Recovery Girl no estará en la academia? —preguntó Shoto, sorprendido ante la repentina noticia.
   —Aparentemente no, el director Nezu me pidió que la supliera durante el tiempo que estuviera ausente —respondí soltando un suspiro—. Hoy sí tendré trabajo, según Shoji-kun los de segundo del curso de héroes tendrán entrenamiento intensivo, antes de rendir los exámenes de licencia provisional.
   —Espero que hayan elevado las expectativas del examen —encendió el motor del auto y arrancó rumbo al preescolar—. ¿Cómo será su día hoy, chicos?
   —Iremos de excursión a un laboratorio —explicó Yuki, mientras leía un libro que le regaló Marie-chan para su cumpleaños—. Nos explicarán cómo hacen los aparatos que usamos día a día.
   —Parece interesante —comenté con una sonrisa.

  Dejamos a los gemelos en el preescolar y seguimos nuestra ruta, hasta las puertas de la academia. Entré mirando a mi alrededor, los alumnos que continuaban ingresando estaban como locos, buscando la forma de no llegar tarde a sus clases. Yo fui directo a la enfermería, me esperaba mucho papeleo y llenar algunos formularios del día anterior. Observaba los pasillos desiertos, llenos de calma y tranquilidad. Aún que, mi paz mental no duró lo suficiente.
Detrás de mí, varios grupos de alumnos entre segundo y tercero corrían despavoridos. En mi reloj, todavía faltaban 5 minutos para comenzar las clases. No solo eso, venían discutiendo sobre algo respecto a un artefacto de apoyo. Fui aturdida por quejas de adolescentes por 30/40 minutos. Entre vendajes, curaciones de heridas abiertas y moretones casi me daban ganas de hacerlos callar y pedir algunas explicaciones sobre lo que sucedió. Entonces, antes de que lanzara un grito para pedir silencio, escuchamos un estruendo para nada común. Segundos después, la alarma se activó y veía a algunos profesores correr por el pasillo. Shoji-kun se detuvo delante de la puerta de la enfermería, diciendo que bajo ninguna circunstancia dejase salir a los estudiantes y que permaneciésemos allí hasta que alguien del personal o la policía evacuara el edificio.

Pasamos de un momento de gritos y peleas, a un silencio sepulcral y miedo a flor de piel. Los alumnos de segundo, quienes eran del curso de héroes querían salir al combate, mientras que los de tercero del curso de apoyo tenían una mezcla de miedo y ansiedad. En momentos como este, era cuando podía ver a aquellos jóvenes reflejados como mis hijos. Recordé una frase que me dijo Shuzenji-san cuando comencé a trabajar en la academia: "Con el tiempo, comienzas a ver a los estudiantes como tu propia familia. Pasas tanto tiempo con ellos, que terminas involucrándote tanto con ellos como con los profesores". Respiré profundo y les pedí a todos que se sentaran, no dejaría que esta situación me sobrepasase.
Notaba que cada minuto parecía volverse un infierno para ellos, estar aquí encerrados sin nada que hacer les resultaba más que tedioso. No los culpaba, a esa edad lo que menos quieres hacer es estar de brazos cruzados cuando sabes que algo anda mal. Hablando de malos presentimientos, no puede ser que los mejores héroes de la región se demorasen tanto en resolver este asunto (eso hasta yo lo sabía). Observé al exterior y notaba algo raro ahí afuera.
Utilicé mi habilidad y mis ojos captaron una capa rodeando todo el edificio que no era para nada natural. No hablo de los muros, tampoco de los límites físicos dentro del área de la preparatoria, se trataba de algo más allá. Intenté enviarle un mensaje a alguien, pero mi teléfono no tenía señal. Eso ya me marcaba un indicio de que había algo fuera de lo común. Miré por la pequeña ventana que tenía la puerta de la enfermería y podía sentir un calor intenso al tocarla.

—Todos al centro y no se separen de mí —los estudiantes no se sentían en posición de discutir conmigo, así que obedecieron inmediatamente—. Necesito que alguno se fije en su móvil si tiene recepción telefónica.
—Pero, __________-san, no nos permiten...
—No me vengan con la excusa de "sin teléfonos en horario de clase" —los reprendí—, recuerden que también fui como ustedes en algún momento.
—Nada, no hay servicio —respondió uno de los estudiantes de tercero—. Es posible que, quien quiera que traspasó la barrera, tenga un don que inhabilite las comunicaciones.
—¿Por qué siento que esto es un dejá vú? —pregunté en voz alta—. Tienes razón, algo aquí no cuadra. Deberíamos oír ruido de afuera, sin embargo todo está silencioso.
—¿Qué cree...? —les hice una señal de silencio, podía oír pasos acercarse a la puerta de la enfermería.
—¡Sé que hay alguien allí! —oí la voz de un hombre, era áspera y podía ver una sombra por la rendija inferior de la puerta—. ¡Abran la puerta!
   —Ustedes, ¿conocen el procedimiento? —señalé a los chicos del curso de héroes, quienes asintieron ante mi pregunta—. Si pueden alejarlo del pasillo, me responsabilizaré por ustedes ante los profesores. Es la única forma de protegernos a todos.
   —Pero...
   —¡Sino abren la pueta, la derribaré junto con el resto de los estudiantes que se encuentren en la academia! —les señalé con los ojos, que se avecinaran a la puerta. Ellos fueron a paso lento y empujaron a quién se encontraba del otro lado. Me asomé por la puerta, notando que Aizawa-san se acercó rápidamente hasta la puerta—. Maldición, mueran cerdos burócratas.
   —¡Abajo! —les dije a los estudiantes, mientras el héroe inutilizó el don del villano—. Rápido, vengan aquí.
   —No se salvarán de esto.
   —Tranquilo, me encargaré —apareció otro hombre, corpulento, fuera del campo de visión de Eraser Head e intentó aventar a los estudiantes por el ventanal. Yo me adelanté y los alejé con mi don, lo que no pude evitar fue recibir el golpe—. Aún mejor, vete al demonio zorra.
   —¡_________-san! —tanto el profesor, como los estudiantes gritaron sobre mi cabeza, mientras inmovilizaban al segundo villano. Pude reaccionar lo bastante rápido como para aterrizar en el suelo sin sufrir daños—. ¿Estás bien?
   —Tranquilos, solo con un golpe en la cabeza —sujeté mi frente con una mano, notando que había un rastro de sangre—. ¿Cómo están ustedes?
   —Aquí todo en orden, quédate allí —yo levanté un pulgar, dando a entender sus órdenes—. Los demás volverán en cuanto llegue la policía.
   —¿Qué diablos fue eso? —me pregunté en voz alta, mientras me tiraba al césped.
   —¡¡¡*___________*!!! —escuché la voz de mi primo, al mismo tiempo que se tiraba a mi lado—. ¿Estás bien? ¿Te lastimaron?
   —Tranquilo, dame unos segundos y estaré como nueva —si algo aprendí del embarazo, era que mi cuerpo utilizaba la energía que acumulaba y me servía como curación—. ¿Qué hacen aquí?
   —Recibimos el informe de un ataque a la academia y Fat decidió que debíamos responder.
   —Dime que Todoroki no está al tanto de esto —me llevé el brazo a los ojos, preocupada de que estuviese tan histérico que vendría inmediatamente a la academia y armase algún tipo de escándalo.
   —No, hasta donde tengo entendido —volvía a respirar aliviada, en cuanto no sentí más mareo en mi cabeza me incorporé—, oye. No creo que debas incorporarte aún.
   —Descuida, quiero revisar a los estudiantes y al resto de los profesores.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora