❄Ju go🔥

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   —Lo lamento, pero tengo que irme —las lágrimas brotaron involuntariamente, después de recibir semejante noticia quería ir al hospital—. Algo le ocurrió a Eijiro y a los niños.
   —Descuida querida, ve con ellos —la madre de Shoto apoyó una mano sobre mi hombro—. Acompáñala hijo, y no cometas el mismo error que hace cinco años. Ella lo vale.
   —Por supuesto madre —Shoto tomó las llaves del auto y nos dirigimos a la salida—, espero que la próxima vez, pueda traerlos para que los conozcas en persona.
   —Esperaré ese día con ansias.

  De camino al hospital, los dos estábamos demasiado tensos ante las peores ideas posibles. En la puerta de emergencias, Shoto se detuvo para que me bajara y fuera a averiguar que sucedió. Corrí por los pasillos, buscando a Mina en la sala de espera. Solo vi a mis tíos que estaban intentando que el otro no se desmorone, probablemente los médicos aún no habían venido a darnos noticias sobre el estado de mi primo o el de mis hijos.
  Ambos notaron mi presencia y se acercaron a abrazarme, era una noticia demasiado horrible para todos nosotros. Mi tía lloraba desconsolada, pero mantenía los sollozos más callados para no causar un alboroto. Intenté averiguar que sucedía, si sabían algo de los gemelos o si Mina pudo averiguar algo sobre el incidente. Ellos solo me dijeron que estaban pegando la vuelta cuando el hospital los llamó para informales sobre el ataque.
  Mina apareció junto a Shoto, tenía algunas vendas en la cara y traía el brazos derecho totalmente vendado. Tuvo que hacer la declaración ante la policía, por suerte el villano que los atacó fue noqueado y arrestado a tiempo. Mi amiga tenía una cara de vergüenza, apenas si cruzaba una mirada conmigo. Di unos cuantos pasos y la abracé, no es su culpa que esto pasara. Hizo lo mejor que pudo por cuidar de mis hijos.

  Fui hasta la recepción, ante el hecho de que ninguno nos daba información sobre Eijiro o los gemelos. La recepcionista ni siquiera notó mi presencia hasta que carraspeé para hacerme notar, la mujer de unos 50 años que estaba detrás del mostrador, me miró con cara de pocos amigos. Intenté por todos los medios buscar una forma de que me diera información, en caso de que ella se negara a darme respuesta tendría que recurrir a la influencia de Shuzenji-san.
  Antes de utilizar mi carta secreta, el médico en dónde hice mis prácticas la primera vez bajo la supervisión de Recovery Girl, pasó caminando por los pasillos. Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, temía que si le preguntaba por alguna información respecto a mi primo o mis hijos no lo haría por una cuestión de orgullo. Luego de aquel día, sus compañeros de trabajo no pararon de burlarse por haber quedado como tremendo idiota, ante la figura más reconocida en la medicina del país, a manos de una recién graduada.

   —Sensei, espero que se encuentre bien —me acerqué y me incliné, por otro lado, él se mantuvo serio—. ¿También trabaja aquí?
   —Así es —su tono no solo era tajante, se ve que aún tenía rencor hacia mí—, ¿vienes por tu rotación?
   —De hecho, es mi día libre —respondí manteniéndome calmada—. Mi primo y mis hijos están hospitalizados aquí, los ingresaron hace horas y no tenemos noticias.
   —Lamento escucharlo —su tono no concordaba con sus palabras—, desearía poder hacer algo, sin embargo tengo otros pacientes que debo atender.
   —¿Puedo pedirle un favor? —el alzó una ceja, probablemente no esté en posición para pedir favores, pero la intriga nos estaba matando a mis tíos y a mí.
   —¿Y qué ganaría con eso?
   —¿Es usted el doctor qué atiende a Red Riot? —Shoto se posicionó a mi lado, cambiando la expresión facial del médico—. Llevamos horas sin saber nada de él y los civiles que protegió, su familia solo quiere respuestas.
   —Shoto-san, es honor tenerlo aquí, pese a las circunstancias —su actitud y tono de voz habían cambiado por completo—. Muchas gracias por proteger la ciudad.
   —No tiene porque agradecerme, solo cumplo con mi trabajo —respondió él, yo solo sentí que estaba parada de adorno allí—. Volviendo a mi pregunta original, ¿es usted quién está a cargo del tratamiento de Red Riot o de los civiles que protegió?
   —Me temo que no —revisó su portafolio, como si buscara los nombres—, pero conozco al médico a cargo del ala de urgencias.
   —Lleve a ___________-san con usted y preséntela a quién esté a cargo del tratamiento de Red Riot —tanto el doctor como yo lo miramos sorprendidos ante la petición—. Es la madre de los niños que mi compañero protegió, además es una excelente doctora.
   —Con su debido respeto, Shoto-san —el señor me miró con un desprecio que cualquiera le hubiera respondido de la peor manera—. Obtuvo su título no hace mucho, no tiene la experiencia suficiente para afrontar los procedimientos...
   —La he visto trabajar en escena —Shoto volvió a interferir—, muchos de los paramédicos presentes apenas podían lidiar con un paciente a la vez y había el cuádruple en estado crítico. De no ser porque esta inexperta (como usted dice) estuvo allí, muchas personas habrían perdido la vida —incluso si sentía que exageraba algunos hechos, me sentía un poco mejor al sentir que me apoyaba—. Podría haberse petrificado y no hacerse responsable, sin embargo ella conoce bien cómo es el procedimiento estándar.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora