❄️San ju ichi🔥.2

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—Perfecto __________-san, todo parece estar en orden —dijo mi obstetra, permitiendo que baje de la camilla de examinación—, realmente no mentían cuando me comentaron que su embarazo tiene unas particularidades inusuales.
—Ni que lo diga, doctora —respondí limpiando la zona abdominal, ya que me acababan de hacer una ecografía—. Sobre lo que discutimos en la última consulta con mi prometido...
—No tiene de que preocuparse ___________-san —me tranquilizó mi colega—, les enviaré a mi partera de confianza para que visite su casa hoy mismo. Allí podrán hablar y quitarse las dudas necesarias.
—Se lo agradezco mucho —hice una reverencia antes de retirarme de su consultorio.

Hoy fui a otro chequeo médico, le había pedido que continuáramos el resto del tratamiento en la casa, ya que no me sentía muy cómoda con dar a luz en el hospital. Obviamente, mi vientre había crecido bastante en el último mes, pero al menos no tan rápido gracias a que era otoño. En menos de mes y medio, pase de tener 25 semanas de gestación a 33 semanas. Para cunado llegué a la semana 30, el proceso se ralentizó bastante por una temporada de tiempo nublado.
Tanto Shoto como los niños parecían emocionados porque entrara en trabajo de parto pronto. En casa, los niños me recibieron con un ataque de abrazos y caricias hacia su nuevo hermano. Les encantaba ponerse cerca de mi vientre y hablarle sobre cómo fue su día. Hoy, la pasaríamos juntos ya que Shoto estaría todo el día trabajando. Rei-san se había ido de compras y pasaría la tarde con Natsuo-san y su novia.

—Mamá, ¿nuestro hermanito tendrá la misma edad que el bebé de la tía Hannah? —preguntó Yuki, acariciando mi abultado vientre.
   —Pues, posiblemente tengan la misma edad —miré el calendario e intenté recordar la fecha estimada de parto para mi hermana—. Si todo sale bien, su primo nacerá el próximo mes.
   —Escuché que Ha-kun dijo que cuando su mamá tuvo a su hermana, la oía gritar todo el tiempo —Kazu se levantó del sofá y se paró frente a mí—. ¿Nuestro hermanito te hará daño cuando nazca?
   —Bueno... —no quería alarmarlo con la respuesta. Sí, los dolores de parto son insoportables, pero no quería mentirles diciendo que todo era indoloro y hermoso.
   —Ya volví —dijo Shoto, salvándome de responder a la pregunta—. ¿Qué tal la consulta, amor?
   —Todo está en orden —nos dimos un beso en los labios, provocando que los niños pusieran una mueca de disgusto—, el bebé no creció como venía haciendo hasta hace 2 semanas. Eso es un progreso, ah, y la partera vendrá a vernos en la tarde.
   —*___________*...
   —Ya sé que no te gusta la idea Shoto, pero para eso viene: a aclarar todas nuestras dudas —me levanté y tomé sus manos—. Te lo suplico, es la única cosa que te pido. Al menos escuchémosla y consultemos todas las dudas. 
   —¿Podemos ir a entrenar con el tío Bakugo? —preguntó Kazu, mirando en la televisión un reportaje de Deku, con la imagen borrosa del rubio a sus espaldas—. Seguro que querrá romper la bolsa de boxeo.
   —Hablaré con él —dijo Shoto, lo mejor sería que los niños no estuviesen en la consulta—. Probablemente le pregunte a Ashido si puede cuidarlos.
   —Por mí, mejor —miré al televisor—. Temo que el chihuahua tenga un humor peor que los perros.

  En la tarde, mi amiga vino a llevar a los gemelos a la agencia de Deku, mientras nosotros esperábamos pacientemente a la partera. Discutí un poco con mi prometido con respecto al hecho de que quería tener un parto en casa, mientras él insistía en que fuéramos a tener el bebé en un hospital. Yo solo le pedía que, mientras el bebé no tuviera complicaciones en el parto, que preferiría hacerlo en casa, donde me sentiría más tranquila y en paz.
  Cuando tocaron a la puerta, fuimos a atender y vimos a una señora de la edad de Rei-san, con un maletín médico en sus manos. La dejamos pasar y Shoto le sirvió una taza de té, en lo que me revisaba como control prenatal para tenerlo en sus registros. Luego de que nos explicara el procedimiento estándar de cuando entrase en labor de parto, las opciones de tratamiento (tanto en el hospital como en casa), los riesgo de cada uno y de que nosotros diéramos nuestros puntos sobre cómo debería ser nuestro plan de parto. Al final, conseguimos llegar a un acuerdo: comenzaríamos el trabajo de parto con la partera en casa, si las cosas se complicaban, llamarían a la ambulancia para un traslado inmediato. Ninguno se quejó de las condiciones.
  Luego de eso, la partera le dejó una lista de cosas que deberíamos comenzar a preparar para la llegada del bebé: la cuna, un cambiador, alguna pelota de pilates (más que nada, para mis ejercicios prenatales), una mecedora, un móvil para la cuna y más. Shoto tomo todas las notas a cada palabra que decía la partera, por mi parte, buscaba preguntarle por posiciones cómodas al momento de sentarme.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora