❄️San ju ichi🔥

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   —Aww... Shoto... —la verdad, ese gesto me pareció muy tierno de su parte—. Que lindo detalle de tu parte.
—Comamos antes de que se enfrié la comida.

Cenamos bajo ese ambiente romántico y con música de fondo. A las 12, él me entregó mi regalo de cumpleaños que era una gargantilla con las iniciales de él y de los niños. Esa noche la pasamos haciéndonos cariñitos y más acciones un poco subidas de tono. Casi pasamos la noche en vela, pero conseguimos dormir un poco, ya que mi primo y amigas habrán planeado algo por mi cumpleaños y no quería parecer un zombie.
No me equivoqué, los niños entraron a nuestro cuarto (gracias al cielo, nos habíamos puesto algo de ropa después de hacer el amor anoche) y me llenaron de besos para despertarme. Me felicitaron por mi cumpleaños y pidieron que fuera a la cocina rápido para desayunar. Le pidieron ayuda a Rei-san para traer mi bandeja de desayuno a la cama, porque luego cambiaron de opinión y pensaron que sería más especial llevarme el desayuno. Casi me largo a llorar de la emoción.
El día entero me la pase de un lugar a otro, las chicas me llevaron a celebrar a un karaoke famoso del centro. No pude librarme de buscar canciones en mi idioma materno, claramente querían oír algo distinto de los estilos japoneses. Luego, mis tíos y Eijiro me llevaron a almorzar en compañía de Shoto y los gemelos a un restaurante de estilo ____________ [tu país], que habían descubierto hace poco en internet. La verdad, volver a comer comida tan familiar para mí pero exótica para el resto, me dio cierta nostalgia del sentimiento de mi antiguo hogar.

[...]

El día que viajaría a Australia había llegado, Hannah comenzó con contracciones en la madrugada, por suerte mi vuelo saldría pronto. De todas formas, la posibilidad sería que llegase cuando el bebé ya hubiera nacido o mi hermana todavía estuviese en pleno trabajo de parto. Shoto y los niños vinieron a despedirme en el aeropuerto, Kazuya y Yukito me dieron un abrazo como pidiendo que me quedase. Por otra parte, Shoto se acercó a besarme en los labios y desearme un viaje seguro.

—Manda un mensaje en cuanto aterrices en Australia, por favor —acaricié su mejilla con cariño.
—Tranquilo, eso haré —le prometí, depositando un último beso a mis hombres—. No le causen problemas a su padre.
—No, mamá.
—Bueno, ya me voy —tomé mi maleta y corrí al centro de controles. Volteé a saludar a mi familia, quienes se mantuvieron juntos y movían los brazos en forma de saludo.

En el avión, me dormí todo el viaje (considerando que son casi 10 horas de viaje), me recosté en la incómoda silla. Para cuando aterrizamos, la azafata tuvo que venir a despertarme, para avisarme que debían vaciar el avión. Totalmente avergonzada, me bajé casi a las corridas de la aeronave y fui a hacer los controles necesarios. Cuando salí a la zona de recepción, me encontré a Cole esperando del otro lado. Yo solo le di una mirada extrañada, ya que no esperaba encontrarlo aquí.
Me comentó que las contracciones habían sido una falsa alarma, solo eran contracciones de Braxton Hicks. Suspiré aliviada, lo que no hubiese querido escuchar de su parte, era que había dejado a mi hermana sola en una habitación de hospital. Ya tuve la mala experiencia de dar a luz sola, en una sala de partos sin ningún apoyo. Ni siquiera dejaron entrar a mis compañeros de clase, quienes habían sido amables y buenos conmigo. Enviaron a aquellas personas con las que peor me llevaba.

Llegamos a la casa en menos de 30 minutos, la verdad me llamó la atención la cercanía de la casa del aeropuerto internacional. Ella parecía más ansiosa que yo, ya que me recibió en la puerta de su casa. Ver su enorme vientre me trajo un momento de tristeza, más que nada por el aborto que tuve. Habíamos comenzado a ir a terapia con Shoto con respecto a eso, no nos daba miedo volver a intentar, pero ese momento había dejado varias heridas en ambos.

Me alegra que hayas llegado a salvo —Hannah me abrazó como pudo, ya que su barrigón era medio un obstáculo—. ¿Qué tal el vuelo?
Me dormí para cuando despegamos, a tal punto que la azafata tuvo que venir a despertarme para liberar el avión —ambas nos morimos a carcajadas—. ¿Así qué Braxton Hicks?
Sí, fue un susto innecesario —ella acarició su vientre con delicadeza—. Ojalá la espera no me causara tanta ansiedad.
Ni que lo digas —saqué mi móvil, para mandarle un mensaje a Shoto—. Le diré a mi esposo, que es igual que tú, es muy ansioso y no habrá pegado un ojo en toda la noche.
Vaya, parece que mi cuñado se merece mis cumplidos —bromeó ella, mientras tecleé el mensaje—. Acaba de patear, parece que también le emociona que su tía esté aquí. ¿Quieres sentirlo?
Me encantaría —acerqué la mano hasta la mitad del vientre de mi hermana y sentí su patada fuerte. Sentí que las lágrimas se me acumulaban—, que nostalgia. Esto me trae recuerdos.
Sí, quería consultarte algo con respecto al parto de los gemelos... —hubo una pequeña pausa, en dónde mi hermana pareció pensar en algo—. Pero dejaremos eso para después.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora