❄️San ju nii🔥.2

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  Continué con los ejercicios de la pelota, hasta que sentí que algo incomodaba mi entrepierna. Busqué levantarme y sentarme en la silla que estaba cerca de la ventana, respirando pesadamente. Me doblé en la silla por le dolor, contuve las ganas de soltar alaridos de dolor, los nudillos debieron quedarme blancos después de apretar fuertemente los apoyabrazos y volví a erguirme. El sudor bajaba por mi espalda y me resultaba asqueroso, volví a mirar el reloj después de la última contracción y consideré, que era momento de llamar al menos a la partera.
  No tuve que esperar mucho tiempo, tanto la partera como Shoto ingresaron por la puerta principal. Mi novio más nervioso de lo que me hubiese imaginado, todavía llevaba el traje de héroe puesto, se quedó helado en la entrada del cuarto sin saber qué hacer exactamente. Justo en el momento en el que le iba a pedir que llamase a su madre para avisarle, rompí fuente.
  La partera se encargó de limpiar todo el líquido que había salido de mí, mientras Shoto permaneció allí totalmente perdido de lo que sucedía a su alrededor. Le pedí que llamara a mi tía para que vigilara a los gemelos, eso al menos lo ayudó a salir de su transe. La partera me posicionó en la cama para examinarme.

   —Estamos a medio camino, estás con 7 centímetros de dilatación —bufé ya que todavía faltaba bastante para poder pujar y realmente las contracciones eran insoportables—. Hiciste un buen trabajo en hacer los ejercicios de dilatación.
   —¿Por qué olvidé que este puede ser un proceso que toma más de un día? ¡UUGHH! —otra contracción atacó, así que apreté la manta debajo de mí para enfocar el dolor en otro lado que no sea en la zona pélvica—. ¿Hay otra forma de acelerar esto?
   —Veo que tomaste un té de jengibre, eso ya desencadenó tu trabajo de parto —yo quedé maravillada ante el dato—. Si Todoroki-san volviese...
   —Tu tía se quedará con los niños hasta que le avisemos que nació el bebé —hablando de Roma, Shoto reingresó a la habitación y tomó mi mano—. ¿Cómo vamos?
   —Es un proceso lento, pero lo está manejando muy bien —la partera acarició mi brazo, dándome aliento—. Podríamos hacer la inmersión en el agua...
   —No —respondí inmediatamente, mientras cambiaba posición, separando las piernas y mi torso pegado al respaldo de una silla—, si estoy dilatada en la bañera después no podré moverme y no quiero un parto en el agua.
   —Está bien, mantente tranquila y te traeré más té de jengibre —la partera salió, dejándonos a Shoto y a mí a solas—. Haga que camine un poco, eso ayudará mientras esperamos al momento de pujar.
   —De acuerdo —Shoto pasó uno de sus brazos por debajo de mis axilas y me levantó como pudo—. No puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido.
   —Yo apenas puedo recordar cuando fue el día que nos dieron la noticia —caminamos unos pasos y me doblé por una contracción, sin importar cuánto me doblara, el bicolor me sostuvo—, pronto conoceremos al nuevo miembro de la familia —apoyé una de mis manos sobre mi vientre y mi novio la posicionó sobre la mía.
   —Estoy ansioso —me dio un beso rápido— y aún no hemos pensado un nombre para él.
   —Teníamos una lista muy reducida —me volví a sentar en la pelota de pilates—, esto fue de mucha ayuda, quizás comience a hacer pilates después de que este pequeñín crezca un poco.
   —A veces pienso, que amaste más a esa bola antes que a mí —protestó, posicionándose a mi espalda, masajeando la parte baja de esta. Eso fue algo que nos enseñaron en las clases prenatales—. ¿Te sientes menos tensa?
   —Es difícil cuando estás por sacar a un ser humano de tu interior —respondí irónica, mientras intentaba levantarme por mi cuenta de la pelota—, pero los dolores están cada vez más cerca entre sí.
   —¿Y eso es bueno? —preguntó, al mismo tiempo que me quejaba de la contracción.
   —Significa, que falta menos para que nuestro hijo llegue a este mundo.

  La partera regresó con la taza de té, la cual me la tomé de un sorbo largo. No pensé en dejar una botella de agua, ya que debía mantenerme hidratada en este proceso. Me quede recostada en la cama, con la cabeza en alto y permitiendo que la partera monitoreara que todo estuviese en orden. Según ella, solo faltaba un centímetro más para comenzar con el trabajo de pujar. Shoto me secaba el sudor de la frente, me repartía besos en el vientre y en la cara, permitía que utilizara su mano como una bola de estrés. Era el mejor compañero para tener al bebé.
   Tardé cerca de 2 horas en poder llegar finalmente a los 10 centímetros necesarios para poder empezar a pujar. Me puse en una posición más cómoda para hacer el trabajo más pesado de toda embarazada: hacer que el bebé que creció hasta ahora en el vientre naciera de una vez por todas. Shoto me ayudó a que me parase cerca de la cama y mantuviese la postura como si estuviese haciendo una sentadilla.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora