❄️Nii ju🔥

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—¿Segura qué no puedes acompañarnos mamá? —preguntó Kazu, terminando de meter su libro de comics favorito (aún que apenas conseguía entender lo que estaba escrito).
—Lo siento cariño, pero hoy trabajaré en la noche —respondí, reposada en el marco de la puerta mirando como los gemelos preparaban las mochilas—. Deja esa consola Yukito, aún no terminó tu castigo sin videojuegos.
—Aww... Pero el tío Natsuo prometió mostrarme una forma de pasar el nivel... —protestó el nombrado, dejando la consola en su lugar—. ¿Por qué tenemos que ir?
—Porque su madre necesita descansar para dedicarse a atender a sus pacientes en la noche —respondió Shoto, quién supervisaba desde el otro lado de la habitación—, estarán con su abuela mientras me encargo de un asunto con la agencia.
—Al menos, Rei-san dijo que nos enseñaría las reglas del shōgi —dijo Yuki, intentando volver a meter la consola a escondidas, pero me le adelanté y le quité el aparato de las manos—. Bien, me rindo.
—¿Ya tienen todo? —preguntó Shoto, sacando las llaves de su auto, los gemelos solo asintieron mientras cerraban la cremallera de sus mochilas—. Entonces ya nos vamos, saluden a su madre.
—Los amo, ¿lo saben? —ellos corrieron a abrazarme, mientras yo me agaché para quedar a su altura—. Quiero que se comporten con su abuela y no le causen problemas.
—Sí mami —ellos se separaron y fueron corriendo por el pasillo, rumbo a la puerta de entrada. Shoto y yo nos quedamos mirándonos sin una expresión clara—. ¡Date prisa papá!
—Ya voy —dijo él, saliendo de la ensoñación mutua, no sin antes besarme la mejilla de sorpresa—, ¿te busco después de qué termines tu turno?
—Cómo te sea más conveniente —respondí tomando mi brazo derecho, algo incómoda por el beso repentino—, terminó a las 5:00 a.m... No es el mejor momento del día como para levantarse.
—He tenido misiones en donde no pude dormir días, haciendo vigilancia o resolviendo crímenes sin parar —rio por lo bajo—. Dormir menos horas por un día, no será el mayor problema que me haya enfrentado.

Él salió por fin de la habitación de nuestros hijos, mientras yo aún tenía una sensación extraña por aquel beso. Se supone que no somos nada, pero quizás todavía tenía algún sentimiento de hace 5 años atrás. Intenté olvidarme de mi batalla interna por entender mis sentimientos hacia el heterocromático, lo primordial eran mis hijos y velar por lo que sea mejor para su futuro. Mis relaciones amorosas (o no) eran un adicional en esto.
Almorcé un ramen instantáneo para no dormir con el estómago vacío, me recosté en la cama y busqué conciliar el sueño de alguna forma. Supongo que dejar mi mente en blanco fue el mejor método para dormir inmediatamente. Lo primero con lo que soñé fue cuando la agencia Fat Gum había terminado con su misión en Chugoku, los miembros de la agencia ya se habían despedido y marcharon hacia el tren bala. Eijiro se había quedado una noche más para cuidarme antes de irse a Tokio.

Estábamos sentados en la sala, tomando unas tazas de té, mientras yo revisaba las cosas que había visto en mi última clase de la universidad. Para ese entonces, los médicos me habían calculado que tenía 28 semanas de embarazo. Hacia apenas 2 semanas había sentido las primeras patadas del bebé y me costaba más dormir tranquila sin tener que correr al baño a orinar.
Mi primo a veces le hablaba a mi enorme barriga, buscando que mi hijo respondiera con un movimiento, pero no tenía mucho éxito con eso. Para cuando terminé de revisar los apuntes que tomé, cerré el cuaderno y recuerdo que se me había venido un antojo tan extraño que Eijiro me miró con una expresión mezclada entre curiosidad y disgusto. Fue hasta la cocina a preparármelo (considerando que el día anterior había hecho las compras) y de repente, sentí la patada del bebé en cuanto hubo silencio.
De la nada, pensé en cómo habría reaccionado Shoto ante la idea de que tendríamos un hijo. ¿Estaría ansioso por poder tenerlo en brazos? ¿Se sentiría emocionado por armar una familia? ¿Acaso hubiera querido esperar un poco más para tener hijos? Muchas dudas rondaban en mi cabeza en aquella época, sentía que debía seguir pensando en la posibilidad de entregar al bebé en adopción. Intentaba no tocarme el vientre para no tener mucho apego, en caso de dar al niño/a en adopción ya que luego sería más doloroso para mí. Hoy en día, me arrepiento de no haberlo hecho.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora