❄️Nii ju ichi🔥

678 42 1
                                    

A decir verdad, mi hermano pareció buscar la manera de comportarse como un tío ahora, que en los últimos 5 años. No sabría si la razón fue que reflexionó sobre el tema que discutimos hace algunos días o si pretendía demostrarle algo a Shoto por habernos dejado a los niños y a mí. Como si mi mellizo fuese mejor figura masculina para mis hijos de lo que él [Shoto] pudiera ser. Aún que tanto el bicolor como yo sabíamos bien, Isami siempre se mostró desinteresado por los gemelos. Intentamos mantener una mirada indiferente hasta que llegamos a la cafetería.
  Dentro de la cafetería, había poca gente sentada. Algunas personas solo buscaban tomar su taza de café para despertarse, otros solo observaban las noticias en la televisión sobre el mostrador, y el resto miraba sus celulares. Nos sentamos en un rincón apartado de las ventanas, los niños se sentaron del lado de la pared. Los adultos nos quedamos más en el pasillo, pero Isami y Shoto se sentaron enfrentados, dejando un espacio a sus lados para que me sentara.
Literalmente, quería sentarme junto a Isami, ya que me daría mas oportunidades de estrangularlo. Pero tampoco sería el mejor ejemplo para los gemelos, después de discutir tanto sobre cómo enfrentar los problemas. Así que permanecí al lado de Shoto, intentando calmar mis ideas internas.

¿Y bien? ¿Pensaste en lo qué discutimos la última vez? —pregunté por fin, después de ordenar el desayuno. Los niños se distraían con mi celular en el ínterin—. Dime que al menos quisiste mostrar la cara por ese motivo.
Sí, pensé en nuestra charla —respondió Isami, después de un silencio prolongado—. Tuve tiempo para pensar en las ridiculeces que cometí, también que dejé que una estúpida idea me consumiera y termináramos así. Lamento haberme comportado como un tonto ex celoso, *____________*.
Qué quede claro, que solo te estoy perdonando a ti —añadí en cuanto sentí que terminó su discurso—. No pienses que perdonaré a mamá o a papá por pensar lo que querían. Espero que se los digas de regreso a ___________ [tu país].
Odio ser el portador de malas noticias, pero eso haré —por primera vez, ambos mostrábamos una sonrisa de felicidad auténtica en años—. Además, ya aclaré el misterio que carcomía en mi cabeza por 5 años.
Por favor dime que fue por deducción tuya...
Parte y parte —por alguna extraña razón, Shoto no mostraba una cara de curiosidad por lo que conversábamos con Isami—. Verlo junto a los niños terminó por aclarar mis sospechas de su parentesco, pero admito que las fotografías también jugaron un rol para enlazar cabos sueltos.
Nos alegra que al fin se aclarara la situación —tanto Isami como yo, observamos a Shoto sorprendidos. No me hubiera esperado en un millón de años que hubiera aprendido español—. Tranquilo, apenas soy un principiante. Entendí la mitad de la conversación.
¿Acaso tú...? —preguntó mi hermano, pensando que le había jugado una broma sobre que Shoto sabía hablar español.
No, me entero al mismo tiempo que tú —respondí, casi sin aliento
   —Bueno, eso significa que puedo decir lo que realmente quiero, sin reprimirme por los niños —dijo Isami, sacando una sonrisa maliciosa.
   —¡Ni se te ocurra, Isami! —le advertí con un tono medio amenazante—. Por más de que no entiendan el idioma, no son estúpidos. Sabran a qué te referirás, ni bien abras la boca.

  La comida llego y Kazuya y Yukito dejaron de lado el celular y comenzaron a devorar el desayuno que tenían delante. Por parte de los adultos, nos sumergimos en una especie de silencio incómodo. Fui preguntándole a los gemelos sobre su estancia con Rei-san, parecían emocionados por repetirlo pronto, en lo que mi hermano levantó la ceja curioso ante la mención de una persona que no conocía.
Shoto parecía muy feliz de escuchar que los niños realmente disfrutaron pasar la noche con su madre, al igual que ella debió disfrutar de estar con sus nietos. Kazuya y Yukito me mostraban un tablero de shōgi, con las reglas e instrucciones escritas en una especie de manual. Como ellos no comieron mucho, preguntaron si podían practicar en la mesa. Yo les quite los platos, mientras ellos acomodaban el tablero con las fichas.
  Isami, por su parte, tenía el rostro contraído como si quisiese ir al baño. Yo necesitaba que los gemelos no estuviesen presentes, para que no prestaran más atención a nuestra discusión, que a sus tácticas para aplastar a su hermano en un amistoso juego de shōgi. Para mi salvación, Eijiro entró por la puerta del café, en compañía de Amajiki-san. Miré distraídamente en dirección a Shoto y él me mostró su móvil.

¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora