¿Estás dispuesto a darlo todo cómo padre? (Todoroki Shoto x TN)

❄️Yon ju ichi🔥.2

Shoto tenía una expresión más allá de la sorpresa, claro que no se imaginó ni en un millón de años que Dabi aún estuviese con vida después de tantos años. Pero, por supuesto, mantenía su actitud de héroe ante la situación de tener a su familia como rehenes de este ataque. Podía ver en los ojos de mi esposo que quería que nosotros salgamos de la futura zona de batalla entre ellos, sin embargo, me negaba a ir sin mis hijos. Aún Toya estaba en aquella habitación pasando el pasillo en donde Dabi bloqueaba el paso, observé desesperada el corral que conseguí instalar en la sala de manera improvisa, rogando que Shoto interpretase que nuestro hijo menor no estaba conmigo.
Dabi fue el primero en lanzar un ataque, con sus llamas azules en nuestra dirección. De alguna forma, busqué proteger a los gemelos del impacto, pero sentí que algo o alguien nos sacaba de allí sin esfuerzo. Al levantar la vista, vi a Midoriya con su látigo negro envolviéndome a mi y a los gemelos. Quería liberarme de su agarre para ir por Toya, sin embargo, pude divisar que Bakugo salía del edificio también con ayuda de sus explosiones, cargando con un bulto en una de sus manos. Al descender a tierra, el chihuahua me entregó lo que cargó y vi a Toya completamente tranquilo.

-Gracias chicos, no saben lo aliviada que estoy -hice una reverencia-. ¿Cómo supieron que estábamos en problemas?
-Yukito hizo sonar el dispositivo que tenemos la mayoría de los héroes por cualquier problema -miré a mi hijo, quien me enseñó lo que parecía un control pequeño de garaje-. Como estábamos con Todoroki, supimos que se trataba de ustedes.
-¡¿Qué demonios estaban haciendo allí?! -entonces recordé a Tsunishiro-kun, digo que hasta casi lance a Toya en dirección a Bakugo, dispuesta a ir dentro del edificio de nuevo-. ¡Oi! ¿A dónde piensas ir?
-¡No puedo dejarlo allí! -creé una especie de alas de luz en mi espalda y me elevé por los cielos por donde Midoriya y Bakugo nos habían sacado-. Solo iré y volveré.
-Demonios *________* -era la primera vez en años, que oía a Bakugo llamarme por mi nombre-. Quédate con los mocosos, Deku.
-¡Espera, Kacchan! -probablemente le entregó a Toya a Midoriya, ya que oí sus explosiones detrás de mí.

Claro que no paré de escuchar los sermones de Bakugo camino aquí y amenazo con llevarme a la fuerza de regreso a tierra. Cuando llegue al piso de mi amigo, la escena era de una película de acción que termino mal.
Las llamas estaban vivas por todo el lugar, la mayoría de las paredes estaban carbonizadas y algunos vidrios rotos (probablemente de las ventanas) en el suelo. Hatori aún estaba donde lo habíamos dejado, pero no había señales de Shoto o Dabi por ningún lado. Y eso, quizás me alarmaba más. Me acerqué hasta mi amigo y noté que respiraba con mucha dificultad, pero era una buena señal de que estaba luchando por su vida.

Bakugo, quien solo buscaba la forma de sacarme de allí, noto que no éramos los únicos civiles en peligro y busco la forma de cargar con ambos y volver a tierra. Cuando bajamos, los paramédicos ya habían llegado en ambulancia. Una vez que nuestros pies tocaron tierra, les dije el diagnóstico preliminar y se llevaron a Hatori al hospital de quemados de la zona.
Mis hijos observaban en lo alto, esperando a que su padre saliera victorioso de aquella batalla. Yo también temía porque mi esposo saliese de allí sano y salvo. Entonces, vimos cómo una curva de humo negro iba desde una de las ventanas hasta casi la otra punta del barrio. No quería ver si era Dabi o Shoto, así que tomé a los gemelos y a Toya en mis brazos y nos fuimos de allí. Vi a mi primo entre la multitud, quien en cuanto nos vio, corrió lo más rápido que pudo y nos abrazó con sollozos.

Narrador Omnisciente

La pelea entre los hermanos continuaba con la temperatura aumentando cada segundo. Dabi mantenía una sonrisa sádica y demoniaca, por su parte, Shoto observó el desastre que dejaban a su paso. El departamento entero estaba casi cayéndose por las quemaduras en las paredes, agradecía que no debía preocuparse tanto por los residentes en el piso superior, ya que ese era el más alto; aún que, esperaba que sus amigos hubiesen desalojado el resto del edificio por la seguridad de los residentes. Al menos estaba aliviado de que su esposa e hijos ya estuviesen a salvo.