CAPÍTULO 26

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Después de una pesada y peligrosa jornada de trabajo, Kihyun regresó a casa de Hyunwoo lo más rápido posible. Llamó a la puerta y puso su mejor sonrisa esperando a que su pequeño bebé la abriera como de costumbre...

Hyunwoo se levantó a abrir la puerta y se congeló al ver al castaño parado delante de él, nunca antes había visto esa sonrisa en el castaño, llena de alegría y dulzura, pero sobre todo llena de amor.

-¡Hola mi amor! – gritó Kihyun alegremente, pero en cuanto vio a Hyunwoo su sonrisa se esfumó. – Lo... lo lamento, pensé que Minhee abriría...

Hyunwoo lo observó por algunos instantes y después obligando a su corazón a tranquilizarse, regresó adentro como si nada mientras Kihyun cerraba la puerta.

-Y, ¿los niños? – preguntó Kihyun tímido.

-En el jardín, con Ele – respondió indiferente mientras retomaba su lugar en la sala.

-¿En el jardín? Pero, ¿no crees que es muy tarde para que estén en el jardín? – dijo Kihyun preocupado siguiéndolo.

-Es buena hora... apenas son las seis...

-Pero Minhee está lastimado, mejor voy a decirles que entren...

Kihyun dio media vuelta, y ni siquiera tuvo tiempo de saber qué pasó ya que, todo sucedió en un instante. Kihyun tropezó con la mesa de centro y sin poder controlar sus torpes movimientos, cayó sentado en el regazo de Hyunwoo.

-Lo... lo siento...

Se miraron a los ojos por lo que les pareció una eternidad y ambos entreabrieron los labios, Hyunwoo tragó saliva y comenzó a acercarse a Kihyun, sin embargo, el castaño regresó a la realidad y se paró enseguida.

-Creo que estoy muy torpe el día de hoy – dijo Kihyun avergonzado mientras se tocaba la muñeca izquierda y recordaba lo que le había pasado ese día... - Iré... iré a ver a los niños...

El castaño se alejó rápidamente mientras que Hyunwoo permaneció sentado en el sofá observándolo alejarse...

-Maldición... esto será más difícil de lo que pensé – dijo con un suspiro.

Después de que Kihyun fuera a saludar a sus hijos, pasaron todos al comedor para cenar, los niños le platicaron al castaño absolutamente todo lo que habían hecho con sus tíos y todos sonreían muy alegremente, el ambiente de la cena fue muy divertido y para sorpresa de Hyunwoo así permaneció todo el tiempo...

-Gracias por cuidarlos – dijo Kihyun amablemente cuando sus hijos subieron a su habitación.

-Son mis hijos, los quiero y por supuesto que los cuidaré – dijo Hyunwoo saliendo de la cocina.

Kihyun suspiró, realmente estaba tratando de poner todo de su parte para llevarse bien con Hyunwoo pero ese hombre era más terco de lo que esperaba. Salió de la cocina y fue por su maleta para comenzar a desempacar. Agarró las dos maletas, pero al tratar de levantarlas no pudo hacerlo...

-Dame la de Wonjin – dijo Hyunwoo quitándole la maleta más pequeña y subió las escaleras.

-¿Qué? Espera Hyunwoo...

Hyunwoo llegó a la habitación de sus hijos, colocó la maleta en la cama y la abrió encontrándose con un par de calzoncillos con dibujos de ositos. Tomó uno alzándolo en alto para observarlo mejor y sonrió tiernamente.

-Hyunwoo... - dijo Kihyun jadeando un poco.

-La ropa interior de Wonjin es adorable, ¿le gustan los osos? – preguntó Hyunwoo con una sonrisa.

Kihyun en lugar de responder, rápidamente se acercó y le arrebató la ropa interior.

-Esa maleta es mía... esta es la de Wonjin... - dijo con el rostro rojo como un tomate.

Sin conocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora