CAPÍTULO 27

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Al día siguiente, Kihyun despertó lentamente sintiendo un ligero dolor en su cuello, pues era la segunda vez que dormía en cuarto de sus hijos y al igual que la noche pasada la posición había sido muy incómoda.

Pensó en quedarse con ellos hasta que despertaran, pero cuando vio en su reloj que todavía era muy temprano, decidió bajar a la cocina para prepararles el desayuno y así darles una sorpresa.

Al llegar ahí, se alegró al ver que la cocina estaba vacía y la casa en completo silencio, eso quería decir que era el momento perfecto para cocinar, pues siendo sincero, había pensado en que se encontraría con la señora Kim y que ella ya estaría cocinando.

Con una amplia sonrisa se puso manos a la obra...

Hyunwoo salió de su habitación completamente despierto debido a un olor extremadamente delicioso. Se encaminó a la cocina para descubrir la causa de ese olor y se quedó inmóvil al ver a Kihyun cocinando. Era cierto que ya antes lo había visto cocinar en su restaurante y siempre le había parecido algo mágico observar la manera en que éste realizaba cada movimiento, pero había algo incluso más surrealista verlo cocinar en su cocina.

En su lugar de trabajo siempre mantenía una mirada seria y muy concentrada en lo que preparaba, pero en ese momento su expresión era todo lo contrario, Kihyun esbozaba una amplia y feliz sonrisa y sus ojos brillaban y mostraban un sentimiento puro... amor. Y, además tarareaba una melodía muy alegre y movía su cuerpo al ritmo de la canción.

Hyunwoo se quedó pasmado mirándolo y una sonrisa divertida apareció en su rostro. Lo miró de arriba abajo desplazando lentamente la vista, por todo su cuerpo, tomándose su tiempo para admirar sus caderas, su sexy trasero y sus muslos que tanto deseaba morder...

Desvió la vista al sentir que se estaba dejando llevar por sus atrevidos pensamientos y cerró los ojos para controlarse, una vez que sintió que retomaba el control de su cuerpo, se aclaró la garganta y sonrió irónicamente al ver que el castaño se sobresaltó.

-Mierda... - dijo Kihyun mirándolo sorprendido. – Lo lamento, no quise decir una mala palabra, es solo que me asustaste... - explicó rápidamente.

Hyunwoo le lanzó una mirada seria y se sentó en la mesa.

-¿Por qué estás haciendo el desayuno tú? – continuó.

-Porque quiero sorprender a los niños, espero que no te moleste...

-Por esta vez lo dejaré pasar, pero para la próxima pídeme permiso antes de ocupar mi cocina como si esta fuera tu casa.

Kihyun detuvo sus movimientos y miró a Hyunwoo a los ojos.

-Entiendo, lo lamento, no volverá a pasar - dijo seriamente y retomó su tarea.

-Bien...

Hyunwoo frunció el ceño al notar que el castaño no lo miró más, pero estaba bien, pues entre menos mirara ese par de hermosos ojos más lejos podría mantenerse de él.

-Iré a ver a mis hijos, tal vez ya despertaron.

-Voy contigo el desayuno ya está listo – dijo Kihyun sonriendo apagando la estufa y se le adelantó a Hyunwoo quien lo miró frunciendo el ceño...



-Pasen, están en su casa – dijo Hyunwoo amablemente.

-Gracias Hyunwoo... - dijo Hoseok con una sonrisa.

Los niños y Kihyun miraron hacia la puerta para ver quién había llegado, aunque en realidad ya lo sabían, pues la voz de una personita se los confirmó.

-¡Serim! – gritó Minhee emocionado al ver al niño corriendo hacia él.

-¡Hola Minhee! ¡Hola Wonjin!

Sin conocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora