Ebi se dirigía a la escuela. Estaba un poco agitada, ya se le hacía tarde.
Había recibido un mensaje de la dueña del puesto ambulante, al inicio pensó que su vestido se vendió, pero no, sólo era para que pasara a dejarle dinero extra si quería que el vestido se quedara otro mes para ver si se vendía. Por desgracia, debido a ese inconveniente ya no alcanzaría a Lana y llegaría un poco tarde a la primera hora de clase.
Subió lentamente las escaleras del puente cuando se percató de la presencia de su amiga. Se le hizo extraño encontrarla a esa hora, Ella tenía que estar en la escuela. Recargaba su cabeza sobre el barandal. Parecía triste, su mirada se encontraba en el pase de los autos.
—Lana —llamó cuando se encontraba a una distancia más corta.
Ella no levantó la mirada.
—¿Lana?
—Hola…
Ebi la miró esperando más palabras.
No sabía muy bien qué decirle: ¿Por qué estaba a esa hora? ¿Estaba triste? ¿Enojada?
Ebi se armó de valor y tomó su rostro entre sus manos. Si ella se apartaba significaba que el problema era Ebi.
Volteo lentamente su rostro entre sus huesudas manos y la miró. Sintió un hueco en el estómago al ver a Lana con el rostro golpeado: su ojo estaba morado, apenas lo podía abrir y su labio estaba hinchado.
—¡Lana! —exclamó cambiando de su usual tono de susurro.
Lana abrazó a Ebi y comenzó a llorar. Ebi se quedó petrificada al suceder mucho en tan poco tiempo. Le lastimaba escuchar a Lana llorar y ver su hermoso rostro golpeado, pero al menos ella podía servirle de consuelo. Se agachó para mirarla fijamente y la abrazó con más fuerza. Trataba de entender qué estaba pasando, quizá tenía problemas en casa o en la escuela.
—Me escapé de la escuela. — confesó.
Ebi observaba como el ojo café de Lana luchaba por mantenerse abierto. Las sospechas se confirmaron, era la escuela. Alguien la había golpeado.
Ebi exclamaba con su corazón que Lana no fuese una marginada, aunque era muy obvia la respuesta, deseaba tanto que la situación fuera por una persona y no por varias para que ella pudiera librarse. Eso pensaba, cuando su voz interna la calló y se recordó a sí misma.
«Cállate ¿Tú de qué hablas?»
Ebi acarició la cabeza de Lana y agachó la mirada sin saber qué decir. Se sintió tonta por aquel pensamiento, aunque se tratase de una persona no era fácil librarse. El miedo lo podía más que todo.
Una persona que pasaba el puente las miró a ambas. Las dos apartaron la mirada. Lana para evitar que el golpe fuera visible y Ebi por incomodidad.
—Voy a mi casa. No quiero que me vean así.
Ebi se levantó, asintió y se volvieron a abrazar en silencio por más tiempo. Se separaron y se alistaron para irse: Lana intentó tapar su cara con su cabello a lo que Ebi se quitó su sudadera lila dejando ver sus brazos. Tenía mucho miedo de que su cuerpo se viese por un instante, pero el dolor de Lana era más importante. La miró con compasión a su mirada extrañada y le extendió la sudadera.
—Toma. —dijo ella —Úsala, usa la capucha y tapate.Lana la tomó y se la puso. Ebi desabrochó las mangas de su blusa escolar para evitar la figura de estos. Abrió su mochila y sacó un tapabocas negro.
—Este también te servirá —aconsejó mientras lo sacaba de su empaque y se lo daba.
—Gracias…—dijo Lana con una pequeña sonrisa.
Lana se lo puso y acomodó la capucha de modo que tapara su ojo morado. Ahora estaba más tranquila de que los golpes no se notarán tanto.
Tomó su mochila y miró a Ebi con ternura. Se quitó por un momento el tapabocas y se despidió de Ebi con un beso en la mejilla y un abrazo. Se lo puso nuevamente y se giró para regresar a su casa.
—Lana. —dijo Ebi a su espalda. Ella se volteo. —¿Me contarás todo?
—Sí —musitó. —Eres mi amiga. Tú me entenderías. Sé que estamos en el mismo lugar.
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Muchas gracias por sus votos y comentarios! De verdad no me esperaba el apoyo que me dan. Como agradecimiento pasando la próxima semana les traeré pequeño maraton de 4 capítulos 💜💜💜 me gustaría que sean más capítulos pero es que estoy esperando que pase esta temporada de exámenes en la uni.
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VÍCTIMA
Teen FictionEbi se miró en el espejo. Estaba inquieta por la presencia de Dean que salía lentamente de la oscuridad detrás suyo. Él le sonrió y se acercó. Fue fácil, pensaba ella. «Él escogió una víctima para su venganza, fue lo suficientemente hábil para que l...