La clase de la maestra Agnes apaciguó los nervios del salón. Los psicólogos los llamarían en poco tiempo, interrumpiendo su clase, lo que estallaba las expectativas del grupo, después de ver a algunos de sus compañeros pensativos. Todos tenían el mismo objetivo: minimizar o cubrir el tema del incidente en el gimnasio.
Uniel había regresado de la sesión y al igual que Joe avivó el odio hacia Ebi. Era notorio, Dean se había dado cuenta que Uniel no dejaba de observar a la marginada, pese a dos llamadas de la maestra Agnes por estar "distraído".
Uniel la observaba por largos ratos sin parpadear, deseaba tronar su cuello para que no respirara más. Ella se encontraba a unos dos pupitres delante suyo, por lo que interfería en escena cuando miraba a Agnes. La presencia irritante de Ebi le desviaba el pensamiento hacia su pasado.
Una bolita de papel interfirió en su mirada filosa. Él levantó sus ojos y se encontró con Dean que levantó su dedo al mensaje para que lo leyera.
"Cálmate. Estás siendo muy obvio".
Él miró a Dean, volteó los ojos, desesperado, y bajó levemente la mirada para distraerse.
"¿Alguna vez sufriste acoso escolar?" surgió la pregunta de los psicólogos en su cabeza que no hace mucho le plantearon.
«No, sólo una pelea a golpes que pasó hace meses» les había respondido con voz suave. Sin embargo, en su interior contestaba de otro modo. «Sí, injustamente»
Él recordó su pasado en Neimenia. Aquella situación que envolvió a tres niños manchando sus nombres, algo que los persiguió por un largo tiempo.
Uniel durante todos estos años no había dejado de pensar que no fue su culpa la muerte de un estudiante con notable flaqueza, simplemente le habían dado un empujón por diversión, pero junto a esta acción cayó toda una vida débil, pensaba él. Si no hubiera sido por la niñita defensora, ellos no hubieran puesto un pie en la prisión preventiva y no hubieran sido señalados por toda la escuela.
Hace años, ellos habían tenido la misma dinámica, les gustaba hacer sufrir a otros. Algo que era diversión, poco a poco formaba parte de sus vidas y tenían que admitir que era entretenido. Pero a la llegada de Ebi, todo empezó a ser cuestionado.
Ellos habían estado teniendo problemas con un alumno, Amín. Él era un chico inteligente, que por mala suerte no le cayó bien a Dean por la forma en la que lo corregía si se equivocaba o minimizaba los temas que para otros eran un muro, es por eso que gracias a la creatividad del trío, consiguieron degradarlo, tanto que lo lograron matar en vida. Y al no tener la voz, por la depresión que lo envolvía, fue cuando Ebi lo ayudó y se convirtió en la suya.
Se quejaba, pedía a los profesores intervenir y mostraba pruebas. Intentaba compartir su comida con Armín, le contaba lo feliz que estaba por ser adoptada, pero pese a contar con mucho positivismo, podía ver como se apagaba lentamente.
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VÍCTIMA
Teen FictionEbi se miró en el espejo. Estaba inquieta por la presencia de Dean que salía lentamente de la oscuridad detrás suyo. Él le sonrió y se acercó. Fue fácil, pensaba ella. «Él escogió una víctima para su venganza, fue lo suficientemente hábil para que l...