48. Delito

97 4 4
                                    

Hola! Sé que ha pasado tiempo, pero han pasado muchas cosas :(. Me gustaría compartir muchas cosas con ustedes... Y por eso cree un Instagram ^^ además me gustaría compartir algunos momentos que paso. IG: densil.x

---------------

Dean entró al cuarto de su hermana y observó lentamente cada objeto que se encontraba ahí. Su cama destendida, su vestido de hada colgado detrás de su puerta, las invitaciones a medio escribir sobre el escritorio, todo había terminado, la esencia del cuarto se veía congelada, quien era ella ahora ya no estaba, por supuesto, por una muerte repentina. Quien entrará en ese cuarto sabría que se trata de una niña esperando su cumpleaños.

Nada en esa habitación se movería más, eso querían todos. Pero ahora que la situación lo requería Dean se acercó a la puerta y agarró el vestido con nostalgia, sentía el tacto de las costuras, telas qué acompañaron en grandes aventuras a su hermana y a él. Hace unos días que lo habían mandado a arreglar.

Las manos de Dean comenzaron a temblar.

Jamás hubiera imaginado que ese vestido se le pediría para enterrar a su hermana, la autopsia ya se había hecho y sólo querían vestirla con su prenda favorita.

Por más que su hermano intentará pensar con claridad sobre lo sucedido, no podía. Muchos pensamientos llegaban a su cabeza, incluso, aún no procesaba la noticia de que su hermana ya no estaba, que sostenía su vestido favorito para enterrarla. Él sólo miraba constantemente la entrada esperando a que entrará, pero no sería así.

Sí, él sabía que Lana no quería morir, tenía tantos planes a futuro que no era posible deducirlo, o al menos eso era lo que creía hasta que escuchó de su situación.

Seis mentes macabras la habían atrapado. Esas mentes qué la golpearon hasta la muerte, no se pensaría que formarán parte de niños de 10, 11 y 12 años.

El programa anti-bullying de Neimenia le describió su delito a los menores y no se doblegó al señalarles la grave situación en la que se encontraban, así como tampoco dejar resaltar que ellos habían matado a Lana… o la orillaron a eso.

Él, quien deseaba tanto la muerte de otra persona, no hubiera imaginado que tomará vida de una niña inocente.

Dean acercó el vestido hacia sí mismo y lo abrazó con los ojos cerrados.

—Putos asesinos —dijo en voz baja mientras fruncia el ceño.

Suspiró lleno de ira.

Por supuesto que Dean puso atención en la situación que había vivido su hermana, y aunque parte de su atención estaba en el sufrimiento de Lana, por otro lado, también observaba el rostro de cada bully, y junto a su mirada, en lo más profundo de él, emergia un sentimiento de venganza. No podía evitarlo, deseaba tanto que sufrieran, podía sentir como aquel sentimiento recorría todo su cuerpo haciéndolo temblar, no podía esperar más para aventarse hacia esos niños y matarlos uno por uno.

¿Lo hubiera hecho en esa sala? Claro que sí, pero ante la mirada de todos era más complicado.

Esas personas se tenían que ahogar con su propia sangre, arder en llamas para que sus rostros no sean reconocibles y que sus muertes pasen desapercibidas.

Él pensó en hacerlos sufrir de gran manera, y así como él estaba sufriendo pensó en hacerle lo mismo a sus familiares.

Las ideas ardientes llegaban a su cabeza, una tras otra cada vez mejor. Dean reflejó una sonrisa macabra.

La mejor manera de hacer sufrir a alguien, era dañar a alguien que amaran, eso pensaba.

Por un momento, Dean se sintió víctima de la situación, lo habían lastimado, y si se metían con él tenía que defenderse. Así como defender lo que fue su hermana.

Dean levantó la mirada con ojos llorosos y observó la entrada del cuarto. Él limpio sus lágrimas rápidamente cuando vio a Lana en la entrada y en aquella visión que estaba teniendo  la vio llorar.

“Yo no quería morir” dijo aquella niña con la boca tiesa por la tristeza que la consumía.

Dean tambaleó ante la visión inquietante y se recargó sobre su escritorio.

Dean —quien tenía los ojos cerrados— levantó la mirada buscando enderezarse, pero la visión de Lana seguía ahí.

Dean respiró con miedo en su interior y con dificultad levantó nuevamente la mirada. Esa extraña y perturbadora visión seguia ahí, es más, cada que Dean regresaba la mirada discretamente ella se acercaba.

La mente de Dean quedó en blanco, su sensación de venganza y tristeza desaparecieron. Ahora sólo temblaba de miedo, aquella visión no lo estaba reconfortando, su cara reflejaba espanto y dolor.

“No eres Lana” dijo Dean en su mente.

Aquel fantasma se acercó más rápido. Él se encogió de hombros.

Dean la miró una vez más esperando a que desapareciera. Pero no fue así, se la encontró cara a cara.

—¡Mamá! —gritó Dean con todas sus fuerzas.

Él se tensó y se agachó con total temor.

—¡¿Qué pasa?! —gritó Miranda. Ella se acercó a Dean cubría sus ojos asustados.

—¡Vi a Lana! ¡Me estaba asustando! ¡Se paró a lado mío!

Su madre lo miró extrañada.

—Calma.

—¡Me estaba asustando! ¡Yo la vi!

—Dean.

Ella tomó el rostro de su hijo entre sus manos.

—No fue real. Sólo estás en shock. Ella no te asustaría

Dean abrazó a Miranda, y respiró profundamente.

—Sí, sí, sí —dijo Dean tembloroso —Ella no lo haría.

VÍCTIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora