Ebi se dejó caer en el piso del cubículo del baño. Observó su empañado reflejo sobre el vinil amarillo y se cubrió. Ella no pudo más.
Puso sus dedos sobre su cara, clavó las uñas maltratadas debido a las excesivas mordidas por las que eran sometidas a causa de los nervios y las arrastró lentamente sobre sus mejillas. Esta acción la repitió unas 3 veces y en la última comenzó a sollozar.
«Está sufriendo» gimió.
Ebi comenzó a llorar, sin importar la presencia de alguna chica en el baño. Después de todo, no intervenían, mucho menos en asuntos de Ebi, la chica rara que siempre lloraba en los baños.
Ella se perdió en sus lágrimas y dejó salir sus emociones a través de estas. Deseando al tiempo de su caída que la empatía que ella sentía se desvaneciera.
No pudo contenerse cuando vio a Enzo temblar de rabia y miedo. No era para menos, los golpes delante de todos era la primera parte de su agonía. Todo el ganado de Dean había limpiado la escena y algunos se encargaron de ir por el kit de primeros auxilio para que Enzo pudiera aguantar la segunda ronda de tortura. La que hizo que Ebi se levantara e intentara defender al pobre chico, porque no podía soportar escuchar su dolor cayendo en un gran trauma.
Pero Uniel la empujó fuera del salón evitando la acción que podría ponerla nuevamente en el lugar de la marginada. Ella se levantó asustada del piso, esperando otro golpe de su parte.
-¡Fuera de aquí, Ebi! -exclamó Uniel, molesto -¡¿Por qué lo defiendes?!
Ebi bajó la mirada dudando en contestar.
-¡¿Crees qué él te defendería?! -preguntó. Levantó el mentón, ejerciendo presión a una respuesta de Ebi.
-No sé... -musitó.
-¡Claro que no, estúpida!
La respuesta de Ebi era más precisa y congruente, pero su inseguridad cortaba sus palabras, lo que hacía que el pensamiento «Porque está sufriendo. Está mal lo que hacen» sonara estúpido. Sin mencionar, que marcaba la situación de Neimenia entre Uniel y ella.
-¡Vete! ¡O vuelves a ser la marginada!
Ella negó rápidamente con la cabeza. Comenzó a retroceder y le dio la espalda a Uniel, con la respiración agitada. Para correr a un lugar más privado como lo era el baño.
Ebi salió del cubículo y se observó fijamente en el espejo. Hacía tanto tiempo desde la última vez que se veía con un poco de atención, miraba sus facciones mientras se abrazaba a sí misma imaginando un abrazo cálido que le llegó a dar Lana, por lo que imaginó su presencia.
Ebi consideró hablar con algún maestro del evento de crueldad en su salón. Pero le daba tanto miedo: Dean, lo que haría, lo que pasaría con ella, y en dado caso de que fuera así:
"¿Si ella estuviera en la misma situación, la defendería?"
Enzo no tenía mucho tiempo en la escuela, pero no dudaba que en algún momento pudo haberla visto. Como en el salón, antes de aventar la mochila a Dean, y ver como la tenían acorralada mientras gritaba.
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VÍCTIMA
Teen FictionEbi se miró en el espejo. Estaba inquieta por la presencia de Dean que salía lentamente de la oscuridad detrás suyo. Él le sonrió y se acercó. Fue fácil, pensaba ella. «Él escogió una víctima para su venganza, fue lo suficientemente hábil para que l...