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Lena PV

—Iré a buscar a Kara, se alegrará mucho verte.

—De acuerdo. —cogí la taza y me senté en el sofá a esperar, miré a mi alrededor de nuevo, todo lo que habían eran fotos de Kara y Alex.

Kara PV

Mamá vino a buscarme quería que fuera a saludar a Lena y la seguí.

Cuando entré en el salón la vi sentada en el sofá, era hermosa, mucho más que cuando éramos adolescentes. Por entonces ella llevaba gafas y nadie podía ver lo guapa que era por ellas.

—Hola Lena.

—Hola Kara. —dejó la taza y se levantó.

Me acerqué a ella y la abracé con ganas. Me había hecho falta todo este tiempo.

Lena PV

Estaba muy guapa y ahora ella era quien usaba gafas, pero algo me decía que su vista estaba bien.

Nos sentamos y empezamos hablar un poco, a ponernos al día de nuestras vidas.

—Siento mucho lo que pasó con tu hermano.

—Gracias, pero no podías ir en contra la mentalidad de ese tipo.

—Me despidió diciendo que no era la clase de periodista que necesitaba. Después de tanto tiempo luchando para que me reconocieran, conseguir al fin cumplir mi sueño, ese inepto lo arruinó por completo.

—Lo siento muchísimo. —le puse una mano encima de la suya para darle apoyo. — ¿Lo has intentado aquí?

—Sí, pero nada. No contratan a gente porque es un diario pequeño para una ciudad pequeña como esta, así que con un periodista por sección era más que suficiente.

— ¿Y qué haces ahora?

— ¿A parte de haber vuelto a casa de mis padres? No lo sé, pero me siento una inútil y una perdedora.

—No lo eres Kara.

—Mírame Lena, no tengo donde vivir, no consigo trabajo, estoy viviendo del dinero de mi madre como cuando era niña. Si eso no es ser un perdedor, no que sé será.

No sabía cómo animarla, verdaderamente estaba mal, ya no era solo depresión.

—Tienes que aguantar, luchar. Créeme sé de lo que hablo. Mi vida tampoco ha sido perfecta, es cierto que mi vida profesional no me ha ido mal, pero la personal es otra cosa. Además al paso que voy mi vida profesional dejará de existir sino consigo inspiración —suspiré. —pero aguanto porque tengo tres personitas a mi cargo, mis hijos. Tú necesitas algo que te una al mundo, algo o alguien donde puedas sostenerte, puede que así no veas el mundo tan negro.

—Pues como no me compre un perro. —dijo Kara con sorna. —no quiero saber nada del amor, me han engañado y hecho daño.

—Ya somos dos, pero sigo creyendo en el amor. Espero algún día, encontrar una mujer que me acepte como soy y que ame a mis hijos.

—Lo encontrarás Lena, ya lo verás.

— ¿Y tú qué?

—No sé. —suspiró.

Necesitaba cambiar de tema cuanto antes, el ambiente se estaba volviendo muy deprimente. Saqué mi cartera y le enseñé las fotos que tengo de mis pequeños.

—Mira. —me cogió la cartera y miró las fotos. Yo no decía nada solo la miraba y veía cómo sonreía al verlas.

—Son preciosos y se parecen mucho a ti.

La niñera (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora