𝟏. Hawkins, el peor lugar para vivir

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No entendía muy bien por qué íbamos a mudarnos a un pueblo tan pequeño pero a mis padres parecía encantarles la idea, por lo menos a mamá; papá simplemente le seguía la corriente, siempre había sido así, un poco manipulable.

—¿Puedes repetirme por qué nos mudamos aquí?— Dije mientras sacaba una caja con mis cosas del auto.

—Bueno, tu madre dijo que quería vivir en un lugar más tranquilo y justo apareció la oportunidad de un cambio de lugar dentro de la empresa.

La respuesta no me convencía en lo más mínimo, pero lo deje pasar, no quería crear una pelea en la casa nueva. Mi hermano menor, Jake, estaba igual o menos entusiasmado que yo —Ey, todo estará bien— dije para animarlo un poco —. Tienes suerte de apenas iniciar tu primer año. Lo pasaré fatal siendo la nueva en el último año.

—Siempre has sido popular, dudo que tengas problemas para encajar.

Note cierta tristeza en su voz, Jake nunca había sido un niño muy hablador, no obstante de un tiempo para acá parecía más sombrío, más distante y menos feliz. Le di un pequeño abrazo, sabía que no serviría de mucho, por lo menos era para que supiera que contaba conmigo.

—Chicos, no tarden mucho y vengan a ver el interior, ¡de verdad que los decoradores que contratamos se lucieron!— exclamo mi madre mientras daba brinquitos de alegría justo en la entrada. Jake y yo nos acercamos, en efecto, la casa por dentro era espectacular. Los pisos de madera hacían un gran contraste con las paredes blancas y de los muebles, en su mayoría también de madera con toques de cuero negro.

—Mhmm sí, muy lindo...— murmuró Jake, subiendo rápidamente las escaleras.

—¡Espera, Jake! ¡Jake! ¡Ni siquiera has dejado que tu hermana escoja su habita- — fue interrumpida por el sonido de una puerta cerrándose —Este niño esta a punto de volverme loca...

—No te preocupes mamá, deja que Jake escoja primero, digo, en nuestro departamento anterior tuvo que quedarse con la habitación que sobraba.

Decidí también subir pues la curiosidad por saber que habitación me había dejado. En el pasillo superior vi la caja de Jake en el suelo fuera de una habitación así que supuse esa era la suya. Pase por otras dos habitaciones hasta llegar a final del corredor.

—Wow— alcance a balbucear, era una habitación bastante amplia, una ventana de tamaño considerable se situaba al lado contrario, daba al bosque y justo debajo de ella salía un pequeño lugar para sentarse y admirar el paisaje. No tenía casi nada de muebles mas que la cama, un escritorio y un pizarrón de corcho a un lado de este, sin embargo sabía que pronto podría sentirla como mía.

Deje la caja que traía en las manos sobre la cama y me concentre en el bosque, no se veía que pudiera haber más edificios en unos kilómetros, conque estas eran las ventajas de vivir en un pueblo. Sacaba unas cuantas cosas para empezar a acomodar, lo primero fue una pequeña caja de metal con instantáneas de mí con mis amigos y con la familia que se había quedado en Nueva York, quería soltar lágrimas al recordar todo, pero las contuve cuando la voz de mi padre nos llamó a Jake y a mí —Chicos, bajen un momento por favor.

Al salir de mi habitación Jake también estaba saliendo por lo que bajamos juntos, escuchamos un par de risas; en la puerta estaban nuestros padres y del otro lado una señora de cabello rubio y algo rellena, junto a ella un niño que llevaba gorra y una playera colorida —Soy Claudia Henderson y este es mi hijo, Dustin. ¡Qué maravilla poder conocer a los nuevos vecinos!

—Mi nombre es Joanne, él es mi esposo Matt— decía mi madre mientras tomaba a papá del brazo —, y estos son nuestros hijos, _____ y Jake.

—¡Qué encantadora jovencita! ¿Cuántos años tienes?

—Dieciséis.

—Entonces entraras a último año en la preparatoria Hawkins, eres tan linda con ese cabello tan largo y tus ojos, wow, son preciosos— soltaba una pequeña risa para después dirigir la mirada a mi hermano —, ¿y tú, jovencito?

—Catorce...— indicó Jake, se notaba su apuro por salir de esta situación.

—¡Lo mismo que mi Dustin! Puede que hasta se hagan amigos— ambos, Jake y Dustin, se miraron sin pronunciar palabra.

—¡Jake estará encantado! ¿No es así cariño?

No respondió y un silencio incómodo inundo el lugar, la Sra. Henderson se aclaró la garganta —Bueno, yo venía a dejarles estas galletas caseras.

—No se hubiera molestado— replicó mi padre pero la Sra. Henderson ya le había puesto el pequeño recipiente en las manos.

—No es ninguna molestia, debemos irnos, fue un placer conocerlos.

—El placer fue nuestro, esperamos verlos pronto— mamá le estrechaba la mano a los dos invitados inesperados que después de unos minutos se marcharon —. Mañana vas a ir a la casa de los Henderson y convivirás con el chico que vino hoy— decretó mamá para Jake.

—Pero...

—Pero nada, si quieres iniciar una nueva y buena etapa en tu vida entonces debes hacer amigos— tomaba las galletas y las dejaba en la mesa —. Ah y lávense las manos, pedí pizza para cenar.

La cena fue de lo más normal y pronto llegaría la hora de dormir. Era domingo y en una semana tendría que iniciar en una nueva escuela; estaba nerviosísima por la gente que conocería, esperaba que fueran buenos conmigo.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora