𝟓𝟕. Epílogo: Nosotros

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1999
San Francisco, California

—¡Por favor mami! ¡Déjanos terminar de ver esta peli!— la pequeña Chrissy juntaba sus diminutas manos en una plegaria —¡Le falta poco!

—¡Prometemos guardar todos nuestros juguetes y mantener nuestra habitación limpia!— le siguió el pequeño Isaac —¡Incluso dejaré de jalarle el cabello a Chrissy!

—¡Y yo prometo usar portavasos!— ¿Y Eddie por qué se les unía?

—Dios...¿por qué los tres deben de tener esa misma mirada de cachorro perdido?— no caigas ______, debes comportarte cómo una madre. Miraba el reloj en mi muñeca que marcaba las 11:30 p.m. —Ya he dicho que no, mañana llegan sus tíos y su abuelo de visita por las navidades y debemos ir temprano a recogerlos al aeropuerto.

—¡Cierto! El tío Jake, el tío Will y la tía Robin llegan mañana al igual que el abuelo Wayne— Chrissy no pudo contener su emoción dando saltitos en el sofá, Eddie la atrapaba con el brazo derecho y con el izquierdo tomaba a Isaac —. ¡Oye, la peli no ha terminado!

—Lo sé, pero les recuerdo que yo morí dos veces por no hacerle caso a su madre y no volveré a cometer ese error— los llevaba escaleras arriba cómo si fueran costales de patatas y yo los seguía, no sé dé donde sacaban tanta energía esas bestias en miniatura. Toda esa pared de las escaleras estaba repleta de fotos: fotos de Eddie en sus conciertos, con nuestros amigos pasando un buen rato, de nuestra boda y, obviamente, de nuestros adorables gemelos.

—Conocemos esa historia— señaló Isaac; les lavábamos los dientes y acomodábamos a cada uno en su respectiva cama, era la misma habitación, sin embargo, cada mitad parecía la noche y el día; Eddie le pegó a Chrissy el gusto por calabozos y dragones, incluso tuve que conseguir un diseñador de interiores que se le ocurriera algo con esa temática, cuando Eddie y ella jugaban era de cubrirse los oídos por los gritos. A Isaac el espacio y los dinosaurios le fascinaban, cuando íbamos de campamento podía pasarse horas observando el cielo, no saben la cara de felicidad que puso cuando, en la navidad de hace dos años, "Santa" le trajo un telescopio; tiene una estantería llena de libros, la mayoría con simples imágenes y descripciones de planetas que un niño de seis años pudiera comprender; también fue una odisea encontrar a alguien creativo que mezclara esas dos cosas —. Papi tomó su guitarra para distraer a esos tontos vampiros— hizo como si realmente estuviera tocando una guitarra eléctrica. Aún manteníamos esto como un simple cuento para ellos.

—Fue un gran concierto, de otra dimensión— señaló Eddie y vaya que sí, un concierto en una dimensión aterradora.

—¿Cuánto tiempo se quedará el tío Jake?— preguntó Chrissy.

—Lo mismo que todos los años— le respondí —. Te agrada mucho, ¿verdad?

—¡Es muy divertido, más que mami y canta genial!

Claro que no dejaría a mi hermanito ganar esta batalla —¡Hey, te aseguro que en el pasado él era el amargado y el hecho de que te haya regalado una computadora no lo hace el alma de la fiesta!— apretaba su nariz como reprimenda —Además, puedo cantar bien si me lo propongo— Jake adoraba a los niños, algo raro si lo comparamos con su yo adolescente, cuando venía de visita siempre encontraba una nueva y divertida forma de gastarle bromas a Eddie con ellos; siento que tener a Will a su lado le ayudó a sanar, mejor dicho, se ayudaron a sanar mutuamente —. Ustedes son los que me sacan de quicio, los tres— señale a cada uno.

—¡No me metas a mí!— señaló Isaac —¡Chrissy y papá son los malvados!— Eddie puso una mano en su pecho fingiendo estar ofendido.

—¿Cómo...a tu propio padre?— la voz de Eddie reflejaba una falsa tristeza —Creo que voy a desmayarme— dejaba caer parte de su cuerpo sobre Isaac que lo pateaba para alejarlo.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora