—¡Eres una bruja!— le gritaba a mi madre —¡¿No viste lo incómodo que estaba con tus comentarios estúpidos?!
—¡No me hables así, jovencita!— daba un golpe en la mesa con la palma de su mano —¡Es obvio que ese tipo no te conviene! ¡Mira en lo que te ha convertido, en...en una maleducada!
Toda esta discusión estaba tomando gran parte del sábado; pensaba que, al invitarlo, ella estaba aceptando la idea de que Eddie y yo estuviéramos juntos, pero más equivocada no podría estar —¡¿Cómo sabes lo que me conviene?!
—¡¿Sabes todo lo que se dice sobre ti en el club?! ¡TODAS SIENTEN LÁSTIMA DE Mí POR TENER UNA HIJA QUE SALE CON UN DELINCUENTE!— estoy segura de que, tanto a ella como a mí, se nos desgastaría la garganta si seguíamos así por más tiempo.
—¡¿QUÉ ME IMPORTA LO QUE DIGAN TUS ESTÚPIDAS AMIGAS EN TU CLUB DE MIERDA?! ¡Estás tan obsesionada con tener una buena imagen, solo te puedes fijar en los errores de Eddie y no en todas las cosas buenas que tiene!
—¡¿Qué cosas buenas puede ofrecerte alguien que repitió el curso dos veces?! ¡Por Dios, ya tiene diecinueve años!— miraba con desesperación a mi padre que leía el periódico en la mesa de la cocina —¡Di algo!
—Yo no creo que sea alguien malo...— vaya, era una sorpresa que mi padre diera un punto de vista diferente al de mi madre —, es interesante y ya está mejorando sus notas.
—¡Solo porque comparte tu afición por los autos no lo hace alguien bueno!— ponía las manos en la cabeza con desesperación —Toda esta familia se volvió loca...— subía por las escaleras, era la primera vez que la veía así de enfadada, tal vez porque nunca nos habíamos atrevido a debatirle. Me tiraba en el largo sillón masajeándome la sien, gritar tanto me haría explotar el cerebro.
—Tranquila, se le pasará...— no sabía cómo conseguía tanta paz, era algo que envidiaba de él y de Jake, parecían nunca perturbarse por nada. Eddie me había hablado por teléfono más temprano ese día, le dije que no se apareciera un tiempo por mi casa hasta que todas las cosas se calmaran, sin embargo, el domingo lo tenía tocando mi ventana.
Un poco confundida fui a abrirle —¿Qué haces aquí?— entraba sin responderme, dejaba un poco de lodo en el suelo pues recientemente había llovido —Te dije que no te pasarás por mi casa durante un tiempo...
—Y yo decidí desobedecer cómo el mal ejemplo que soy— me sonreía, era bueno verle de buen humor. No dude en abrazarle, él hizo lo mismo, todo el dolor de cabeza que había durado más de un día se desvanecía en ese momento.
—Ya traes tu ropa de siempre— le tomaba de su chaqueta de cuero —, he de decir que no te veías mal con la ropa de Steve.
—Ugh, ni me lo recuerdes, tan pronto como me fui de aquí se la regresé— fingía una cara de horror al recordar cómo vestía el viernes —. No obstante...si a ti te pone verme como un riquillo, podría pedirle ropa a Harrington más a menudo...
—Nah, me gusta más cómo te vistes normalmente, a ti sí que parece gustarte cuando llevo el uniforme de animadora o cualquier tipo de falda corta— parecía divertido, pero de un momento a otro me hacía dar media vuelta pegándome a él mientras ponía una de sus manos en mi cuello y la otra en mi abdomen por encima de mi camiseta, justo frente al espejo de mi tocador por lo que podía verlo perfectamente.
—Me declaró culpable— subía de a poco mi camiseta teniendo contacto con mi piel —. Podrías ponerte cualquier cosa, princesa, pero no importa si de igual forma voy a quitarte lo que traigas puesto...— mordía un poco el lóbulo de mi oreja, cuando se ponía así no podía evitar suspirar —¡Pero hoy no vine para eso!— me soltaba tan de repente dándome un susto tremendo. Le miraba molesta aunque también interesada en lo que tenía que decir.
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𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)
Fanfiction______Hughes ha venido desde Nueva York con su familia para instalarse en el tranquilo pueblo de Hawkins; sin muchas ganas dejo a todos sus amigos y comodidades de la gran ciudad para cursar su último año de preparatoria. Tendrá que descubrir por el...