𝟔. Lo que pasa en los vestuarios se queda en los vestuarios

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Recomendación: Lean este capítulo con la canción "Lost in the Fire" de Gesaffelstein y The Weeknd ;)
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Antes de entrar a la escuela le pedí a mi hermano que le diera esa nota a Eddie en cuanto lo viera, por primera vez no rechisto o se quejó de que le pidiera algo, tal vez me vio muy desesperada. Todo el día se estuvo desarrollando con normalidad, me divertía con mis amigos, pasamos un buen rato en la cafetería e incluso saque una buena nota en mi examen de cálculo.

Fue raro no ver a Eddie rondando la cafetería, parecía desaparecido, solo espero que el día en que se le ocurriera faltar no fuera hoy. Dieron las 5:30 p.m., el día en que más tarde salíamos y con paso decidido me dirigí al gimnasio, solo había unos cuantos chicos jugando baloncesto así que no habría problemas, los vestuarios de chicas estaban completamente vacíos. Me miré al espejo para acomodar mi cabello y chequear que mi falda del uniforme de animadora no se viera mal; a mis espaldas lo vi aparecer, vi aparecer ese cabello desaliñado y esa cara con su habitual sonrisa.

—Ya te ves bien así— dijo mirándome de arriba a abajo.

—Gracias por aceptar verme después de dejarte ayer...— Le miré a los ojos, demonios, se veía mejor de lo habitual. Recobré mis sentidos y me aclaré la garganta —Solo quiero decir que yo...yo...

—No te gusto, oye, lo entiendo— respondió levantando los hombros, no, eso no es lo que yo quiero decir —Mira, ______, tú me gustas muchísimo, pero si no sientes lo mismo créeme que lo comprendo y...— al carajo todo, si no podía transmitir lo que quería con palabras mejor lo haría con mis acciones. No le deje ni terminar su oración cuando ya me encontraba encima de él, juntando nuestros labios, estaba dudando mucho de algo que debía ser claro desde hace semanas: estaba prendada de Eddie Munson.

Me tomaba suavemente y daba un recorrido entre mi cintura y mis caderas, dimos unos pasos hacia atrás hasta entrar en un cubículo de regaderas, cerrándose la puerta que estaba tras de nosotros y pegándome contra la pared. Él me levanto e hizo que rodeara su cintura con mis piernas, ese contacto de sus fríos anillos con la piel desnuda de mi pierna enviaba pequeñas descargas eléctricas por todo mi cuerpo, pasaba sus labios por mi cuello dando pequeños besos —Harás que llegue tarde al club, mis pequeños discípulos no estarán muy contentos...— susurraba en mi oído, su voz era suave con un tono un tanto travieso.

—Hmmm entonces debería dejar ir al señorito— cuando mencione aquello él puso más presión de sus manos en mis muslos, le rodeaba el cuello con los brazos acariciando su cabello, pasándolo entre mis dedos. Volvía a besarme, pero ahora con más pasión, la misma pasión con la que lo había visto cantar y tocar aquella noche; nos tuvimos que separar un momento para recuperar el aliento, no obstante él no dejaba de mirarme con ojos de ternura y deseo, esas cosas que parecen completamente diferentes y en realidad van de la mano —. Espero que con esto te haya quedado claro como me siento...

El ruido de unas voces entrando a los vestidores hizo que casi se me saliera el corazón, estaba a punto de hablar cuando Eddie puso su dedo índice sobre mis labios para evitar que soltara algún ruido. Podía distinguir bastante bien quienes habían entrado, eran Alexandra McCarthy y Scarlett Thomas del equipo de atletismo; si nos descubrían estábamos jodidos, yo seguía aferrándome a la cintura de Eddie y él me sostenía con firmeza para que pareciera que nadie estaba ahí hasta que por accidente sus zapatos hicieron un pequeño chirrido gracias a un charco de agua donde estaba parado.

—¿Escuchaste eso?— preguntaba Scarlett.

—Sí, creo que vino de una de las regaderas...¿Hay alguien ahí?— Alexandra dio unos cuantos pasos en dirección a las regaderas, llego a la primera y la abrió, mi ansiedad subía con cada paso que daba. Abrió el segundo cubículo, uno antes del que estábamos.

—Vamos Alexandra, no tenemos tiempo para esto— se quejaba Scarlett —, solo hay que cambiarnos rápido o el entrenador nos matara.

—Tienes razón— retrocedía, el alma me había regresado al cuerpo. El sonido de ropa moviéndose llenaba el lugar mientras Eddie y yo éramos lo más paciente que podíamos, me bajo lentamente hasta que pude tocar el piso con mis pies, me pegue a su pecho y podía escuchar los latidos de su corazón que eran bastante tranquilizantes. Pasados unos diez minutos ambas chicas se fueron al fin.

—Creía que nunca se irían— abría la puerta lentamente chequeando de que no hubiera nadie e hice lo mismo ya en la entrada de los vestuarios haciéndole señas a Eddie de que pasara primero.

—Se tardaron tanto que me duelen los brazos— los sacudía poniendo una mueca de dolor.

—¿Me estás diciendo pesada, Munson?

—Jamás me atrevería— revolvía mi cabello con cariño —, nos vemos después, princesa— guiñaba un ojo a mi dirección mientras caminaba a la salida del gimnasio. Solo podía quedarme viendo como se iba, esa sensación de cuando me estaba besando aún permanecía en mi interior y parecía no querer irse jamás.

[...]
Todo el Hellfire Club estaba impaciente pues su líder llegaba inusualmente tarde, quince minutos, para ser exactos —Él suele ser puntual para cosas del club— decía Mike resoplando en su asiento, nadie sabía que pasaba excepto Jake, no estaba seguro, pero supuso que su hermana tenía algo que ver.

—Ya estoy aquí, chicos— Eddie entraba a la sala del club viéndose más feliz que nunca, algo que todos notaron. Tomaba su lugar en una silla que parecía un trono.

—¿Pasó...algo bueno?— le interrogaba Jeff.

—Dime que nos han dado más presupuesto para el club— Samson se emocionó un poco pensando que esa era la razón de la felicidad de su líder. Él negaba todas las afirmaciones que le ponían de frente hasta que empezó a desesperarse y los calló para iniciar su juego, nadie se atrevió a hacer más preguntas, sin embargo esa sonrisa en la cara de Eddie se mantendría durante días.

Por otro lado ______ llegaba con el grupo de animadoras para hacer los ensayos de la tarde, pronto se realizaría un partido y aún no sacaban la coreografía completa —______, tienes algo en el cuello— le menciono Chrissy señalando el lugar y dándole un pequeño espejo de mano pudo ver que se trataba de una pequeña mancha amoratada. "Lo voy a matar", pensó ______ intentando poner su mejor cara para no parecer sospechosa.

—No es nada, me debió de haber mordido algún bicho raro— le regresaba el pequeño espejo, cubriéndose el chupetón con la mano. Chrissy no quiso indagar mucho y llamo a todas para que estuvieran en formación.

______ debía ocultar esa marca de todos, más que nada de sus padres; llegando a su casa se pondría un poco de maquillaje rezando y pidiendo a todos los santos que eso fuera suficiente. Al término de las actividades de la tarde la mayoría de los alumnos de la preparatoria Hawkins se disponían a regresar a sus hogares, incluidos ______ y su hermano que en esta rara ocasión regresaban juntos.

—¿Pudiste hablar con Eddie?— consulto Jake.

—Sí, creo que solucionamos todo.

—Hmmm...no sé que hayas hecho, pero síguelo haciéndo, así ese tipo no nos gritará tanto durante las partidas de DnD— le daba una palmadita a su hermana en el hombro para después adelantarse un poco. ______ quería reír, aguantó lo más que pudo; de solo volver a recordar ese momento que tuvo en los vestuarios hacían que toda su cara se ruborizara, seguía sin creer lo que había hecho, eso sería un secreto que solo ella y Eddie compartirían.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora