𝟓𝟑. ̷E̷d̷d̷i̷e̷ Kas el Sangriento

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—Es lo mismo que conectaba a Vecna con todo, su mente colmena...— señalo Steve tocando las lianas cubiertas de una mucosa asquerosa que se quedaba pegada en sus dedos. En mi desesperación clavaba mi lanza repetidas veces, todo el daño que cause se regeneraba en unos segundos.

Repetí la acción hasta que me dolieron los brazos —¡¿Qué crees que haces?!— Enzo me tomaba por detrás intentando alejarme.

—¡Deja que le haga un poco de daño a ese hijo de puta, de todas maneras sabe exactamente donde estamos!— lograba soltarme y, quitándole a Robin un cuchillo que llevaba en su cinturón, daba puñaladas más profundas y violentas. Sentí que Enzo volvía a acercarse con cuidado —. ¡Dije que me dieras la oportuni-!— algo me tomo por el tobillo haciéndome atravesar el suelo, la mucosa extraña volvía a cubrirme dejándome casi sin poder respirar, caí en el suelo con un golpe seco, lastimando mi brazo izquierdo al haber depositado todo mi peso en el —. ¿Ahora qué?...— cuando pude quitar la mucosa de mi rostro vi a Enzo levantándose del suelo, igual o más confundido que yo —¿Estás bien?— vi su Walkman en el suelo, completamente destrozado, verifique el mío y seguía casi intacto, lleno de mucosa, pero funcionando.

—Eso debería preguntártelo a ti— revolvía mi cabello un poco, podría hartarme muchas veces, pero en este corto periodo de tiempo le había agarrado cariño. Me contaba mucho de su hijo que tuvo que dejar en Rusia y que haría lo posible para que estos monstruos no llegaran a él —. Creo que fuimos los únicos arrastrados aquí— el cuarto era oscuro y silencioso hasta que el ruido de unos tacones chocando contra el suelo justo detrás de nosotros llamando nuestra atención.

—Uy, solo quería traerte a ti, ______— esa voz, no puede ser —, bueno, un pequeño error de cálculo— giré y ahí estaba ella, mi prima Alison —. Es lindo volver a verte querida prima.

—Deja esas mierdas de "querida prima" y dime que haces aquí— le apuntaba con mi lanza.

—¿Qué crees tú que hago aquí? Obvio ayudo a mi señor a construir el mundo del más fuerte— se acercaba haciendo que la afilada punta de mi lanza tocara su pecho —. Y ustedes son un estorbo.

—Espera un segundo...¿con esto quieres decir que tú fuiste cómplice en la muerte de Eddie...?— empujaba más mi arma contra su pecho clavando un poco la punta en sus caras ropas.

—Eddie...¿podrías refrescarme la memoria?

—¡EDWARD MUNSON, CABELLO LARGO, OJOS DE CACHORRO, LE GUSTA JUGAR CALABOZOS Y DRAGONES, QUE LE GUSTAN LAS PELIS DE TERROR PERO LLORA CON E.T. Y DIO EL MEJOR PUTO CONCIERTO EN SU MUNDO DE MIERDA!— caía al suelo con la garganta casi destrozada, Enzo me daba su apoyo dándome unas palmaditas en el hombro —. En Nueva York me ayudaste para completar su regalo...

—Tranquila, solo estoy bromeando— se ponía en cuclillas frente a mí —. Eddie ha sido de gran ayuda para nuestro señor.

—Pero él esta...

—¿Muerto? Que mujer de poca fe— daba vueltas por el sitio y paro frente a una especie de prisión, no podíamos ver nada de lo que estaba dentro, solo el sonido de una pesada respiración —. Ahora que lo recuerdo, nunca me agradeciste ese favor que te hice en Nueva York— con una pequeña llave abría la celda, mire a Enzo que, para mi sorpresa, se le notaba nervioso —, y me deberás otro favor por traerte a tu querido novio de regreso— una criatura se dejaba ver bajo la tenue luz de la bombilla, con los pantalones sucios y rasgados y con una chaqueta de mezclilla igual a la que deje en casa de Steve.

—O Gospodi...— farfullo Enzo en ruso, supongo —, ¿ese es?...— era Eddie, podría tener la piel completamente pálida y miles de heridas en su cuerpo, pero lo reconocería entre millones de personas. Casi corrí para abrazarlo, sin embargo, Enzo me agarraba del cuello de la sudadera —¡Espera un segundo! ¡¿Quieres morir a manos de ese monstruo?!

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora