𝟓𝟐. El laboratorio

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Mis síntomas fueron empeorando, muchas de las comidas que servían me daban náuseas aunque usaba toda mi fuerza de voluntad para dar pequeños bocados. Robin y Steve parecían sospechar algo, pero guardaban sus comentarios, no querían hacerme sentir incómoda —Mañana entraremos al laboratorio— decretaba Hopper.

—Y espero que todos se hayan aprendido el mapa y sus ubicaciones, recuerden que tenemos uno menos, no podemos fallar— Enzo hablaba de Lucas que decidió volver y cuidar de Max en el hospital, quería estar con ella el mayor tiempo posible pues su madre aún no aparecía. Habíamos mejorado las lanzas, Hopper soldó puntas de metal en ellas, creo que su estancia en prisión le beneficio de alguna manera; Murray veía que podía interceptar por las radios, sin embargo, estábamos incomunicados de todos y Yuri...bueno, era el estereotipo del ruso chiflado.

Nancy cargaba todas las cajas que me tocaban y me trataba como si fuera un enfermo en estado terminal —Podría morir en esta misión, dejame ayudar en algo.

—Ni hablar, no has querido hacerte la prueba por miedo a que alguien lo descubra, hasta no saber si estás embarazada no nos arriesgaremos— bajaba una caja llena de municiones de la camioneta de la pizzería. Algo de tensión había entre Jonathan y ella, él se la pasaba con su amigo Argyle, no me malentiendan, me cae bien, pero de repente se desaparecían en el bosque para drogarse —. Debería hablar con Jonathan antes de partir...

—¿Qué le dirás?— dejo la siguiente caja que sostenía con pesades —Oh...¿estás segura? Ya llevan mucho tiempo juntos.

—¡¿Y de qué ha servido?! ¡Ahora siempre está disperso, no pone atención cuando le hablo, ni a mí ni a nadie! Ya no es el Jonathan que conozco...— le apoyaría así como ella estaba apoyándome a mí.

—¡Ya es hora de cenar!— Joyce nos llamaba para entrar, hoy la comida era especial, podía ser la última de alguno de nosotros. La mesa estaba a reventar de platillos y cada uno tomaba lo que quería —Sirvete un poco más cariño, necesitaras toda la energía para mañana— me servía una cucharada gigante de puré de papas y otro trozo de pastel de carne, su instinto maternal era encantador, no obstante, si comía todo volvería a vomitar.

—Gracias señora Byers, pero es mucho para mí...

—Las chicas de ahora y sus dietas, ¿no? Ya te ves genial así— durante toda la cena tuvo su vista en mí, asegurándose de que comiera todo —Ahora comes por dos— susurraba haciendo que solo yo pudiera escucharla, casi me atragantaba con un trozo de zanahoria —Cuando eres madre puedes notar fácilmente los cambios de otras.

Robin, Steve y yo nos dispusimos a lavar los platos y cubiertos cuando termino la cena —Necesitamos hablar...— escuche a Nancy, lo iba a hacer justo ahora. Jonathan y ella salieron para tener más privacidad.

—No se ve bien...— dijo Robin y claro que no termino bien, al poco rato pudimos escucharlos discutiendo y minutos después vimos a Jonathan entrar azotando la puerta tanto de la entrada como la de su habitación que compartía con Argyle y Steve. Que gran distracción justo un día antes de dar nuestra última batalla.

Toda la noche Robin y yo escuchamos los llantos ahogados de Nancy, cuando intentábamos calmarla nos respondía de la manera más distante posible y en la mañana unas grandes ojeras aparecieron bajo sus ojos. Nos cambiábamos en silencio, habíamos diseñado sudaderas con almohadillas gruesas debajo sin que nos quitaran la movilidad, habría muchos de esos pequeños murciélagos dispuestos a mordernos por todas partes —Saber que esta puede ser la última vez que las vea me da terror— murmuraba Robin, me apresure a abrazarla al igual que Nancy, cada quien iría hasta las últimas consecuencias para vencer a ese hijo de puta. Había dejado la última foto que tenía con Eddie, la púa de su guitarra y el anillo que me regaló en mi cumpleaños; los puse en una pequeña caja que escondí en el armario con la esperanza de regresar por ellas. Su chaqueta estaba colgada en el mismo armario, la que me entregó el señor Munson y que no me he puesto desde ese día por no querer que su olor se desvaneciera, podía nombrar a cada una de las bandas que estaban bordadas en ellas aunque realmente no me gustara ese tipo de música. Si cerraba los ojos todavía podía verle en la cafetería de la escuela discutiendo cosas del club mientras me tomaba de la mano; es difícil dejar todas estas cosas con la incertidumbre de si regresaré, una parte de mí deseaba reunirse con Eddie en lo que sea que hubiera después de la muerte.

Sería una pelea difícil, varios helicópteros del gobierno se habían acercado a la ciudad y, en cuanto pasaron sobre el laboratorio, se dañaban severamente; ya eran demasiados muertos en sus hombros, pero Vecna no parecía retroceder. Todas las plantas de Hawkins se marchitaron y un frío terrible azotaba la ciudad, el Upside Down ya estaba casi completamente aquí.

Intente de todas las maneras posibles convencer a mi hermano de no ir con nosotros, sin embargo, él estaba más que decidido en unirse a esta batalla, incluso la niña Sinclair se motivaba. Un pequeño pájaro se posaba sobre la camioneta, era algo raro siempre ver tantos en esta área y sentía que me miraban a mí —¡Todo listo!— anuncio Argyle, la camioneta ya estaba repleta y para llevarnos pidieron "prestado" otro auto...lo siento señor Moss, es por el bien común.

—Toma el arma— Enzo me tendía una Beretta 92.

—Me niego— respondí con su mismo tono autoritario. Fue un recorrido rápido y silencioso teniendo el laboratorio justo detrás, todo era un desastre lleno de enredaderas marchitas, pedazos de concreto caídos y una gran luz que salía del edificio con dirección al cielo, formando las nubes que oscurecían todo. Cada uno tenía un walkman con su canción favorita repitiéndose una y otra vez, mejor ser precavidos a ser poseídos.

—De verdad, toma el arma— interfería en mi camino cuando bajábamos en el estacionamiento. Con duda la tome y guarde en el bolsillo trasero de mi pantalón —. Me lo agradecerás, puedes seguir utilizando tu lanza lo que quieras, pero si hieres a tus enemigos de lejos se te hará más fácil un combate cuerpo a cuerpo— nunca antes había visto a esos llamados Demogorgons y ahora debía tener combates cuerpo a cuerpo contra ellos.

Formábamos nuestros grupos para entrar, el primero era el grupo formado por Erica, Robin y Murray. Ya estaban a unos pasos de la puerta principal, serían los primeros valientes —Recuerden tener la música baja para seguir escuchando el walkie-talkie— señalo Murray a lo que asentimos; los tres dieron un gran suspiro antes de abrir, todo se veía destrozado —. Aquí vamos— apenas se adentraron dejamos de verlos, era como si se hubieran esfumado.

—¿Siguen ahí? ¡Contesten!— dijo Hopper —¿Por qué han desaparecido?— lo único que escuchábamos era una estática cambiante, pero ninguna voz —Al carajo, entraré para ver que sucede...— le indicaba a su grupo que se adentraran justo después de él; Joyce y Enzo alistaron su armamento, dejando pasar primero a Once. Ellos también desaparecieron sin explicación.

—No queda de otra, seguimos nosotros...— informe, Steve y Nancy estuvieron de acuerdo con esta decisión —A la cuenta de tres, uno...dos— tomaba la manija metálica —...¡tres!— entrabamos siendo cubiertos por una neblina y ramas viscosas que se quedaron pegadas en mi cuerpo —¡Qué asco!— intentaba quitarlas, olían a mierda. Encontrábamos a los demás mirando los alrededores, era el laboratorio...pero diferente, todo cubierto de esas ramas y con una neblina que apenas y te dejaba ver. Los dos grupos que faltaban, conformados por Mike, Will y Jake y por Argyle, Yuri y Dustin, llegaban tan confundidos cómo todos nosotros.

—¿No debía haber un pasillo de ese lado? — indico Erica, en los planos señalaba un pasillo principal, en su lugar se encontraba una puerta parecida a las de hospital — El pasillo está en otro lugar y hay una habitación desconocida, los planos estaban incorrectos.

—No es eso— destaco Dustin —, los planos están correctos..., Vecna hizo cambiar las ubicaciones, puede manipular cualquier espacio en este lugar.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?— cuestionaba Erica.

—Mira el elevador, hay dos botones para pedir que suba o baje, si estuviéramos en el primer piso solo tendría la opción de bajar— se quitaba la gorra revolviendo su propio cabello en desesperación —, el hijo de perra nos atrapó.


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La construcción del laboratorio de Hawkins es difícil, he tenido que verme varios videos de personas que han entrado. Perdón si he hecho los capítulos muy cortos (aunque creo que, en general, nunca los he hecho muy largos).

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora