𝟑𝟔. La consejera y los expedientes

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—Oye Nancy, ¡Nancy espera! ¿A dónde vas?— Steve intentaba llamar su atención porque ella se desviaba a su auto.

—Hay una cosa que quiero revisar antes— le contestaba.

—No deberías de guardarte la información Wheeler, cualquier cosa es útil— Jake exigía una respuesta.

—No pierdan su tiempo, es un tiro a ciegas— veía en todo un verdadero interés, cualquier cosa, por mínima que fuera, podría ayudar —, hay cierta información que puede estar en la biblioteca.

—¿Estás mal de la cabeza? No irás sola mientras Vecna ande suelto— lanzaba sus llaves a Robin —, me quedaré con Nancy, vayan a ver a la consejera.

—Dudo que quieras que yo conduzca— le lanzaba las llaves de regreso.

—¿Por qué?

—No tengo licencia.

—¿Y por qué no tienes licencia?— Steve se cruzaba de brazos.

—Soy pobre— respondía la castaña.

—Bien, entonces ______— ahora era a mí a quien le lanzaba las llaves.

—Wow, para un poco Harrington, no quiero ser niñera de cinco— parecía como si las llaves fueran algo mortal pues iban de un lado al otro.

—Pero son cuatro niños...— Robin analizaba lo que acababa de decir —¡Oye, tenemos la misma edad, no serás mi niñera!— antes de que Steve pudiera pasarle la responsabilidad a otro, Robin sacaba de la mochila de Dustin una linterna —Nosotras iremos juntas— se ponía del lado de Nancy —, a menos que creas que debes protegernos.

Ellas se alejaban y Steve nos miraba a los que quedábamos con cansancio —Espero que te acostumbre a ser una niñera, Hughes.

—Lo he sido toda mi vida, Harrington— acariciaba el cabello de Jake, muchas veces tuve que cuidarlo y aún lo sigo haciendo, no obstante, ya eran otros dos, necesitaba toda la ayuda posible.

Subíamos al auto de Steve —Siempre soy el niñero...¡Siempre soy el puto niñero!— arrancaba el coche, Max le indicaba el camino para ir a la casa de la consejera —¿Cómo sabes donde vive?

—La señora Kelley nos da su dirección a todos los alumnos que van a terapia con ella, así podemos ir aunque no sea un día de clases— apenas y llegamos ella se bajaba del auto —, esperen aquí, arranca en el momento que me veas salir.

—Bien, solo queda esperar— hacía el respaldo de mi asiento para atrás, ni siquiera me fije si incómoda a Jake o a Dustin, simplemente quería descansar un poco —. Entonces...Nancy, ¿eh?— quería romper un poco el hielo.

—Amigo, hace un rato básicamente te le lanzaste— Henderson decía lo que yo traía en la mente.

—A ver ustedes dos, eso no fue lo qué pasó.

—Claro qué pasó, tenemos ojos, aún, y todos lo vimos— Jake le sonreía, nadie aquí era ciego Steve.

—¿Insinúan que Nancy aún me gusta?— la cara de Steve se ponía cada vez más roja por la vergüenza.

—No lo insinuamos, lo afirmamos— decíamos los tres al mismo tiempo.

—Solamente estaba protegiendo a una amiga— le mirábamos, no nos podría ver la cara de estúpidos —. UNA AMIGA, no quiero encontrarla con los ojos sumidos en el cráneo por ese tal Vecna.

—Y Eddie se escabulle a la habitación de ______ para leer y hacer la tarea— le di un golpe a Jake después de ese comentario, sentía como si no estuviera pasando toda la mierda que sucedía, cómo si simplemente platicara con amigos en un día casual. Pasaron unos minutos hasta que Steve me daba unos pequeños golpes en la pierna, veíamos a Max regresar corriendo; volvía a posicionar mi asiento para que pudiera entrar.

—¡Steve arranca!— fue lo que dije apenas entró, nos íbamos a toda velocidad, en la carretera la radio de Dustin captaba una señal.

—¡Dustin, ¿Me copias? Dustin!— era la voz de Sinclair.

—¿Lucas? ¡¿Dónde carajos estabas?!— Dustin se veía algo molesto con él.

—¿Encontraron a Eddie?

—No gracias a ti.

—Por si te lo preguntas, está bien— añadía mi hermano.

—¿Saben que él mató a Chrissy, no?— ya estoy harta de escuchar eso.

Le arrebataba la radio a Dustin de las manos —¡Escúchame Sinclair, Eddie no lo hizo, son mentiras, él trató de salvarla!

—¿Y por qué la policía dice que fue él?— ¿De verdad ahora confiaremos en lo que dice la policía? Max tomaba la radio para hablar con él.

—Lucas, estás ridículamente atrasado, veámonos en la escuela y te explicaremos— ordenó Max.

—No, debo regresar, pero está por pasar algo terrible— quisimos indagar más, no obstante, Sinclair dejaba de contestar nuestros llamados.

Por fin estábamos en la escuela, aún Max no nos decía cuál era su plan —Solo obedecí lo que me dijiste, pero sigo sin saber qué hacemos aquí.

De su sudadera sacaba unas llaves —Esto nos dará acceso a la oficina de la señora Kelley, podremos ver el expediente de Chrissy para averiguar exactamente qué le decía a la consejera— todos tomábamos una linterna, los pasillos por la noche son aterradores.

La radio de Dustin volvía a tomar una señal, ahora se escuchaba la voz de Robin —Nancy es una genio, Vecna comenzó a matar desde 1959.

—Bueno, es una locura, pero no podemos hablar ahora— obvio se le escuchaba confundidas a ambas —, entramos a la fuerza a la escuela para buscar archivos confidenciales y muy personales.

—¿Podrías repetirlo?

—Dame eso— tomaba la radio, sería mejor que yo hablara —, solo vengan para acá, rápido, será mejor explicarlo en persona— encontrábamos la oficina de la señora Kelley y, afortunadamente, la llave era la correcta. Mirábamos todo el sitio hasta topar con unos archiveros, abría el primero que me encontraba y Max abría el que estaba justo a mi lado, tuve que sostener la linterna con mi boca para poder buscar con más rapidez —Aguilar...Ballard...Benton...Cole...Collier...¡Bingo!— sacaba una de las carpetas —¡Cunningham, Chrissy!

—No puede ser...— nuestros ojos se posaron en la pelirroja que, igual que yo, tomaba una carpeta entre sus manos —, no solo Chrissy veía a la consejera, Fred también venía— mostraba un expediente rotulado cómo "Benson, Fred".

—¡Podemos comparar que le dijeron a la señora Kelley!— Jake me arrebataba la carpeta para abrirla y ojearla —Trauma, pesadillas, insomnio, dolor de cabeza...— mientras mi hermano leía, a Max se le veía más contrariada. Ella ojeaba el de Fred.

—Migrañas, hemorragia nasal, pesadillas, trauma pasado...— parecía haberse ido, no contestaba a nuestro llamado.

—¡Max! ¡Despierta maldición!— intentamos con moverla suavemente. Por fin pudimos despertarla, jadeaba con desesperación.

—Vengan conmigo— decreto saliendo de la oficina a toda velocidad, apenas y nos daba tiempo de seguirla. A mitad de camino las linternas de Nancy y Robin nos alumbraban.

—¿Qué pasó?— cuestionaba Nancy. Nadie les respondía, simplemente seguíamos a Max hasta que topamos con una pared.

—Estaba aquí...un reloj de péndulo— tocaba la pared cómo para asegurarse de que nada estuviera escondido ahí —Se veía real, pero cuando me acerqué de pronto...desperté.

—Fue cómo si estuviera en trance, tal como contó Eddie que le pasó a Chrissy— mencionó Jake.

—Y esa no es la peor parte...— no creía que pudiera haber algo peor, todo se complicaba muchísimo y entre más tiempo dejáramos pasar, más seguro era que la policía pronto liberara el nombre de Eddie por la televisión.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora