𝟏𝟖. Insuficiente

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Había tenido una pesadilla, una pesadilla donde Eddie me miraba con asco y me evitaba, ¿era dramático? Sí, pero fue suficiente para hacerme levantar de mal humor y con un poco de dolor, no pensaba esa sensación seguiría ahí. Maquillaba las marcas del cuello para que nadie las viera, realmente hubiera preferido quedarme todo el día en mi cama.

Cuando llegaba a la cocina mi madre estaba ahí, me miro sin enunciar palabra alguna, creo que seguía enfadada por nuestra pequeña discusión —Tráelo la siguiente semana— tomaba un sorbo a su té.

—¿Perdona?— no supe a qué se refería —¿Traer el qué?

—A tu...novio, al menos debería de tener la decencia para conocernos, ¿no?

—Ya lo conoces, según tú, lo dejaste claro en la cena de ese día— mi intención era hacerle recordar todas las cosas malas que había dicho sobre Eddie. Guardo silencio por unos momentos, odiaba que usaran sus propias palabras y acciones en su contra.

—Solo tráelo el próximo viernes— dejaba la cocina para ir a su estudio, era un avancé el que quisiera conocerlo mejor, pero presentía que la cena saldría fatal. Cuando estuve frente a la puerta de la escuela dudaba en entrar, me sentía como niña de preescolar en su primer día del colegio.

—Hola— me dijo alguien por detrás y susurrándole a mi oído, di un pequeño salto del susto, volteaba y veía a Eddie contento de haberse salido con la suya. De un momento a otro mi cara estaba roja y eso solo de ver su rostro y recordar la noche anterior —. ¿Tienes fiebre?— tocaba mi frente.

—¡No!— respondía un poco bruscamente —Es solo que...no dejo de pensar en la noche de ayer...

—Yo tampoco— me rodeaba con sus brazos.

—De seguro porque fui muy mala— intentaba decirlo como una broma, sin embargo mi voz denotaba un poco de tristeza.

—¿A qué te refieres?

—Fue mi primera vez, de seguro no fui suficiente para ti— pegaba más mi rostro a su pecho, su aroma era algo que me encantaba —, puedes decir que no lo disfrutaste...

Tomaba mi cara entre sus manos —Ayer fue uno de los mejores días de toda mi vida y lo disfruté muchísimo, ¿sabes por qué?— sacudía la cabeza en negación —Porque fue contigo...

—Basta...tú sabías lo que hacías, yo era un pequeño animalito perdido.

—Pero nadie nace sabiendo— aplastaba mis mejillas un poco —. Ya deja de sobrepensar las cosas, ¿okay?

—Okay— daba un beso en mi frente, entrábamos juntos y tomados de la mano, recorríamos los pasillos de la escuela frente a la mirada de todos; seguían viéndonos con extrañeza, pero al menos ya no nos decían nada.

—¿Dónde te sentarás en el almuerzo?— preguntaba cuando llegamos a la puerta del salón donde tendría la primera clase.

—Con Robin.

—Sabes que puedes sentarte conmigo...

—Ayer te dije por qué no podía, a Jake le gusta estar con ustedes y no creo que quiera a su hermana ahí— sonaba la campana dando inicio a las clases —. Nos vemos después.

Sé que me dijo que no sobrepensara el asunto, no obstante yo me seguía sintiendo de pésimo humor. Durante el almuerzo Nancy, Robin y yo decidimos comer juntas, no paraba de suspirar y de jugar con la comida de mi bandeja —¿Qué te pasa?— me interrogaba Robin.

—Nada...— metía a mi boca un trozo de zanahoria.

—Escupe que te pasa— Robin me señalaba con un pan que había comprado, cómo si se tratara de un arma.

𝑯𝒖𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒆 𝑭𝒓𝒆𝒂𝒌 || Eddie Munson y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora