Capitulo 49...

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Lo que l@s espera en el final:)

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"Sorpresa, sorpresa"

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______________Evans...___________

Tome su mano entrelazandola sintiendo nuevamente aquel calor que deje de sentirlo hace mas de tres meses, mis manos empezaron a sudar, el mentir y fingir es algo que no me agrada pero debo sobrellevarlo solo por esta noche.

Llegamos al restaurante tomando asiento en una mesa, me senté a su lado, Tom a su lado izquierdo y Eduard frente a ella.

Ordenamos la comida y charlamos mientras reíamos o fingiamos cualquier mimo y cariño entre nosotros.

Tome su mano sobre la mesa dedicándole una sutil sonrisa de lado.

— Luses preciosa.

— No te quedas atrás cariño.

La comida llegó y empezamos a degustar entre la conversación.

Sé que tenía o tendría algo con Tom, simplemente por las miradas entre ellos, las sutiles y delicadas sonrisas, la manera en que se hablan.

No puedo decir nada al final ella está rehaciendo su vida y yo hice lo mismo hace más de un mes.

— Extrañaba estos momentos en familia — argumentó Eduard — donde hablemos, riamos, debemos hacer esto más seguido ¿Cierto?.

— Si, la verdad, todo esto es muy relajante.

— Asi es hija, nuevos amigos — miro a Tom — ustedes.. — nos señala con ambas manos — la hermosa y cálida pareja que forman, no solo por ustedes sino por mis nietos, es increíble.

— Vamos, Eduard — dije — no sigas o voy a sonrojarme — soltamos unas pequeñas y sonoras carcajadas.

— ¿Ahora? — llevo un trozo de carne a su boca.

— ¿Ahora que? Papá..

— Nose, ustedes díganme ¿Ahora qué sigue? — fruncí el ceño junto a ella.

— Seguirán dándose mimos, caricias, seguirán fingiendo que derrochan amor.

— Papá..

— ¿Enserio creíste que no lo sabía? Me subestimas

— No es lo que parece papá

— Eduard quiero aclarar...

— Tú cállate — me miro sumamente enojado, miro a Georgia — ¿Pensabas que tendría una bala con su nombre en ella?

— No quería problemas.

Asintió, llevo su mano al bolsillo de su traje, y la otra hacia atrás, dejó sobre la mesa una bala que al verla con más atención tenía "Evans" grabada en ella, sacó su arma quitando la caserina, quito la primera bala y puso la que tenía mi nombre para adentrar la a su arma y quitar el seguro.

— Claro que tengo una bala con su nombre, la tengo desde que escuché como te gritaba y te decía todas esas horribles cosas, la tengo desde que vi como te traiciono con esa mujer ¿Si voy a dispararle? No lo sé, dime una buena razón para no hacerlo.

El Verdadero Caos | II Tmp. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora