Capitulo 3...

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"Un buen viajante no tiene ni planes fijos ni la intención de llegar"


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__________Evans..._________

Llegue de la escuela, aún ejercía mi profección, pero esta vez para niños de preparatoria

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Llegue de la escuela, aún ejercía mi profección, pero esta vez para niños de preparatoria.

Dejé mi mochila a un lado del sofá, dejé caer mi cuerpo en el llevando mi cabeza hacia atrás mientras mi cuerpo se relajaba y mis ojos se mantenían cerrados, debo admitir que es algo cansado el echo de educar a niños pequeños, me tome unos segundos relajarme por completo, todo en mi estaba bien hasta que un sorpresivo peso se montó sobre mi.

— Gracias, gracias — repetia mientras besaba mi rostro — gracias, gracias.—sonreí un poco.

— ¿Quiero saber que te tiene tan contenta? — tome su cintura y ella puso sus manos en mis hombros.

— ¿Cuando pensabas darmelo?

— ¿Darte que linda?

— Pues esto. — me enseñó su mano, no podía creer lo que estaba viendo — Estaba limpiando el armario cuando la caja que tanto cuidas se cayo y..

— ¿Viste lo que tenía dentro? — argumento desesperado.

— No, bueno no pude — respire tranquilo pero, me tense — ahora sé por qué ocultabas tanto esa caja, escondidas esta preciosura.

— Quitatelo — ordeno.

— ¿Que?

— Lo que oíste, Samantha, quitatelo. — la bajo de mi regazo.

— ¿Por que?

— Te eh dicho una y mil veces que no toques mis cosas.  — me pongo de pie y hace lo mismo — Que sea la primera y la última vez que haces eso, ahora ¡Quitatelo!

— Creí que..

— Creiste mal, — intersedo — eso no te pertenece, ahora devuelvemelo

Sus ojos se cristalizaron, se que estaba siendo algo duro con ella pero, no permitiré que nadie, absolutamente nadie toque nuestras cosas, le extendí mi mano.

— ¿Que esperas?

Empezó a quitar el anillo mientras soltaba algunas lágrimas, me lo entrega y tomo mi mochila para subir algo furioso.

Deje mi mochila en el suelo y entre al armario, ahí estaba la cajita, en el suelo, me acerqué para sentarme rodeandola, tome las comisuras de mi camiseta y empecé a limpiar el anillo, no puedo dejar que alguien que no sea ella lo tome, no lo voy a permitir.

Guarde el anillo en una pequeña cajita para volverla a poner con las demás cositas, sonreí al notar una parte de sus dibujos, a un lado estaba su teléfono, estaba apagado, decidí dejarlo así, ya no quería seguir torturandome mientras veía nuestras fotos.

Aún recuerdo todas las veces que iba a casa de Hiller a preguntar donde estabas, cansaba a tus amigas pero ellas también estaban igual que yo, hiciste un buen trabajo para ocultarte de mi.

Debo dejarte ir, han pasado ocho años, seguramente ya te casaste, tienes hijos una familia, a un esposo que espero y te este tratando como la princesa que eres, cometí el error de alejarte de mi una vez pero pude recuperarte, lo hice una vez más pero fallé al intentar volver a verte.

Tarde entendí que nunca tuviste la culpa por la muerte de tu bebé, lo entendí demasiado tarde.

Veo un poco más allá de la caja y veo las cartas que te escribí, escribir diez cartas cada día porque, una vez me dijiste que contara hasta 10 cuando sintiera que el mundo podía conmigo, te extraño tanto y no debería dolerme recordar las cosas buenas que me enseñaste.

Cerré la caja y busqué un mejor lugar para guardarla, encontré una abertura en la pared tapada por el ducto, la abrí y deje la caja ahí, volví a taparla, suspiré para ponerme de pie, tome una camisa, un jogger, ropa interior y entre a la ducha, era lo único que necesitaba en este momento.

Al dejar caer el agua en mi cuerpo perdí la noción del tiempo, al salir del baño y ver mi teléfono entre en razón, ya no podía seguir así, siempre era lo mismo, pensaba en ella y terminaba en la ducha por horas.

"Te amo panquesito"

Lleve mis manos a mi cabeza, a pesar de tanto tiempo aún escucho su calidad y dulce voz, sus caricias, sus mimos, todo, Dodger, paso por mi cabeza, no lo había visto, siempre me recibe al llegar a casa, tome mi teléfono y salí de la habitación para bajar a la sala.

Camino hasta su rincón y su cama estaba sola, empecé a preocuparme.

— ¿Donde esta Dodger? — le pregunté al entrar a la cocina

— No lo sé, no lo eh visto en todo el día.

— ¿Y no has echo nada?

— Creí que volvería, siempre se va a esta hora pero, vuelve antes que llegues.

— ¿Como se va? ¿Por dondé? — volvia a enojarme — ¿Y no has sido capaz de decirme?

— ¿Cual es problema Evans? — mis manos forman un puño.

— Te eh dicho que no me llames así, no lo vuelvas hacer, jamás.

— ¡¿Por que?! — me mira cansada — Ya estoy hartá de este tema, siempre es lo mismo.

— Samantha

— No — intersede — cada vez que trato de hablar contigo de esa dichosa caja, terminamos en una pelea — alza su mano exageradamente — cada vez que te llamo por tu apellido terminas gritandome, ¿Chris que nos está pasando?

Suspire, tenía razón, últimamente me eh estado comportado como un idiota, debo cambiar, dejar todo atrás si de verdad quiero avanzar.

— Perdon — suspiro — enserio lo siento.

— Ve por el — suspira — hablaremos cuando vuelvas.

Asentí para salir de la casa, no creo que esté tan lejos, empecé por buscarlo a los alrededores de mi casa, les pregunté a los vecinos pero no sabían darme razón, así que tendría que ir por la manzana, pregunte puerta por puerta y nada.

<<¿Donde estás amigo?>>

Cada vez me desesperaba más, no podía perderlo, era la única compañía que tenía.

<<Tienes que volver amigo, tu no te puedes perder>>

Había estado buscándolo por más de una hora y nada, la última casa que quedaba, era muy lujosa y bonita, ojalá no se incomoden por molestarlos, entre ya que el portón estaba abierto, había jazmines muy bonitos a su alrededor, el aroma a canela inundaba mi nariz, llegue al pórtico y toque, no atendieron a los primeros golpes, les di una oportunidad más hasta que abrieron la puerta.

🔥⏳🔥

¿Será momento de que se encuentren?

El Verdadero Caos | II Tmp. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora