Sentía como los labios del pelinegro se deslizaban por su cuello perlado por el sudor. Su interior ardía en una pasión desenfrenada, queriendo apaciguar todo el fuego que se aglomeraba en su zona baja.
El alfa llegó a su pecho y se hizo con sus pezones, primero uno lo adentró a su boca, mientras que el otro lo presionó y estimulaba entre sus dedos.
Taehyung jadeó por el dolor y placer que le fue infringido, su boca no era capaz de formular una sola palabra coherente. Se sentía abrumado por todas las sensaciones que lo sacudían; su entrada se encontraba segregando lubricante en exceso, su miembro erecto tocaba el duro abdomen del contrario, humedeciéndolo con su esencia blanquecina.
—A-ah... sí... sí... — gemidos surgían de forma atropellada de la boca del omega castaño, embriagado, y cuando sintió como un músculo húmedo recorría superficialmente su miembro, un grito salió de su garganta.
El alfa tomó en su cavidad bucal la erección caliente del omega, tomándose el gusto de poder ingresarla toda en su boca, saboreando la esencia que expulsaba el hermoso joven, era tan excitante poder sentir como latía contra su lengua, como el cuerpo del castaño se tensaba ante sus toques indebidos. Se sentía tan bien, ese era su lugar.
Soltó el miembro de su omega, generando un sonido chicloso al hacerlo. Rápidamente, en un acto de total desespero, tomó las piernas de Taehyung por debajo de sus rodillas, elevandolas a la altura de sus hombros, para después ubicar su miembro erecto en la entrada lubricada del contrario, sin darle oportunidad siquiera a reaccionar ingresó en él de una sola embestida, escuchando un gemido sonoro de parte del castaño bajo su cuerpo, y luego un grito cuando logró alcanzar de forma certera el punto dulce en el interior del omega, sintiendo como se retorcía y curvaba su espalda.
Se sentía bien. Las embestidas del alfa para Taehyung eran lo más cercano que estaría del cielo, cada vez más adentro, cada vez más fogoso, cada vez más excitante.
Su cuerpo se balanceaba sobre la cama, las sábanas quemaban cada centímetro de su tez acaramelada, el duro cuerpo que tenía sobre el suyo lo asfixiaba de una forma tan deliciosa que sentía ese abrumador lugar como su hogar. Pertenecía a los brazos de ese hombre de mirada dura y oscura, de sonrisa seductora e inocente, tan... atrayente.
El alfa bajó las piernas del omega, quien las envolvió en su cadera, meciéndose hacia adelante para ayudarlo con las embestidas. Un gruñido se escapó de su boca cuando sintió como unas uñas afiladas se clavaban en su espalda, el ardor aumentó el libido que ya sentía en exageración, su lobo ansioso por llegar cada vez más adentro. Su pelvis inició un movimiento frenético y desesperado, tratando de dar con el punto dulce del chico con cada uno de ellos, sin darle tiempo para recuperar la lucidez.
Ambos estaban dejándose llevar por sus instintos animales, la desesperación por unirse era tanta que en ningún momento pudieron mantenerse alejados, ni siquiera era el celo de alguno de ellos, pero sentían tanta fascinación por el contrario que les resultaba inevitable no entregarse por completo.
El choque de sus pieles causaba un sonido húmedo fascinante, sus cuerpos sudados eran una combinación perfecta, sus anatomías encajaban de una forma armoniosa.
El alfa se mantenía embistiendo con diligencia al castaño, con su rostro enterrado en el cuello del mismo, donde se dedicaba a morder y succionar a su gusto.
El omega se sentía tan extasiado por todas las sensaciones que lo azotaban, completamente deshecho, sus piernas envolvían la cadera del duro pelinegro sin vergüenza, sus uñas se deslizaban por la espalda del aludido, marcando un camino color carmín.
Fuego. Pasión. Sudor.
En eso se resumían en aquel preciso momento, sus cuerpos tan sensibles ante los roces, sumidos en el egoísmo de sus anhelos carnales.
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Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...