Jungkook suspiró cuando entró a la habitación en la que aún se encontraba YeonJun bajo los efectos de la anestesia, y se encontró con Taehyung dormido a un lado de él sobre una silla, sus brazos cruzados por debajo de su cabeza arrecostado a una orilla de la cama; velando el sueño de su cachorro.
Una media sonrisa tiró de las comisuras de sus labios mientras se iba acercando, podía percibir la ligera preocupación emanar del cuerpo de Taehyung, sin embargo, la dulzura que siempre este poseía, ese aroma característico, embriagador y dulce, el cual ni siquiera podía definir ya que nunca había percibido tanta delicia en una sola persona, continuaba latente y llenaba su cuerpo de una paz inmensa.
Sabía que en algún momento toda esa nube de felicidad a la cual se había subido al inmiscuirse en la vida del omega sin ser sincero desde el inicio se disipará, caería, y el golpe sería devastador. Pero tenía miedo.
Era un cobarde y lo aceptaba. Pero lo que no aceptaría bajo ninguna circunstancia sería ser apartado de su cachorro y del castaño.
Aquella mañana, cuando despertó y lo primero que vio fue a Taehyung y YeonJun, él supo que ese era su lugar, y no estaba dispuesto a perderlo. Y ese anhelo, ese deseo de formar parte de sus vidas permanentemente, de querer compartir los días... las noches con ellos, solo alimentaban aún más su temor de lo que podría pasar si le dijera a Taehyung que él era el único responsable de todo su sufrimiento durante los últimos cuatro años.
Quería creer estaba reivindicando las malas decisiones que había tomado en el pasado, cuando actuó sin pensar, influenciado por el temor.
Una sonrisa melancólica surcó sus labios mientras que lentamente y con la mayor suavidad posible, acariciaba el contorno del rostro se Taehyung, quien aún se encontraba inmerso en su profundo sueño, pero que desde la lejanía del mismo podía sentir el cariño y la calidez del alfa a través de su tacto.
El lobo del alfa se regocijó en la imagen tan pura y etérea del omega castaño. Jungkook aceptaba que su lobo interior sentía cierta debilidad por Taehyung, mucha realmente. Eso lo obligó a recordar la conversación que había tenido con el doctor Jung hace algunos días atrás; su madre se había contactado con él para que hablaran sobre la marca de Taehyung y su lazo, el cual parecía inquebrantable.
Realmente había quedado igual de confundido, o tal vez más. Él le habló mucho al respecto del Yuanfen, y como habían funcionado las cosas con su esposo y su destinado.
Jung Hoseok era un hombre bastante agradable, pero le gustaba enredarse en sus explicaciones. Al final, la única conclusión que obtuvo fue un: "posiblemente".
El asunto de los destinados era algo complicado de tratar, ya que no todas las personas lo encontraban, o no todos lo tenían. Pocos eran aquellos que gozaban de la dicha, o en algunos casos desdicha, de encontrarlo. Era cuestión de perspectiva.
La marca abierta de Taehyung podía ser porque ambos eran destinados, o simplemente porque compartían el lazo por su cachorro, y al estar cerca el uno del otro, y empezar a desarrollar ciertos sentimientos, aquella fuerza inquebrantable que los unía se hacía más fuerte. Sus lobos se llamaban con ansias, porque encontraban en el otro su hogar.
Jungkook repasó con su mirada las facciones del rostro ajeno, siendo cada vez más consciente de algo que ya tenía claro desde hace mucho tiempo atrás, desde que lo vio por primera vez con un gesto que demostraba aburrimiento aquella noche en una pintoresca discoteca; Taehyung era absolutamente hermoso. Desde su castaño y lacio cabello, hasta la forma tan grácil en que sus pestañas se batían, la manera en que sus ojos brillaban cada vez lo veía... era precioso.
Inconscientemente sus pensamientos se dirigieron a todo lo ocurrido la noche en que lo conoció, su garganta se secó y tuvo que morderse el labio inferior ante la descarga que abochornó su cuerpo. Joder, se recriminó. No debería estar teniendo esa clase de recuerdos en un momento como ese. Pero la belleza de Taehyung nublaba su razón.

ESTÁS LEYENDO
Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...