El silencio era casi abrumador en el interior de aquella blanca habitación. Gobernaba cada rincón de las frías y pulcras paredes que se volvían más agobiantes con el transcurrir de los segundos.
La falta de sonoridad era tan latente que inclusive se lograba percibir el sonido que realizaba la amarillenta y líquida sustancia que iba cayendo con parsimonia en la cámara de goteo del suero que estaba conectado a la mano del alfa, quien aún se encontraba inconsciente sobre la cama ubicada en el centro del gélido espacio.
El aroma a medicinas y algo más, casi imperceptible, se dispersaba en el aire, provocando cierto mareo en Serim, quien estaba sentada sobre una silla a un lado de Jungkook, sin quitarle la mirada de encima a su hijo. Verificando cada lapso de tiempo que la temperatura corporal del mismo no sufra variaciones, y velando su sueño hasta el momento en que despierte.
Había estado haciéndolo toda la noche. Ya era cerca del medio día y ella continuaba ahí, con la misma postura cansada y algo encorvada, esperando que su hijo despierte de aquel largo sueño lleno de pesadumbre en el que se sumergió luego del desmayo tan repentino.
Se encontraba llena de preocupación a pesar de que el doctor Jung le haya dicho que Jungkook solo había sufrido una descompensación por todos los factores a los que se había visto expuesto en los últimos días. Además, estaba el hecho de que no se había estado alimentando ni hidratando lo suficiente, era algo bastante obvio que su cuerpo no iba a resistir por más tiempo en semejantes condiciones, y terminó colapsando.
Sin embargo, pese a las palabras del médico, Serim no podía recobrar su tranquilidad, y estaba segura que no lo haría hasta que no viera a su hijo con los orbes abiertos y los resultados favorables de los exámenes que le había hecho el doctor Jung para confirmar su diagnóstico.
—Despierta pronto, por favor... — le susurró con la voz débil y el semblante decaído, pero dándole una mirada llena de afecto. De cariño de una madre. Estiró con lentitud una de sus manos para acariciar con las yemas de sus falanges el contorno del rostro de Jungkook.
Suspiró con pesadumbre al apartarse un poco de su hijo para volver a su postura original sobre la silla. Mordiendo su labio inferior repetidas veces, sopesando toda la situación que había provocado ese decaimiento tan severo en Jungkook, ese punto que lo rompió. Estaba consciente que su hijo se había equivocado, mucho de hecho, pero también era consciente que estaba arrepentido, y que no era una mala persona.
Fue débil en el pasado, y aunque en el presente había tenido la intención de reparar el daño que le causó al omega y a su propio hijo, continuaba siendo aquel niño que creció con el miedo de equivocarse y perderlo todo. Lleno de tantas inseguridades.
Posiblemente, buscar remediar todo lo que había provocado era imposible para Jungkook. Porque no podía regresar en el tiempo y proteger a Taehyung de todo el daño que le provocó ser un omega con cachorro y una marca rota, peor aún, podría devolver todos los años en los que YeonJun no pudo ver.
Pero lo había intentado, y aunque en un inicio lo hizo con la intención de buscar redención por todos sus actos equivocados del pasado, luego algo cambió en él. Y comenzó a hacerlo con la idea de ayudar a su familia, porque eso eran Taehyung y YeonJun en la vida del alfa.
En ellos encontró una familia, quienes de forma inesperada transformaron una vida de grises en una llena de colores. Pero como si caminara sobre un arcoíris luego de una tormenta, este tarde o temprano llegaría a su final, y desaparecía sin darle la oportunidad de volver. Dejándolo a la deriva frente a lo desconocido.
Jungkook estaba perdido, como un náufrago, y Serim no quería que continuara sufriendo y exponiendo su salud de la forma en que lo había hecho. Bastaba con verlo para saber que estaba totalmente devastado, tanto mental como físicamente.
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Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...